Dr.Linares
27/09/2006, 14:19
La ira se ha convertido en una plaga en nuestro planeta. La ves manifestada en las carreteras, en las filas que hacemos en los bancos o en los supermercados. La ves en las guerras que están surgiendo en tantos puntos del planeta, inluso la ves en terrenos tan fútiles como un simple cruce de miradas en la calle, o en los graffitis urbanos. Ni hablar del fútbol, la religión o la política... Desde el punto de vista energético, la ira es un sentimiento de baja frecuencia vibratoria, un veneno, y no aporta nada positivo a nuestras vidas. Algunos psicólogos exponen que detrás de la rabia lo que hay es miedo, miedo al cambio, miedo a perder algo, miedo a no obtener lo que se quiere, miedo a no tener la razón, miedo a perder el control.
Cuando sentimos ira pensamos que es una reacción lógica que surge por alguno de los miedos. Sin embargo, es necesario estar atentos a la ira patológica (enfermiza). Este tipo de ira lleva a la violencia causando daño a la persona que la recibe, pero más aún al que la proyecta. En este caso, es necesario buscar ayuda de un profesional. La ira patológica es un hábito adictivo (léase compulsivo y muy dificil de controlar) creado en nuestra niñez y debemos trabajar para erradicarlo de nuestras vidas.
Algunas personas dicen que alguien o algo les desencadena la ira porque le “aprietan los botones” ...sin saber que uno mismo es el que se instala esos botones. Si los removemos no habrá nada que otros puedan empujar ni apretar, pero para removerlos hace falta hacer un trabajo interno. Hace falta valor y deseos de soltarla pues cuando nos aferramos a ella estamos tensos, no somos felices y esto afecta nuestras relaciones y nuestra salud física. A veces es recomendable apartarnos de la persona o situación que entendemos nos provoca estrés y poner distancia, no para huir de la situación sino para reflexionar sobre la misma.
A continuación un par de sugerncias para un efectivo control de la ira.
Una técnica que puedes utilizar para trabajar con este mal es preguntarte si la persona que te ofendió es feliz. Esa persona que te hostiga todo el tiempo y te falta el respeto, sin duda alguna, no es feliz, si lo fuera no tendría necesidad de hostigar ni ofender. Puedes ponerte en su lugar, piensa cómo te sientes cuando no eres feliz, en ese momento quieres a alguien que te escuche y te entienda. Escuchar activamente es una herramienta que te ayuda a comprender qué ocasionó la ira de la persona que te ofendió.
También un antídoto que podemos utilizar contra la ira es el perdón. Cuando perdonamos estamos liberándonos y liberando a la persona que nos agravió. Sin embargo, perdonar no significa tolerar un comportamiento dañino, ni quedarnos en una relación abusiva, perdonar es permitir que el amor bondadoso nos lleve a nuestra liberación, ya que el amor compasivo comienza con nosotros.
Cuando tenemos una discusión con alguien, es bueno reflexionar y ver qué la provocó. Al analizar y reflexionar nos daremos cuenta que podemos es*****, seguir con rencor y rabia (sentimientos que dañan nuestro hígado y otros órganos de nuestro cuerpo) o movernos en amor compasivo y entender que esa persona es un instrumento para ver dónde está nuestro amor y cómo estamos en nuestro camino espiritual.
La práctica del perdón y la paciencia son antídotos que nos ayudan a erradicar esa plaga de nuestras vidas.
Puedes realizar la meditación del perdón y el amor bondadoso. Para esto, busca un lugar tranquilo y apartado, desconecta todos los teléfonos, si quieres, pon música suave y siéntate cómodamente. Cierra los ojos, haz una respiración completa y profunda, pon tu atención en la respiración y relájate. Observa tus pensamientos, no entres en diálogo. Cuando te sientas calmado trae a tu mente a la persona que te ofendió y visualiza que la perdonas, extiendole tu mano como un signo de amistad, imagina su sonrisa y siente la armonía en tu corazón. Piensa que esa persona probablemente también esté pasando por un proceso de dolor y sufrimiento y pide al Universo que le dé paz, calma y ecuanimidad en este periodo tan difícil para ella o él. Imagínate que eres un facilitador para su proceso de curación interior, sonríe y respira profundo, abre los ojos lentamente y vuelve poco a poco al aquí y ahora. Disfruta la calma y la paz que te da desintegrar en tu yo mas profudo toda la ira y el resentimiento.
Salud y Buena Vida para TODOS...,
Doc.
Cuando sentimos ira pensamos que es una reacción lógica que surge por alguno de los miedos. Sin embargo, es necesario estar atentos a la ira patológica (enfermiza). Este tipo de ira lleva a la violencia causando daño a la persona que la recibe, pero más aún al que la proyecta. En este caso, es necesario buscar ayuda de un profesional. La ira patológica es un hábito adictivo (léase compulsivo y muy dificil de controlar) creado en nuestra niñez y debemos trabajar para erradicarlo de nuestras vidas.
Algunas personas dicen que alguien o algo les desencadena la ira porque le “aprietan los botones” ...sin saber que uno mismo es el que se instala esos botones. Si los removemos no habrá nada que otros puedan empujar ni apretar, pero para removerlos hace falta hacer un trabajo interno. Hace falta valor y deseos de soltarla pues cuando nos aferramos a ella estamos tensos, no somos felices y esto afecta nuestras relaciones y nuestra salud física. A veces es recomendable apartarnos de la persona o situación que entendemos nos provoca estrés y poner distancia, no para huir de la situación sino para reflexionar sobre la misma.
A continuación un par de sugerncias para un efectivo control de la ira.
Una técnica que puedes utilizar para trabajar con este mal es preguntarte si la persona que te ofendió es feliz. Esa persona que te hostiga todo el tiempo y te falta el respeto, sin duda alguna, no es feliz, si lo fuera no tendría necesidad de hostigar ni ofender. Puedes ponerte en su lugar, piensa cómo te sientes cuando no eres feliz, en ese momento quieres a alguien que te escuche y te entienda. Escuchar activamente es una herramienta que te ayuda a comprender qué ocasionó la ira de la persona que te ofendió.
También un antídoto que podemos utilizar contra la ira es el perdón. Cuando perdonamos estamos liberándonos y liberando a la persona que nos agravió. Sin embargo, perdonar no significa tolerar un comportamiento dañino, ni quedarnos en una relación abusiva, perdonar es permitir que el amor bondadoso nos lleve a nuestra liberación, ya que el amor compasivo comienza con nosotros.
Cuando tenemos una discusión con alguien, es bueno reflexionar y ver qué la provocó. Al analizar y reflexionar nos daremos cuenta que podemos es*****, seguir con rencor y rabia (sentimientos que dañan nuestro hígado y otros órganos de nuestro cuerpo) o movernos en amor compasivo y entender que esa persona es un instrumento para ver dónde está nuestro amor y cómo estamos en nuestro camino espiritual.
La práctica del perdón y la paciencia son antídotos que nos ayudan a erradicar esa plaga de nuestras vidas.
Puedes realizar la meditación del perdón y el amor bondadoso. Para esto, busca un lugar tranquilo y apartado, desconecta todos los teléfonos, si quieres, pon música suave y siéntate cómodamente. Cierra los ojos, haz una respiración completa y profunda, pon tu atención en la respiración y relájate. Observa tus pensamientos, no entres en diálogo. Cuando te sientas calmado trae a tu mente a la persona que te ofendió y visualiza que la perdonas, extiendole tu mano como un signo de amistad, imagina su sonrisa y siente la armonía en tu corazón. Piensa que esa persona probablemente también esté pasando por un proceso de dolor y sufrimiento y pide al Universo que le dé paz, calma y ecuanimidad en este periodo tan difícil para ella o él. Imagínate que eres un facilitador para su proceso de curación interior, sonríe y respira profundo, abre los ojos lentamente y vuelve poco a poco al aquí y ahora. Disfruta la calma y la paz que te da desintegrar en tu yo mas profudo toda la ira y el resentimiento.
Salud y Buena Vida para TODOS...,
Doc.