Katralo
06/09/2006, 13:28
Mi Nina chiquitita se nos fue al paraiso de los gatitos. Escribo estas líneas con una especie de nudo en la garganta, tal vez como desahogo. Apenas tuvimos casi 2 años a la Nina y sólo 7 meses desde que mi esposa y yo nos mudamos a nuestro departamento. Era la gatita de unos vecinos que la abandonaron hace tiempo. Ella se quedó por el barrio buscando cariño y creo que lo encontró pues nunca la ví hambrienta ni descuidada. Yo me fui a España a hacer mi posgrado y al volver la Nina seguía por el barrio. Mi esposa se vino a vivir a Chile, nos casamos y empezamos a cuidarla. En Enero de este año nos entregaron el departamento y nos llevamos a la NIna con nosotros. Era la gatita más cariñosa, mimosa y linda que he visto. Todos quienes la veían decían: "No me gustan los gatos, pero una gata así yo tendría". Se convirtió en la consentida d mi pequeña familia. Cuando mi esposa y yo estábamos enfermos, la Nina se quedaba todo el día haciéndonos compañía. Dormía con nosotros...extraño mucho sus ronroneos nocturnos y sus masajes en mi brazo.
A fines de Julio la noté muy extraña, la llevé al gatólogo (veterinario) y la dejó internada. Al día siguiente nos llamó para decirnos que la Nina había muerto durante la noche. Mi señora y yo lloramos amargamente, fue como si nos hubiran quitado a una persona de verdad.
A veces la siento caminar por el departamento, la uñitas hacían un ruido muy peculiar en el parket. A veces incluso la siento dormir a mi lado. No sé si será sugestión u otra cosa.
La Nina ahora está bien, se despidió de nosotros con un ronroneo cuando fuimos a verla a la clínica el día que la internamos. Siempre la recuerdo como una niña cariñosa, consentida y juguetona. En muy poco tiempo se ganó el corazón mío y de mi señora.
Perdón por la cursilería, pero es que siento tristeza por mi Nina.
A fines de Julio la noté muy extraña, la llevé al gatólogo (veterinario) y la dejó internada. Al día siguiente nos llamó para decirnos que la Nina había muerto durante la noche. Mi señora y yo lloramos amargamente, fue como si nos hubiran quitado a una persona de verdad.
A veces la siento caminar por el departamento, la uñitas hacían un ruido muy peculiar en el parket. A veces incluso la siento dormir a mi lado. No sé si será sugestión u otra cosa.
La Nina ahora está bien, se despidió de nosotros con un ronroneo cuando fuimos a verla a la clínica el día que la internamos. Siempre la recuerdo como una niña cariñosa, consentida y juguetona. En muy poco tiempo se ganó el corazón mío y de mi señora.
Perdón por la cursilería, pero es que siento tristeza por mi Nina.