Observador
24/08/2006, 14:27
Parte I
Génesis 7 - El diluvio
por María Luisa Alba Bustos
Poco a poco una nueva leyenda, un nuevo cuento generado en la mente de los creyentes se va consolidando. Es cierto que como leyenda no está mal, es un cuento dotado de gran fantasía. Los actores principales están ya definidos, el Dios todopoderoso e infinitamente sabio, el Dios justo y bueno, el Dios misericordioso y bondadoso que se desmiente a sí mismo de todas las cualidades buenas con que los hombres le habían adornado. El bueno de Noé. El resto de la humanidad, junto con todos los seres creados por Dios en aquellos primeros seis días de la creación, que no son más que comparsa silenciosa en la fábula. Comparsas silenciosas y malvadas que deben ser exterminados por Dios. ¿Es posible que Dios no encontrara mas que un hombre justo y bueno entre todos lo que en aquellos momentos habitaban el planeta? ¿Es posible que ese único hombre bueno y justo viviera en la misma zona donde se desarrollan siempre los acontecimientos bíblicos? ¿Es posible que no hubiera hombres justos ni en África, ni en América, ni en Oceanía? ¿Es posible que el dios hebreo no conociera esos continentes y tampoco supiera que también estaban habitados por hombres? supongo yo que unos serían injustos, ¿pero también habría algún hombre justo en los otros continentes, o no? Una vez más la Biblia nos muestra un dios local, no un dios universal, un dios que habiendo ya elegido su pueblo menosprecia e ignora a todos los demás pueblos de la Tierra. En su mente no parece caber la idea de que pueda haber otros pueblos, y que en ellos puedan haber también hombres justos, ni siquiera hombres.
Todas las referencias de la Biblia se remiten siempre a un mismo espacio geográfico y a los mismos pueblos. Dios debía ignorar que los otros continentes y pueblos existían. A veces los silencios de la Biblia son incluso más significativos que sus mismas palabras. No deja de ser curioso que nunca hable más que del escenario geográfico en que vivían los hebreos. No deja de ser curioso que ni siquiera mencione por su nombre el resto de los continentes. Aunque por aquella época no estuvieran aun descubiertos para el hombre, Dios sí que debería saber que existían, y podía haberlos nombrado alguna vez, describirlos alguna vez aunque sólo fuera a grandes rasgos, indicar el camino, la orientación y las técnicas para descubrirlos. Pero también sobre eso guarda silencio permanente. Parece que Dios no sabía mucha más geografía que la que sabían los hombres de la época.
Una vez más comprobamos que el Dios universal, el creador de la Tierra, de los continentes, de los mares y océanos, de los animales y hombres, se limita a hablar siempre del mismo entorno geográfico y al mismo pueblo, parece como si ignorara que el resto de los continentes y pueblos existieran, convirtiéndose a sí mismo en un dios local, un dios que sólo era dios dentro de un área relativamente pequeña y restringida de la Tierra. El Dios sabio ignora todo lo que no haga referencia a un entorno geográfico relativamente pequeño. Su idea y conocimiento de la Tierra es tan ignorante como lo era la mente de aquellos que lo crearon. Cree en una tierra plana y en un Sol que gira alrededor de la Tierra.
Aun así decreta un diluvio universal, ni le importa ni conoce lo que hay mas allá de lo que abarcan los ojos de los hombres de la época, pero una cosa tiene clara, fuera del entorno conocido no hay nada que salvar, fuera de ese entorno también reina el mal, tampoco hay ningún hombre justo que merezca la pena ser salvado, solo Noé y su familia, junto a algunos animales, alcanzan gracia a sus ojos. Digamos que en la lógica de la mentalidad de los hombres que crearon a ese dios parece hasta razonable que quiera exterminar al genero humano, ¿pero que adelanta con exterminar a los animales y plantas? ¿Acaso también ellos pecaron y eran crueles y malvados? ¿También le había fallado la creacion de animales y plantas? ¿La creación completa se le había rebelado? De ser así no parece que fuera un dios muy concienzudo a la hora de hacer la creación, todo se le había rebelado y la única forma de reconducir la situación era exterminar todo rastro de vida. ¡Toma castañas!
Incluso así no se explica que tras decidir exterminar toda la vida del planeta con objeto de realizar una segunda creación mejor hecha, decidiera salvar la semilla de todo lo anterior en el arca, es de suponer que sabía que esa semilla, tanto del hombre, de animales, como de plantas, encerraría en sí misma los mismos defectos que trataba de eliminar. ¿O acaso no lo sabia? Aquel que había creado los genes, que había plantado sus bases químicas y físicas, el que sabia de antemano como evolucionarían por que era infinitamente sabio parece ignorarlo. La ignorancia, siempre la ignorancia presente en las decisiones de un dios que se supone que era, y es, infinitamente sabio y bueno, la ignorancia mezclada con la crueldad y la barbarie. Exterminar hoy, para repoblar con lo mismo mañana. Pero aun así parece que su sabiduría es muy limitada, tan limitada que hay muchas cosas que no comprende todavía como veremos más adelante.
Génesis 7 - El diluvio
por María Luisa Alba Bustos
Poco a poco una nueva leyenda, un nuevo cuento generado en la mente de los creyentes se va consolidando. Es cierto que como leyenda no está mal, es un cuento dotado de gran fantasía. Los actores principales están ya definidos, el Dios todopoderoso e infinitamente sabio, el Dios justo y bueno, el Dios misericordioso y bondadoso que se desmiente a sí mismo de todas las cualidades buenas con que los hombres le habían adornado. El bueno de Noé. El resto de la humanidad, junto con todos los seres creados por Dios en aquellos primeros seis días de la creación, que no son más que comparsa silenciosa en la fábula. Comparsas silenciosas y malvadas que deben ser exterminados por Dios. ¿Es posible que Dios no encontrara mas que un hombre justo y bueno entre todos lo que en aquellos momentos habitaban el planeta? ¿Es posible que ese único hombre bueno y justo viviera en la misma zona donde se desarrollan siempre los acontecimientos bíblicos? ¿Es posible que no hubiera hombres justos ni en África, ni en América, ni en Oceanía? ¿Es posible que el dios hebreo no conociera esos continentes y tampoco supiera que también estaban habitados por hombres? supongo yo que unos serían injustos, ¿pero también habría algún hombre justo en los otros continentes, o no? Una vez más la Biblia nos muestra un dios local, no un dios universal, un dios que habiendo ya elegido su pueblo menosprecia e ignora a todos los demás pueblos de la Tierra. En su mente no parece caber la idea de que pueda haber otros pueblos, y que en ellos puedan haber también hombres justos, ni siquiera hombres.
Todas las referencias de la Biblia se remiten siempre a un mismo espacio geográfico y a los mismos pueblos. Dios debía ignorar que los otros continentes y pueblos existían. A veces los silencios de la Biblia son incluso más significativos que sus mismas palabras. No deja de ser curioso que nunca hable más que del escenario geográfico en que vivían los hebreos. No deja de ser curioso que ni siquiera mencione por su nombre el resto de los continentes. Aunque por aquella época no estuvieran aun descubiertos para el hombre, Dios sí que debería saber que existían, y podía haberlos nombrado alguna vez, describirlos alguna vez aunque sólo fuera a grandes rasgos, indicar el camino, la orientación y las técnicas para descubrirlos. Pero también sobre eso guarda silencio permanente. Parece que Dios no sabía mucha más geografía que la que sabían los hombres de la época.
Una vez más comprobamos que el Dios universal, el creador de la Tierra, de los continentes, de los mares y océanos, de los animales y hombres, se limita a hablar siempre del mismo entorno geográfico y al mismo pueblo, parece como si ignorara que el resto de los continentes y pueblos existieran, convirtiéndose a sí mismo en un dios local, un dios que sólo era dios dentro de un área relativamente pequeña y restringida de la Tierra. El Dios sabio ignora todo lo que no haga referencia a un entorno geográfico relativamente pequeño. Su idea y conocimiento de la Tierra es tan ignorante como lo era la mente de aquellos que lo crearon. Cree en una tierra plana y en un Sol que gira alrededor de la Tierra.
Aun así decreta un diluvio universal, ni le importa ni conoce lo que hay mas allá de lo que abarcan los ojos de los hombres de la época, pero una cosa tiene clara, fuera del entorno conocido no hay nada que salvar, fuera de ese entorno también reina el mal, tampoco hay ningún hombre justo que merezca la pena ser salvado, solo Noé y su familia, junto a algunos animales, alcanzan gracia a sus ojos. Digamos que en la lógica de la mentalidad de los hombres que crearon a ese dios parece hasta razonable que quiera exterminar al genero humano, ¿pero que adelanta con exterminar a los animales y plantas? ¿Acaso también ellos pecaron y eran crueles y malvados? ¿También le había fallado la creacion de animales y plantas? ¿La creación completa se le había rebelado? De ser así no parece que fuera un dios muy concienzudo a la hora de hacer la creación, todo se le había rebelado y la única forma de reconducir la situación era exterminar todo rastro de vida. ¡Toma castañas!
Incluso así no se explica que tras decidir exterminar toda la vida del planeta con objeto de realizar una segunda creación mejor hecha, decidiera salvar la semilla de todo lo anterior en el arca, es de suponer que sabía que esa semilla, tanto del hombre, de animales, como de plantas, encerraría en sí misma los mismos defectos que trataba de eliminar. ¿O acaso no lo sabia? Aquel que había creado los genes, que había plantado sus bases químicas y físicas, el que sabia de antemano como evolucionarían por que era infinitamente sabio parece ignorarlo. La ignorancia, siempre la ignorancia presente en las decisiones de un dios que se supone que era, y es, infinitamente sabio y bueno, la ignorancia mezclada con la crueldad y la barbarie. Exterminar hoy, para repoblar con lo mismo mañana. Pero aun así parece que su sabiduría es muy limitada, tan limitada que hay muchas cosas que no comprende todavía como veremos más adelante.