juanerick
11/11/2006, 23:00
Durante siglos, la participación de la mujer en los conflictos bélicos ha sido ignorada por la mayoría de los historiadores. Hoy sabemos que desde antiguo han estado presentes en los campos de batalla. Así son las señoras de la guerra.
Según señala Peter Caddick-Adams, experto en historia militar del Real Colegio de Ciencias en la Universidad de Cranfield, “el oficio de las armas ha sido generalmente cosa de hombres, pero lo cierto es que son muchos los casos de mujeres que han combatido en primera línea, ya sea por ansias de aventura, venganza, amor o patriotismo”.
Una caudilla encabezó una revuelta contra los romanos
Los primeros ejemplos se remontan a la antigüedad clásica. Así, a finales del siglo IV a. de C., Megástenes, el embajador griego enviado a la corte de Chandragupta Maurya, el primer emperador indio, señala que éste mantenía una guardia personal formada por mujeres “amazonas”. Casi cuatrocientos años después, al otro lado del mundo conocido, el historiador Tácito describió en sus Anales cómo la caudilla británica Boadicea – también Boudica o Bonduca–, humillada por los romanos, dirigió la insurrección de los Icenos y los Trinovantes entre los años 60 y 61, durante el reinado de Nerón. Boadicea, que es presentada como una mujer de extraordinaria inteligencia y muy diestra con la lanza, tomó Camelodunum –Colchester– y Verulanium –Saint Albans– y arrasó Londinium –Londres–, hasta que el general Gaius Suetonius derrotó a su ejército. Según Tácito, con todo perdido, Boadicea se envenenó.
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En la élite del ejército de Estados Unidos
Aproximadamente un 6% de los oficiales y la tropa de los marines de EE UU son mujeres. Los entrenamientos a los que se someten –en la imagen, una marine supera un obstáculo en la isla Parris, en Carolina del Sur– son tan duros como los de los chicos.
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Armadas y peligrosas
Las mujeres españolas han demostrado a lo largo de la historia que saben pelear cuando es preciso, como algunas milicianas republicanas, que en los primeros meses de la Guerra Civil llegaron a combatir en primera línea.
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Sólo un puñado de arqueólogos aún se aventura en la inhóspita meseta de Ukok, una región poco definida situada en las montañas Altai, en la frontera entre China, Rusia, Kazajistán y Mongolia. Saben que hace tiempo que los pequeños túmulos helados que salpican la estepa han sido saqueados. De ahí el asombro que causó el hallazgo realizado en 1993 por la experta del Instituto de Arqueología y Etnografía de la ciudad rusa de Akademgorodok Natalia Polosmak. Sepultados en una cámara de madera y convenientemente momificados, su equipo halló los restos de una mujer Pazyryk, una antiquísima tribu nómada de jinetes y guerreros.
El elaborado tatuaje que cubre su piel y el ajuar con el que fue enterrada, que incluye ropas de oro y seda y los restos de seis caballos sacrificados, ha llevado a pensar a algunos investigadores que la Dama de Hielo de Siberia, como ha sido bautizada, fue una líder militar que vivió hace 25 siglos, aproximadamente en la misma época en la que Herodoto describía en sus Historias las bárbaras costumbres que practicaban las amazonas, una nación de belicosas mujeres que vivían en el confín del mundo.
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Protagonistas de intrigas políticas y militares
Movilizaciones masivas
En Sevastopol, un gran número de voluntarias recibió entrenamiento militar cuando la ciudad fue asediada por los alemanes entre 1941 y 1942.
Fusileras desde la infancia
En 1956, durante la Guerra de Suez, que enfrentó a Egipto, Francia, Gran Bretaña e Israel, en los centros de instrucción de El Cairo se entrenaba a mujeres de todas las edades, incluso a niñas.
Según indica James M. Blythe, del Departamento de Historia de la Universidad de Memphis en un estudio sobre la presencia de la mujer en el ejército, “existen casos de guerreras que a principios de la Edad Media llegaron a conducir tropas a la batalla. Además, en el caótico periodo de dominación germánica, se dieron muchos casos en los que una mujer protagonizaba intrigas políticas o militares. Sus acciones no diferían de las de sus maridos o hermanos, pero los autores eclesiásticos –por supuesto, hombres– tendían a describirlas más a menudo como maquinadoras, traicioneras, y sedientas de sangre.
Precisamente, muchos nombres femeninos que aparecen en este periodo están relacionados con la guerra. Es el caso de Gertrudis –de Gertrude–: “lanza poderosa”; Clotilde: “batalla gloriosa”; Brunilda: “ coraza de batalla”; o Matilde: “ fuerte para la guerra”.
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Entre Juana de Arco y las míticas guerreras nórdicas
Fue, sin embargo, una jovencísima comandante militar francesa la que, por sus propios méritos, pasó a la historia como el gran modelo de doncella guerrera. Con solo 17 años, Juana de Arco asombró a la Europa del siglo XV encabezando el ejército real. El propio Delfín de Francia, Carlos VII, le otorgó el mando de sus fuerzas en el sitio de Orleans, y en la batalla de Patay, en la que derrotó a los ingleses. A propósito de ella, el caballero Thiband d’Armagnac, alguacil de Chartres, aseguró: “era simple e ignorante; pero en cuanto a conducir y disponer ejércitos en orden de batalla y animar a los soldados se comportaba como si fuera el capitán más astuto del mundo, como si hubiera dedicado toda su vida a aprender el arte de la guerra”. Tras ser capturada, Juana de Arco fue quemada viva por herejía. Y, sin embargo, en 1920, casi medio milenio después, fue canonizada por el Papa Benedicto XV.
- Con sólo 17 años, Juana de Arco encabezó las tropas del ejército real francés -
Doscientos años antes del nacimiento de la Dama de Orleans, algunos pueblos escandinavos ya sabían que la guerra no era exclusiva de los hombres. Durante siglos, las damas nórdicas que no tenían responsabilidades familiares solían acompañar a los hombres en las batallas. Numerosas leyendas recogen casos como el narrado por el cronista danés del siglo XII Saxo Grammaticus. Éste señala que cuando el rey sueco Sigurd y el danés Harald se enfrentaron en la batalla de Bravellir, 300 luchadoras equipadas con pequeños escudos y espadas largas defendieron la causa de este último. También en la saga de Hervarar, compuesta aproximadamente en la misma época a partir de antiguos relatos, se describe cómo la dama Hervor es entrenada desde niña en las armas y cómo llega a unirse a una banda de vikingos disfrazada como un hombre.
...............hummmmmmmm, entonces cuando aparecio el tarado que dijo que a una mujer ni con el pétalo de una rosa si las delicadas y tiernas féminas nos repartían flechazos, lanzazos, balazos, etc. ..............................
Según señala Peter Caddick-Adams, experto en historia militar del Real Colegio de Ciencias en la Universidad de Cranfield, “el oficio de las armas ha sido generalmente cosa de hombres, pero lo cierto es que son muchos los casos de mujeres que han combatido en primera línea, ya sea por ansias de aventura, venganza, amor o patriotismo”.
Una caudilla encabezó una revuelta contra los romanos
Los primeros ejemplos se remontan a la antigüedad clásica. Así, a finales del siglo IV a. de C., Megástenes, el embajador griego enviado a la corte de Chandragupta Maurya, el primer emperador indio, señala que éste mantenía una guardia personal formada por mujeres “amazonas”. Casi cuatrocientos años después, al otro lado del mundo conocido, el historiador Tácito describió en sus Anales cómo la caudilla británica Boadicea – también Boudica o Bonduca–, humillada por los romanos, dirigió la insurrección de los Icenos y los Trinovantes entre los años 60 y 61, durante el reinado de Nerón. Boadicea, que es presentada como una mujer de extraordinaria inteligencia y muy diestra con la lanza, tomó Camelodunum –Colchester– y Verulanium –Saint Albans– y arrasó Londinium –Londres–, hasta que el general Gaius Suetonius derrotó a su ejército. Según Tácito, con todo perdido, Boadicea se envenenó.
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En la élite del ejército de Estados Unidos
Aproximadamente un 6% de los oficiales y la tropa de los marines de EE UU son mujeres. Los entrenamientos a los que se someten –en la imagen, una marine supera un obstáculo en la isla Parris, en Carolina del Sur– son tan duros como los de los chicos.
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Armadas y peligrosas
Las mujeres españolas han demostrado a lo largo de la historia que saben pelear cuando es preciso, como algunas milicianas republicanas, que en los primeros meses de la Guerra Civil llegaron a combatir en primera línea.
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Sólo un puñado de arqueólogos aún se aventura en la inhóspita meseta de Ukok, una región poco definida situada en las montañas Altai, en la frontera entre China, Rusia, Kazajistán y Mongolia. Saben que hace tiempo que los pequeños túmulos helados que salpican la estepa han sido saqueados. De ahí el asombro que causó el hallazgo realizado en 1993 por la experta del Instituto de Arqueología y Etnografía de la ciudad rusa de Akademgorodok Natalia Polosmak. Sepultados en una cámara de madera y convenientemente momificados, su equipo halló los restos de una mujer Pazyryk, una antiquísima tribu nómada de jinetes y guerreros.
El elaborado tatuaje que cubre su piel y el ajuar con el que fue enterrada, que incluye ropas de oro y seda y los restos de seis caballos sacrificados, ha llevado a pensar a algunos investigadores que la Dama de Hielo de Siberia, como ha sido bautizada, fue una líder militar que vivió hace 25 siglos, aproximadamente en la misma época en la que Herodoto describía en sus Historias las bárbaras costumbres que practicaban las amazonas, una nación de belicosas mujeres que vivían en el confín del mundo.
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Protagonistas de intrigas políticas y militares
Movilizaciones masivas
En Sevastopol, un gran número de voluntarias recibió entrenamiento militar cuando la ciudad fue asediada por los alemanes entre 1941 y 1942.
Fusileras desde la infancia
En 1956, durante la Guerra de Suez, que enfrentó a Egipto, Francia, Gran Bretaña e Israel, en los centros de instrucción de El Cairo se entrenaba a mujeres de todas las edades, incluso a niñas.
Según indica James M. Blythe, del Departamento de Historia de la Universidad de Memphis en un estudio sobre la presencia de la mujer en el ejército, “existen casos de guerreras que a principios de la Edad Media llegaron a conducir tropas a la batalla. Además, en el caótico periodo de dominación germánica, se dieron muchos casos en los que una mujer protagonizaba intrigas políticas o militares. Sus acciones no diferían de las de sus maridos o hermanos, pero los autores eclesiásticos –por supuesto, hombres– tendían a describirlas más a menudo como maquinadoras, traicioneras, y sedientas de sangre.
Precisamente, muchos nombres femeninos que aparecen en este periodo están relacionados con la guerra. Es el caso de Gertrudis –de Gertrude–: “lanza poderosa”; Clotilde: “batalla gloriosa”; Brunilda: “ coraza de batalla”; o Matilde: “ fuerte para la guerra”.
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Entre Juana de Arco y las míticas guerreras nórdicas
Fue, sin embargo, una jovencísima comandante militar francesa la que, por sus propios méritos, pasó a la historia como el gran modelo de doncella guerrera. Con solo 17 años, Juana de Arco asombró a la Europa del siglo XV encabezando el ejército real. El propio Delfín de Francia, Carlos VII, le otorgó el mando de sus fuerzas en el sitio de Orleans, y en la batalla de Patay, en la que derrotó a los ingleses. A propósito de ella, el caballero Thiband d’Armagnac, alguacil de Chartres, aseguró: “era simple e ignorante; pero en cuanto a conducir y disponer ejércitos en orden de batalla y animar a los soldados se comportaba como si fuera el capitán más astuto del mundo, como si hubiera dedicado toda su vida a aprender el arte de la guerra”. Tras ser capturada, Juana de Arco fue quemada viva por herejía. Y, sin embargo, en 1920, casi medio milenio después, fue canonizada por el Papa Benedicto XV.
- Con sólo 17 años, Juana de Arco encabezó las tropas del ejército real francés -
Doscientos años antes del nacimiento de la Dama de Orleans, algunos pueblos escandinavos ya sabían que la guerra no era exclusiva de los hombres. Durante siglos, las damas nórdicas que no tenían responsabilidades familiares solían acompañar a los hombres en las batallas. Numerosas leyendas recogen casos como el narrado por el cronista danés del siglo XII Saxo Grammaticus. Éste señala que cuando el rey sueco Sigurd y el danés Harald se enfrentaron en la batalla de Bravellir, 300 luchadoras equipadas con pequeños escudos y espadas largas defendieron la causa de este último. También en la saga de Hervarar, compuesta aproximadamente en la misma época a partir de antiguos relatos, se describe cómo la dama Hervor es entrenada desde niña en las armas y cómo llega a unirse a una banda de vikingos disfrazada como un hombre.
...............hummmmmmmm, entonces cuando aparecio el tarado que dijo que a una mujer ni con el pétalo de una rosa si las delicadas y tiernas féminas nos repartían flechazos, lanzazos, balazos, etc. ..............................