Carlos Alberto Carcagno
30/09/2006, 19:38
Hola:
Lo que sigue es un intento de explicar lo que aconteció en la República Argentina. Es una teoría conspirativa, pero eso no quiere decir que la conspiración haya tenido por partícipes voluntarios a todos los que intervinieron. Ya voy a explicar en otro tema cómo funciona la economía mundial en general. Lo importante es aclarar que un puñado de hombres tiene las riendas del proceso económico y el resto sigue inconscientemente los designios de estos señores, con los que Serrat y yo tenemos "algo personal". Cada uno se defiende como puede y esto lleva al resultado esperado por "los malitos de Kaos" (frase de Siegfried en la famosa serie televisiva "El Superagente 86")
Por haber vivido esa época, primero, como auxiliar de la Mesa de Dinero del Chase Manhattan Bank N.A. y, luego, como auditor del Banco de Intercambio Regional S. A., podría contar muchas cosas con nombres y apellidos, pero terminaría preso o muerto. Puedo, sí, hablar en general, y al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Es cierto que un hombre de 55 años puede ser todavía considerado joven. Algunos privilegiados como Alain Delon y Paul Newman hacían estragos entre el sexo opuesto a esa edad y más. Hay personas que recibieron el Nobel después de los 50.
Pero la Argentina en que me tocó nacer nos hizo diferentes al resto de la humanidad. Piensen que durante el transcurso de mi vida la moneda perdió siete ceros y que hay 151.000 millones de Dólares en cuentas argentinas en el exterior, casi la deuda externa. Cuando tenía 20 años comenzó el exterminio en masa de un país (si alguna vez existió). Alguien se decidió a convertir a la Argentina definitivamente en lo que siempre quisieron que fuera: un proveedor de alimentos y materias primas. Obligaron a las cajas de créditos, cooperativas y pequeñas financieras a convertirse en bancos, para condenarlas a la liquidación, pues no había suficiente mercado para mantenerse como bancos. De su función primaria de asistir al pequeño comerciante, el artesano, el pequeño taller auxiliar de la industria y a la clase media en general, pasaron a las grandes finanzas; con el resultado previsible: en un mercado chico debieron pagar intereses brutales para atraer los escasos clientes que el mercado proveía. Como bancos, debían cumplir con normas más exigentes que cuando eran entidades menores.
La desaparición de la banca minorista produjo la falta de apoyo a la pequeña y mediana empresa, el encarecimiento de los créditos y la desaparición de las verdaderas fuentes de trabajo: las pequeñas y medianas empresas.
Simultáneamente, se mató a unas quince o treinta mil personas que podían advertir al pueblo o luchar en contra de estos intereses. (La cifra oficial actual ronda los 12.000, pero no es posible saber si alguien se autoexcluyó. De cualquier manera, el informe original de la CONADEP me pareció un poco abultado; pero nada justifica la muerte de una docena de personas por motivos ideológicos)
Después debía seguir la liquidación de las riquezas mineras, la venta de las empresas del Estado y de importancia estratégica y la desindustrialización masiva. Los militares no podían vender YPF, Aerolíneas Argentinas, la energía eléctrica, el agua potable y traicionar al país, no tan de frente, al menos. Sólo por cuestión de imagen, no por otra cosa. Esclavo que no obedece, no sirve. Así que un "guiño" oportuno... y a invadir Malvinas pensando que no pasará nada más que una protesta política.
Después de la inevitable derrota (pero no gratuita para los ingleses debido al heroísmo de nuestros pilotos y del personal subalterno de tierra y mar que hicieron lo que pudieron a pesar de sus mandos), ¡democracia en toda Latinoamérica! ¡El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo! Sí, yo soy Melchor y doy regalos montado en camello. Habían cumplido parte de la misión; así que, ahora, señores militares, a la cama y sin postre. (En todo el subcontinente)
Señores civiles, su turno. No sirve; golpe de estado económico y a otro civil.
Por fin, un oscuro lacayo ignorante y enfermo compulsivo por el poder, cipayo y sicario con tal de comer pizza y champán, terminó lo que comenzó un destacado ciudadano del Imperio Británico con la apertura indiscriminada de la importación; ciudadano por herencia recibida del juramento de un ancestro de apellido español allá por mayo de 1810, que por los servicios prestados al Imperio Británico recibió una renta a perpetuidad de 500 Libras al año (Una fortuna en esa época). Buena gente. Bueno, "Gunga Din" liquidó todo lo que tenía el Estado y aceptó Bonos de la Deuda al 14%; o sea, los compradores pagaron efectivamente 14 Dólares por cada cien. Deberían haberlo ascendido a mariscal de campo, no a cabo.
¡Lotería! Argentina agropecuaria, Brasil industrial. ¿La mitad de la población? Bien, gracias, la otra no come ni trabaja. (La cifra de desocupados que maneja el gobierno actual descuenta a los que reciben planes de “Jefe de familia” o similares. Cuando se hizo el censo, la orden era colocar como ocupado al que hubiera trabajado dos horas la semana anterior. ¡Las planillas se llenaron con lápiz!)
Los militares usurpadores del gobierno no perdían tiempo en declarar el estado de sitio, para poder computar un año como doble y jubilarse a los cuarenta años, después de haber servido y defendido tan bien a su Patria (no sabemos cuál, pueden ser varias, según la logia).
Los ciudadanos honestos estamos pagando el costo de la fiesta a la que no fuimos invitados. Los argentinos inicuos que tienen dinero mal habido en el exterior recibieron el favor de no ir presos por no pagar sus importaciones (que sí habían cobrado) nacionalizando la deuda por los seguros de cambio. Algunos grandes empresarios casi octogenarios se dieron el lujo de salir con señoritas de veinte años (billetera mata galán) y gastar "su" dinero como les dio en gana; a fin de cuentas lo habían ganado en sus empresas que daban trabajo a miles de familias argentinas. Ahora sí, cuando las cosas no les fueron bien, ya no era "su" dinero. De pronto fuimos socios en la adversidad. Les licuaron la deuda o se la endosaron al pueblo: "Total, es sangre de gauchos". Los que pedían créditos en Dólares al exterior y los cambiaban a Pesos para colocarlos a plazo fijo en los "banquitos por obligación" ganaban el 30% mensual con un Dólar casi fijo, cuando pagaban 15 ó 18% anual en moneda extranjera. El dinero gratis, para ellos; cuando la fiesta terminó, pagamos nosotros.
Por eso, si los militares computaban doble sus años de esforzado servicio en bien de la Patria y en defensa de su Bandera, los sufridos ciudadanos sobrevivientes, honestos e indefensos, padecemos un envejecimiento biológico de cinco por uno. De esta forma, yo he vivido 55 años de tiempo astronómico, pero estoy y me siento como un ser de 275 años, poco más o menos.
Saludos del nono Carlos.
Si bien estoy cansado, quizás no sea tan viejo como me siento: Se empieza a ser viejo cuando uno se decide a no expresar en público más ideas que las que son gratas a quien escucha. Alejandro Casona ( 1913 – 1965)
Lo que sigue es un intento de explicar lo que aconteció en la República Argentina. Es una teoría conspirativa, pero eso no quiere decir que la conspiración haya tenido por partícipes voluntarios a todos los que intervinieron. Ya voy a explicar en otro tema cómo funciona la economía mundial en general. Lo importante es aclarar que un puñado de hombres tiene las riendas del proceso económico y el resto sigue inconscientemente los designios de estos señores, con los que Serrat y yo tenemos "algo personal". Cada uno se defiende como puede y esto lleva al resultado esperado por "los malitos de Kaos" (frase de Siegfried en la famosa serie televisiva "El Superagente 86")
Por haber vivido esa época, primero, como auxiliar de la Mesa de Dinero del Chase Manhattan Bank N.A. y, luego, como auditor del Banco de Intercambio Regional S. A., podría contar muchas cosas con nombres y apellidos, pero terminaría preso o muerto. Puedo, sí, hablar en general, y al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Es cierto que un hombre de 55 años puede ser todavía considerado joven. Algunos privilegiados como Alain Delon y Paul Newman hacían estragos entre el sexo opuesto a esa edad y más. Hay personas que recibieron el Nobel después de los 50.
Pero la Argentina en que me tocó nacer nos hizo diferentes al resto de la humanidad. Piensen que durante el transcurso de mi vida la moneda perdió siete ceros y que hay 151.000 millones de Dólares en cuentas argentinas en el exterior, casi la deuda externa. Cuando tenía 20 años comenzó el exterminio en masa de un país (si alguna vez existió). Alguien se decidió a convertir a la Argentina definitivamente en lo que siempre quisieron que fuera: un proveedor de alimentos y materias primas. Obligaron a las cajas de créditos, cooperativas y pequeñas financieras a convertirse en bancos, para condenarlas a la liquidación, pues no había suficiente mercado para mantenerse como bancos. De su función primaria de asistir al pequeño comerciante, el artesano, el pequeño taller auxiliar de la industria y a la clase media en general, pasaron a las grandes finanzas; con el resultado previsible: en un mercado chico debieron pagar intereses brutales para atraer los escasos clientes que el mercado proveía. Como bancos, debían cumplir con normas más exigentes que cuando eran entidades menores.
La desaparición de la banca minorista produjo la falta de apoyo a la pequeña y mediana empresa, el encarecimiento de los créditos y la desaparición de las verdaderas fuentes de trabajo: las pequeñas y medianas empresas.
Simultáneamente, se mató a unas quince o treinta mil personas que podían advertir al pueblo o luchar en contra de estos intereses. (La cifra oficial actual ronda los 12.000, pero no es posible saber si alguien se autoexcluyó. De cualquier manera, el informe original de la CONADEP me pareció un poco abultado; pero nada justifica la muerte de una docena de personas por motivos ideológicos)
Después debía seguir la liquidación de las riquezas mineras, la venta de las empresas del Estado y de importancia estratégica y la desindustrialización masiva. Los militares no podían vender YPF, Aerolíneas Argentinas, la energía eléctrica, el agua potable y traicionar al país, no tan de frente, al menos. Sólo por cuestión de imagen, no por otra cosa. Esclavo que no obedece, no sirve. Así que un "guiño" oportuno... y a invadir Malvinas pensando que no pasará nada más que una protesta política.
Después de la inevitable derrota (pero no gratuita para los ingleses debido al heroísmo de nuestros pilotos y del personal subalterno de tierra y mar que hicieron lo que pudieron a pesar de sus mandos), ¡democracia en toda Latinoamérica! ¡El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo! Sí, yo soy Melchor y doy regalos montado en camello. Habían cumplido parte de la misión; así que, ahora, señores militares, a la cama y sin postre. (En todo el subcontinente)
Señores civiles, su turno. No sirve; golpe de estado económico y a otro civil.
Por fin, un oscuro lacayo ignorante y enfermo compulsivo por el poder, cipayo y sicario con tal de comer pizza y champán, terminó lo que comenzó un destacado ciudadano del Imperio Británico con la apertura indiscriminada de la importación; ciudadano por herencia recibida del juramento de un ancestro de apellido español allá por mayo de 1810, que por los servicios prestados al Imperio Británico recibió una renta a perpetuidad de 500 Libras al año (Una fortuna en esa época). Buena gente. Bueno, "Gunga Din" liquidó todo lo que tenía el Estado y aceptó Bonos de la Deuda al 14%; o sea, los compradores pagaron efectivamente 14 Dólares por cada cien. Deberían haberlo ascendido a mariscal de campo, no a cabo.
¡Lotería! Argentina agropecuaria, Brasil industrial. ¿La mitad de la población? Bien, gracias, la otra no come ni trabaja. (La cifra de desocupados que maneja el gobierno actual descuenta a los que reciben planes de “Jefe de familia” o similares. Cuando se hizo el censo, la orden era colocar como ocupado al que hubiera trabajado dos horas la semana anterior. ¡Las planillas se llenaron con lápiz!)
Los militares usurpadores del gobierno no perdían tiempo en declarar el estado de sitio, para poder computar un año como doble y jubilarse a los cuarenta años, después de haber servido y defendido tan bien a su Patria (no sabemos cuál, pueden ser varias, según la logia).
Los ciudadanos honestos estamos pagando el costo de la fiesta a la que no fuimos invitados. Los argentinos inicuos que tienen dinero mal habido en el exterior recibieron el favor de no ir presos por no pagar sus importaciones (que sí habían cobrado) nacionalizando la deuda por los seguros de cambio. Algunos grandes empresarios casi octogenarios se dieron el lujo de salir con señoritas de veinte años (billetera mata galán) y gastar "su" dinero como les dio en gana; a fin de cuentas lo habían ganado en sus empresas que daban trabajo a miles de familias argentinas. Ahora sí, cuando las cosas no les fueron bien, ya no era "su" dinero. De pronto fuimos socios en la adversidad. Les licuaron la deuda o se la endosaron al pueblo: "Total, es sangre de gauchos". Los que pedían créditos en Dólares al exterior y los cambiaban a Pesos para colocarlos a plazo fijo en los "banquitos por obligación" ganaban el 30% mensual con un Dólar casi fijo, cuando pagaban 15 ó 18% anual en moneda extranjera. El dinero gratis, para ellos; cuando la fiesta terminó, pagamos nosotros.
Por eso, si los militares computaban doble sus años de esforzado servicio en bien de la Patria y en defensa de su Bandera, los sufridos ciudadanos sobrevivientes, honestos e indefensos, padecemos un envejecimiento biológico de cinco por uno. De esta forma, yo he vivido 55 años de tiempo astronómico, pero estoy y me siento como un ser de 275 años, poco más o menos.
Saludos del nono Carlos.
Si bien estoy cansado, quizás no sea tan viejo como me siento: Se empieza a ser viejo cuando uno se decide a no expresar en público más ideas que las que son gratas a quien escucha. Alejandro Casona ( 1913 – 1965)