Pompilio Zigrino
03/09/2006, 10:55
Algunos políticos, como Gandhi, trataban de que el individuo creciera espiritualmente y superara su estado de masificación. Otros, sin embargo, promueven tal estado e, incluso, lo alientan hacia la violencia entre sectores. Se distinguen así dos actitudes opuestas: la del que orienta a los individuos hacia un mejoramiento individual y los que se ubican al lado de los “débiles” para protegerlos de algún enemigo real o imaginario. Se supone, en este caso, que el débil siempre necesitará del líder populista que piense y decida por él.
Quien mejor ha descripto el fenómeno de la masificación es el filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955). A continuación se citan algunos párrafos que aparecen en su libro “La rebelión de las masas” (Editorial Planeta-De Agostini SA).
Ortega: “Este hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas «internacionales». Más que un hombre es sólo un caparazón de hombre constituido por meros idola fori; carece de un «dentro», de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa. Tiene sólo apetitos, cree que sólo tiene derechos y no cree que tiene obligaciones: es el hombre sin la nobleza que obliga –sine nobilitate-, snob”
Comentario: Uno de los síntomas que afloran durante una crisis social profunda, es la existencia de individuos exigentes e intolerantes, que piensan sólo en sus derechos, pero casi nunca en sus deberes. Al menos a uno lo “tranquiliza” saber que este fenómeno social ha sido descripto adecuadamente bajo la denominación de “la rebelión de las masas”.
Ortega: “Como el snob (sin nobleza) está vacío de destino propio, como no siente que existe sobre el planeta para hacer algo determinado e incanjeable, es incapaz de entender que hay misiones particulares y especiales mensajes. Por esta razón es hostil al liberalismo, con una hostilidad que se parece a la del sordo hacia la palabra. La libertad ha significado siempre en Europa franquía para ser el que auténticamente somos. Se comprende a que aspire a prescindir de ella quien sabe que no tiene auténtico quehacer”.
Comentario: La ausencia de metas implica cierta desorientación en la vida. Incluso al individuo sin aspiraciones le resulta indiferente delegar las decisiones importantes, que pudiera tener, en el político que ha de dirigir su vida desde el Estado.
Ortega: “La misión del llamado «intelectual» es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, consistir en confundirlas más de lo que estaban”. “El politicismo integral, la absorción de todas las cosas y de todo el hombre por la política, es una y misma cosa con el fenómeno de rebelión de las masas que aquí se describe. La masa en rebeldía ha perdido toda capacidad de religión y de conocimiento”.
Comentario: Resulta evidente que el fenómeno de la masificación es alentado por los políticos populistas, que vienen a ser los directores generales de tal proceso.
Ortega: “Cuando alguien nos pregunta qué somos en política, o, anticipándose con la insolencia que pertenece al estilo de nuestro tiempo, nos adscribe a una, en vez de responder debemos preguntar al impertinente qué piensa él que es el hombre y la naturaleza y la historia, qué es la sociedad y el individuo, la colectividad, el Estado, el uso, el Derecho. La política se apresura a apagar las luces para que todos los gatos resulten pardos”.
Comentario: Se ha llegado al extremo de que, quien no sea izquierdista, sea tildado de estar a favor del Imperialismo yankee. Incluso se le negará la posibilidad de ser nacionalista, o partidario de su propio país.
Ortega: “La vida pública no es sólo política, sino, a la par y aun antes, intelectual, moral, económica, religiosa; comprende los usos todos colectivos e incluye el modo de vestir y el modo de gozar”. “Y es indudable que la división más radical que cabe hacer en la humanidad es esta en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a la deriva”.
Comentario: Puede decirse también que hay personas que realizan sus vidas pensando en sus deberes, mientras que otras sólo piensan en sus derechos, siendo nuestros deberes los derechos de los demás. Es indudable que la primera postura es la que mejores resultados dará. En la división que hace Ortega está el germen de la desigualdad social, de la cual hay dos soluciones posibles: la primera consiste en tratar de que todos se esfuercen por cumplir con sus deberes, mientras que la otra “solución” consiste repartir equitativamente (por igual) los beneficios logrados por quienes hacen el mayor esfuerzo, es decir, se trata de repartir la cosecha sin antes haber repartido equitativamente la siembra.
(Sigue)
Quien mejor ha descripto el fenómeno de la masificación es el filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955). A continuación se citan algunos párrafos que aparecen en su libro “La rebelión de las masas” (Editorial Planeta-De Agostini SA).
Ortega: “Este hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas «internacionales». Más que un hombre es sólo un caparazón de hombre constituido por meros idola fori; carece de un «dentro», de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa. Tiene sólo apetitos, cree que sólo tiene derechos y no cree que tiene obligaciones: es el hombre sin la nobleza que obliga –sine nobilitate-, snob”
Comentario: Uno de los síntomas que afloran durante una crisis social profunda, es la existencia de individuos exigentes e intolerantes, que piensan sólo en sus derechos, pero casi nunca en sus deberes. Al menos a uno lo “tranquiliza” saber que este fenómeno social ha sido descripto adecuadamente bajo la denominación de “la rebelión de las masas”.
Ortega: “Como el snob (sin nobleza) está vacío de destino propio, como no siente que existe sobre el planeta para hacer algo determinado e incanjeable, es incapaz de entender que hay misiones particulares y especiales mensajes. Por esta razón es hostil al liberalismo, con una hostilidad que se parece a la del sordo hacia la palabra. La libertad ha significado siempre en Europa franquía para ser el que auténticamente somos. Se comprende a que aspire a prescindir de ella quien sabe que no tiene auténtico quehacer”.
Comentario: La ausencia de metas implica cierta desorientación en la vida. Incluso al individuo sin aspiraciones le resulta indiferente delegar las decisiones importantes, que pudiera tener, en el político que ha de dirigir su vida desde el Estado.
Ortega: “La misión del llamado «intelectual» es, en cierto modo, opuesta a la del político. La obra intelectual aspira, con frecuencia en vano, a aclarar un poco las cosas, mientras que la del político suele, por el contrario, consistir en confundirlas más de lo que estaban”. “El politicismo integral, la absorción de todas las cosas y de todo el hombre por la política, es una y misma cosa con el fenómeno de rebelión de las masas que aquí se describe. La masa en rebeldía ha perdido toda capacidad de religión y de conocimiento”.
Comentario: Resulta evidente que el fenómeno de la masificación es alentado por los políticos populistas, que vienen a ser los directores generales de tal proceso.
Ortega: “Cuando alguien nos pregunta qué somos en política, o, anticipándose con la insolencia que pertenece al estilo de nuestro tiempo, nos adscribe a una, en vez de responder debemos preguntar al impertinente qué piensa él que es el hombre y la naturaleza y la historia, qué es la sociedad y el individuo, la colectividad, el Estado, el uso, el Derecho. La política se apresura a apagar las luces para que todos los gatos resulten pardos”.
Comentario: Se ha llegado al extremo de que, quien no sea izquierdista, sea tildado de estar a favor del Imperialismo yankee. Incluso se le negará la posibilidad de ser nacionalista, o partidario de su propio país.
Ortega: “La vida pública no es sólo política, sino, a la par y aun antes, intelectual, moral, económica, religiosa; comprende los usos todos colectivos e incluye el modo de vestir y el modo de gozar”. “Y es indudable que la división más radical que cabe hacer en la humanidad es esta en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas vivir es ser en cada instante lo que ya son, sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas, boyas que van a la deriva”.
Comentario: Puede decirse también que hay personas que realizan sus vidas pensando en sus deberes, mientras que otras sólo piensan en sus derechos, siendo nuestros deberes los derechos de los demás. Es indudable que la primera postura es la que mejores resultados dará. En la división que hace Ortega está el germen de la desigualdad social, de la cual hay dos soluciones posibles: la primera consiste en tratar de que todos se esfuercen por cumplir con sus deberes, mientras que la otra “solución” consiste repartir equitativamente (por igual) los beneficios logrados por quienes hacen el mayor esfuerzo, es decir, se trata de repartir la cosecha sin antes haber repartido equitativamente la siembra.
(Sigue)