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Ver la versión completa : Mediocridad



Pompilio Zigrino
03/09/2006, 10:51
Mientras que, en España, Ortega y Gasset describía al “hombre-masa”, en la Argentina, José Ingenieros (1877-1925) describía al “hombre-mediocre”. Sin duda que ambos describen un mismo hecho social, el cual es el punto de partida que podemos adoptar para comprender muchos de los movimientos políticos del siglo XX, que se proyectan sobre el siglo XXI.

La rebelión, sublevación o subversión del hombre-masa, o del hombre-mediocre, no apunta a una pretendida (y legítima) igualdad social, a la que toda sociedad debe aspirar, sino que, esencialmente, esta actitud generalizada busca reemplazar a la clase predominante, o bien a la clase media, para ejercer su dominio y, a veces, su venganza antes supuestos, y reales, agravios y desprecio recibidos.

Ortega: “Si ese tipo humano sigue dueño de Europa y es definitivamente quien decide, bastarán treinta años para que nuestro continente retroceda a la barbarie”.

Comentario: Luego de la vigencia de los movimientos de masas (fascismo, nazismo, comunismo), la barbarie llegó a Europa en una manera nunca vista, tal el caso de la Segunda Guerra Mundial. Recordemos que el libro de Ortega apareció en la década de los 20.

Ortega: “Lo que antes se hubiera considerado como un beneficio de la suerte que inspiraba humilde gratitud hacia el destino, se convirtió en un derecho que no se agradece, sino que se exige”. “Esto nos lleva a apuntar en el diagrama psicológico del hombre-masa actual dos primeros rasgos: la libre expansión de sus deseos vitales, por tanto, de su persona, y la radical ingratitud hacia cuanto ha hecho posible la facilidad de su existencia. Uno y otro rasgo componen la conocida psicología del niño mimado. Y, en efecto, no erraría quien utilice ésta como una cuadrícula para mirar a su través el alma de las masas actuales.”

Comentario: También podemos decir que el “niño caprichoso” es el que piensa sólo en sus derechos, siendo exigente e intolerante con los demás si se trata del incumplimiento de algún derecho que cree poseer. Incluso nunca va a sentirse agradecido por la ciencia moderna que, con sus logros, ha permitido el alargamiento de la vida promedio en varios años. Por el contrario, utiliza las ventajas de la ciencia, pero la critica severamente por cualquier motivo.

Ortega: “Mi tesis es, pues, ésta: la perfección misma con que el siglo XIX ha dado una organización a ciertos órdenes de la vida es origen de que las masas beneficiarias no la consideren como una organización, sino como naturaleza. Así se explica y define el absurdo estado de ánimo que esas masas revelan: no les preocupa más que su bienestar y al mismo tiempo son insolidarias de las causas de ese bienestar. Como no ven en las ventajas de la civilización un invento y construcción prodigiosos, que sólo con grandes esfuerzos y cautela se puede sostener, creen que su papel se reduce a exigirlas perentoriamente, cual si fueren derechos nativos. En los motines que la escasez provoca suelen las masas populares buscar pan, y el medio que emplean suele ser destruir las panaderías. Esto puede servir como símbolo del comportamiento que en más vastas y sutiles proporciones usan las masas actuales frente a la civilización que las nutre”.

Comentario: Teniendo presente que la sociedad funciona como un edificio sustentado en las empresas (que producen bienes y servicios, y que dan empleo), si uno desea derribar ese edificio, debe colocar bombas justamente en sus columnas. Así, la mayoría de la sociedad (al menos en la Argentina) opina en forma adversa respecto de todo empresario, que es “altamente sospechoso hasta que demuestre lo contrario”. También sueñan con que el terrorismo derribe definitivamente a EEUU, incluso a Europa, sin tener en cuenta que ambos, con el 11 o 12% de la población mundial, producen un 80% de lo que se produce en todo el mundo. Siguiendo la lógica de las masas, podemos escuchar insinuaciones que afirman que, tanto EEUU como Europa, no son perfectos y son bastante egoístas, y por ello estaría justificado el terrorismo que han recibido y que deberían recibir.

Ortega: “Este es el mayor peligro que hoy amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, el intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por él Estado; es decir, la anulación de la espontaneidad histórica que en definitiva sostiene, nutre y empuja los destinos humanos. Cuando la masa siente alguna desventura, o simplemente algún fuerte apetito, es una gran tentación para ella ese permanente y segura posibilidad de conseguirlo todo –sin esfuerzo, lucha, duda ni riesgo- sin más que tocar el resorte y hacer funcionar la portentosa máquina. La masa dice: «El Estado soy yo», lo cual es un perfecto error. El Estado es la masa solo en el sentido en que puede decirse de dos hombres que son idénticos porque ninguno de los dos se llama Juan. Estado contemporáneo y masa coinciden sólo en ser anónimos. Pero el caso es que el hombre-masa cree, en efecto, que él es el Estado, y tenderá cada vez más a hacerlo funcionar con cualquier pretexto, a aplastar con él toda minoría creadora que lo perturbe –que lo perturbe en cualquier orden: en política, en ideas, en industria.

El resultado de esta tendencia será fatal. La espontaneidad social quedará violentada una vez y otra por la intervención del Estado; ninguna nueva simiente podrá fructificar. La sociedad tendrá que vivir para el Estado; el hombre, para la máquina del Gobierno. Y como a la postre no es sino una máquina cuya existencia y mantenimiento dependen de la vitalidad circundante que la mantenga, el Estado, después de chupar el tuétano a la sociedad, se quedará hético, esquelético, muerto con esa muerte herrumbrosa de la máquina, mucho más cadavérica que la del organismo vivo”.

Comentario: Quizás la mayor simplicidad, en la descripción de las tendencias políticas, surja al tenerse presentes los escritos de Ortega y Gasset. De ellos se extrae que, al existir el hombre-masa, los populismos lo orientarán hacia el dominio del Estado (totalitarismo). Así se explica el surgimiento del fascismo, del nazismo, del comunismo y del peronismo. Como oposición al totalitarismo existirán las tendencias democráticas liberales. La oposición mayor será la de las tendencias que buscan el resurgimiento del individuo, desde un punto de vista ético.

Ortega: “Una sociedad dividida en grupos discrepantes, cuya fuerza de opinión queda recíprocamente anulada, no da lugar a que se constituya un mando. Y como a la Naturaleza le horripila el vacío, ese hueco que deja la fuerza ausente de la opinión pública se llena con la fuerza bruta”.

Comentario: Podemos decir que la causa por la que un país entra en una severa crisis, radica en la toma del poder (en forma directa o indirecta) por parte de las masas. También la solución vendrá de la toma del poder por parte de la gente moralmente apta.

Debe aclararse que la definición de hombre-masa no involucra el nivel económico o social de los individuos, sino su nivel cultural amplio, que incluye aspectos éticos.

Ortega: “En los capítulos anteriores he intentado filiar un nuevo tipo de hombre que hoy predomina en el mundo: le he llamado hombre-masa, y he hecho notar que su principal característica consiste en que sintiéndose vulgar, proclama el derecho a la vulgaridad y se niega a reconocer instancias superiores a él. Era natural que si ese modo de ser predomina dentro de cada pueblo, el fenómeno se produzca también cuando miramos el conjunto de las naciones. También hay, relativamente, pueblos-masas resueltos a rebelarse contra los grandes pueblos creadores, minoría de estirpes humanas que han organizado la historia. Es verdaderamente cómico contemplar cómo esta o la otra republiquita, desde su perdido rincón, se pone sobre la punta de sus pies e increpa a Europa y declara su cesantía en la historia universal”.

Comentario: Los que adhieren a las tendencias totalitarias, culpan a EEUU y a Europa de todos los males existentes sobre la Tierra, incluso del hambre existente. Se culpa más a los que realizan que a los que poco o nada hacen, ni por ellos ni por los demás. Cuando predomina el hombre-masa, incluso los países poderosos se convierten en “republiquitas”, que hacen y promueven guerras, tratando de dominar a los demás países. Como en el caso de una sociedad, también la decadencia mundial puede describirse en base a la masificación descripta por Ortega y Gasset.

(Sigue).

Pompilio Zigrino
03/09/2006, 10:52
José Ingenieros: “El predominio de la variación determina la originalidad. Variar es ser alguien, diferenciarse es tener un carácter propio, un penacho, grande o pequeño: emblema, al fin, de que no se vive como simple reflejo de los demás. La función capital del hombre mediocre es la paciencia imitativa; la del hombre superior es la imaginación creadora. El mediocre aspira a confundirse en los que le rodean; el original tiende a diferenciarse de ellos. Mientras el uno se concreta a pensar con la cabeza de la sociedad, el otro aspira a pensar con la propia. En ello estriba la desconfianza que suele rodear a los caracteres originales; nada parece tan peligroso como un hombre que aspira a pensar con su cabeza” (De “El hombre mediocre” – Editorial Época SA).

Comentario: Pareciera que Ingenieros valora excesivamente el aspecto intelectual del hombre, aún sobre su aspecto ético. De ahí que su opinión trasunta cierta dureza. Aun así, complementa la visión de Ortega y Gasset.

José Ingenieros: “Considerando a cada individuo con relación a su medio, tres elementos concurren a formar su personalidad: la herencia biológica, la imitación social y la variación individual”.

“El hombre superior es un accidente provechoso para la evolución humana. Es original e imaginativo, desadaptándose del medio social en la medida de su propia variación. Ésta se sobrepone a atributos hereditarios del «alma de la especie» y de las adquisiciones imitativas del «alma de la sociedad», constituyendo las aristas singulares del «alma individual», que le distinguen dentro de la sociedad. Es precursor de nuevas formas de perfección, piensa mejor que el medio en que vive y puede sobreponer ideales suyos a las rutinas de los demás”.

Comentario: En este caso distingue la esencia biológica de la esencia cultural, mostrando cómo el aspecto cultural debe imperar sobre la actitud biológica que tan sólo busca imitar lo que está generalizado.