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sedanini
27/09/2006, 10:03
Sobre las teorías y los autores.


Decía Aristóteles que el hombre desea naturalmente conocer, y todo deseo es movido por algo que lo despierta. No tenemos conciencia de la inmovilidad, ni siquiera en ella. El hombre es actividad. Si un hombre estuviese en reposo, y se le dijera que está en movimiento, no nos creería.; si se le dijese que está en movimiento, estando en reposo, igual. El problema es de referencias., como casi todos los problemas. “Sabemos lo que sabemos”, pero sabemos más. Volvemos a un problema referencial, y por eso la lógica nos ayuda a aclarar algo. El mundo probablemente iría muy bien sin la lógica. Tenemos grabadas esas limitaciones en el sentido común. Decía Litchenberg que lo que hizo Kant fue traducir a enorme complejidad lo que ha estado siempre en el sentido común. El buen filósofo, que se entrena en no tener que prepararse para ver las cosas, debe desconfiar de él; pero también debe atender, por eso de su entrenamiento.
Creo que todo cuanto sucede es auténticamente irrepetible, aunque la ciencia lo va descubriendo poco a poco, el hombre viene a creer lo que ve. Descartes dio un buen paso, desconfiar sistemáticamente. Dijo que iba a dedicar su vida a la ciencia, y todo el mundo ha oído hablar de Descartes. Esto podríamos decir que es historia. En toda historia pasan muchas cosas, y sólo de unas pocas llegamos a saber algo. Las teorías son inabarcables en cuanto las pensamos, y creo que difícilmente pensamos. Según el conductismo no es lo que importa que pensemos. Esa postura del conductismo es inhumana, y es muy parecida a la postura de Descartes. No creo en la humanidad, pero soy inevitablemente parte de ella. Hace años propuse una teoría del hombre no social, en el sentido de no sacado de la humanidad. Era una teoría que , según la exponía, veía que era falsa. Pretendía recrear una especie de humanidad desde un hombre, desarrollar el lenguaje, la ciencia, la ley, todos los frutos de la humanidad. Seguí pensando que la teoría era falsa, pero sabía que no era imposible, era enormemente improbable. Claro está, el mundo de la ciencia nunca supo nada de mi teoría. Creo que pensamos igual que hablamos, mal, y así no hay quién se entienda. Leibniz decía que dios tenía todas las perspectivas y que el hombre tenía una. No creo que Leibniz fuese un pesimista del conocimiento, creo que pensaba que el hombre era muy inferior al dios en que él pensaba. Un ser orgulloso intelectualmente Observando al hombre he llegado a pensar que lo que son nuestros mayores motivos de orgullo debieran ser nuestras mayores vergüenzas. Ana Freud diría que son los mecanismos de defensa del yo. La ciencia propone normas y el psicoanálisis no se adapta bien a ellas. Y por este camino irregular llamado conocimiento desarrollamos partes de nuestras vidas, de nuestras ideas. Tengo la costumbre de hacer contínuas referencias a los autores que conozco, y sobre los que hablo, y es por dos razones fundamentales: agradecimiento y carácter didáctico. Conociendo las obras que ayudaron a desarrollar las ideas de mis maestros he conseguido comprenderlas mejor y hacer más creativa esa comprensión. De esta manera no puedo entender que escriba de otra forma. En mis innumerables noches de insomnio se presentan las voces de mis maestros, entremezcladas, como un sueño ligero, suave, y alegre. A veces recuerdo las teorías, las relaciono, y suelo esperar una gran idea. que raramente aparece, pues la creación es caprichosa.. A veces no espero ideas y dedico sucesivas jornadas a desarrollar teorías de teorías, y así. Por ese camino la fertilidad de ideas está garantizada. Cuando conocí a Popper fue una idea básica que incorporé. No importaba que fuese cierta, la clavera teorías, teorías y teorías. Siento algo infantil por mis maestros, me emocionan, pero yo habo de sus teorías. Hay corrientes que creen que es al revés, que hay que relacionarlo todo, que las teorías van junto a su autor. Bien, es otra teoría, hora ya hay dos. Vincular al autor con sus teorías es tiene cosas positivas, pero esa exigencia de responsabilidad en vez de dinamizar nuestras teorías, las puede dejar estáticas. El conocimiento es algo maravilloso y muy complejo, y para comprender esto mejor tenemos a las teorías y a los autores.