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Ver la versión completa : Educación y adaptación



Pompilio Zigrino
25/07/2006, 10:11
Considerando la existencia de sufrimiento y conflictos que afectan a los hombres y a las distintas sociedades, se presentan dos alternativas extremas para lograr un posible mejoramiento: la educación y la revolución. En este caso denominamos como “revolución” a un cambio abrupto promovido por medios violentos, cercano a una guerra civil, y que es promovido y alentado por el marxismo. La otra alternativa es la educación, ya que producirá efectos duraderos. El filósofo Johann Fichte escribió: “El único medio que propongo para salvar la existencia de la nación alemana es la transformación completa de la educación vigente hasta hoy”. “Mediante la nueva educación, queremos unir a todos los alemanes en un solo cuerpo” (De “Discursos a la nación Alemana”.

Francis Bacon escribió: “El hombre, servidor e intérprete de la naturaleza, ni obra ni comprende más que en proporción de sus descubrimientos experimentales y racionales sobre las leyes de la naturaleza; fuera de ahí, nada sabe ni nada puede” (De “Novum Organum”). Esto nos sugiere que debemos tomar como referencia a la propia realidad y no a la autoridad reconocida de algún hombre. Así, Galileo Galilei (1564-1642) inicia la física experimental dejando de lado la autoridad científica de Aristóteles de Estagira (384-322 AC). Nicolás Copérnico (1473-1543) establece el modelo de sistema planetario heliocéntrico dejando de lado a Claudio Ptolomeo (90-168). Andrea Vesalio (1514-1564) reinicia la medicina experimental dejando de lado la autoridad de Galeno (130-190). Observando el tiempo transcurrido entre “autoridad e innovador”, puede apreciarse el estancamiento producido por considerarse una referencia inadecuada.

La idea de una educación única y objetiva, que sea válida para todos los pueblos y para todas las épocas, ha sido un objetivo a lograr. Y esto ha de ser posible debido a que la educación se ha de fundamentar, en última instancia, en la ciencia experimental (en cuanto a contenidos). En cuanto a procedimientos, se ha de fundamentar en la psicología y en la lógica (como apoyos para el arte individual de la enseñanza). Giovanni Gentile dijo: “La educación fue orientada en cada tiempo y lugar según los diversos conceptos que se tuvo del hombre”.

La ciencia de la pedagogía aparece en épocas en que se trata de encontrar una religión natural, es decir, una religión vinculada a las leyes naturales que rigen a todo individuo. Wilhelm Dilthey escribió: “La pedagogía actual nació en los siglos XVI y XVII y compone una parte de aquel sistema natural que se desenvolvió entonces como derecho natural, religión o teología natural y moral universal…” (De “Teoría de la concepción del mundo” – Ed. Fondo de Cultura Económico).

La educación tiene como objetivo principal la adaptación del hombre al orden natural, o al mundo en que vive, por lo que los contenidos y los métodos deberán formar parte de algún sistema filosófico o religioso, vinculado al mundo real. William James escribió: “La educación es la formación de hábitos de acción capaces de adaptar al individuo a su medio ambiente y social”.

Inmanuel Kant decía que los dos problemas más difíciles de resolver eran el del arte del gobierno y el de la educación. Desde el punto de vista de la adaptación del hombre al orden natural, es posible considerarlos como un solo problema, con una posible solución. Dicha adaptación materializa la idea del gobierno (o Reino) de Dios, que es también la finalidad de la educación. John Dewey dijo: “La educación no es una preparación para la vida, es la vida misma”.

El físico Albert Einstein escribió: “No olvidéis nunca que las cosas maravillosas que aprendéis en la escuela son obra de muchas generaciones, producto del esfuerzo entusiasta y del trabajo incansable de todos los países del mundo. Se deposita todo esto en vuestras manos como herencia para que lo recibáis, lo honréis, lo aumentéis y podáis transmitirlo un día fielmente a vuestros hijos. Así es como nosotros, los mortales, alcanzamos la inmortalidad en las cosas permanentes que creemos en común. Si nunca olvidáis esto, hallaréis un sentido a la vida y al trabajo, y adoptaréis la actitud más correcta hacia otras naciones y otras épocas” (De “Contribuciones a la ciencia” ).

Debido a que el individuo posee una actitud característica, la educación impartida deberá ser única. Desde este punto de vista no tiene sentido hablar de una “educación sexual”, o de una “educación vial”, por cuanto, al orientar debidamente la actitud de cada individuo, mediante una única educación ética, se lo educará en una forma integral. Las educaciones especializadas surgen como un reflejo del fracaso logrado en la educación general.

La educación a impartir presentará cuatro aspectos básicos: ético, intelectual, físico y laboral. Muchas veces, el hombre relega a un segundo plano los valores netamente humanos, por lo que resulta conveniente recordar las sugerencias dadas por Sócrates: “Atenienses, os respeto y os amo, pero obedeceré a Dios antes que a vosotros y mientras viva no dejaré de filosofar diciéndole a cada uno cuando lo encuentre: Buen hombre, ¿cómo siendo ateniense y ciudadano de la más grande ciudad del mundo por su sabiduría y su valor, cómo no te avergüenzas de no haber pensado más que en amontonar riquezas, en adquirir créditos y honores, en despreciar los tesoros de la verdad y de la sabiduría, y en no esforzarte para hacer a tu alma tan buena como pueda serlo?”.

El éxito del proceso educativo depende de la valoración social del conocimiento. En todas las épocas ha existido un automarginamiento de quienes ignoran los avances de la ciencia y del progreso cultural. El astrónomo Nicolás Copérnico expresó bastante decepcionado: “Lo que agrada a la muchedumbre, yo no lo comprendo; lo que yo comprendo no agrada a la muchedumbre. Hay un abismo entre nosotros”. Podemos decir que el docente ha de ser un intermediario entre el sabio y el hombre común.

Muchas veces, religión es sinónimo de fanatismo y superstición, de irracionalidad y de odio intenso. Sin embargo, si se considera la existencia de una moral natural, implícita en las propias leyes que nos rigen, la religión podrá seguir ocupando el lugar central que históricamente ha ocupado en la educación. Mejorar la educación significa también mejorar la religión. Miguel de Unamuno escribió: “Creer en Dios es anhelar que le haya y es además conducirse como si le hubiera”.

Si bien el conocimiento transmitido presenta contenidos variados, el educador debe acentuar su tarea en la parte ética, tratando que cada alumno muestre el mejor aspecto de su personalidad. Wolfgang Goethe dijo: “Trata a la gente como si fuera lo que debería ser y la ayudarás a convertirse en lo que es capaz de ser”.