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Ver la versión completa : El problema educativo



Pompilio Zigrino
25/07/2006, 10:05
Cuando en una sociedad se presentan conflictos, debemos solucionarlos, pero, previamente, debemos conocer las causas que los provocan. Los arreglos provisorios casi nunca logran los efectos deseados, de ahí que debemos buscar soluciones para el mediano y el largo plazo. Así, no sólo se logrará solucionar el problema educativo, sino todos aquellos que tienen su origen en el propio individuo. Tal solución consiste en una mejora ética. La dificultad esencial consiste en convencer al individuo de las ventajas que ofrece el comportamiento ético respecto de los demás.

Muchos opinan que todos los problemas sociales se deben a factores económicos y proponen solucionarlos cambiando el sistema de producción y de distribución de bienes y servicios. De ahí que los economistas deberían conducir la sociedad desplazando a filósofos, sociólogos, educadores, etc., ya que, en principio, la solución sería muy simple.

Si todo dependiera de los medios económicos disponibles, la mayoría de los alumnos que provienen de familias adineradas serían los mejores, mientras que los peores provendrían del grupo social menos favorecido; algo que no ocurre en la realidad. También el problema educativo existiría tan sólo en los países pobres.

Los contenidos de la educación provienen, en su mayoría, de la ciencia; la que progresa impulsada principalmente por la necesidad de conocimientos de quien produce alguna innovación. No se tiene en cuenta una posible aplicación posterior, sin que haya inconvenientes de que ello ocurra. Para el científico, la utilidad está asociada a su propia realización intelectual; aspecto dejado de lado en las sociedades de consumo, ya que los adultos, quizás sin quererlo, transmiten a niños y adolescentes su desinterés por el conocimiento.

Así como una mujer se sentirá incómoda si buscan utilizarla como un objeto de placer, sin que haya previamente un vínculo afectivo, la “diosa de la ciencia”, si estuviese personificada en una mujer, rechazaría a quienes la valoraran sólo por los beneficios materiales que pueda brindar.

La necesidad de conocimientos es la base de todo proceso educativo. Si no existe en el individuo esta necesidad básica, poco éxito se logrará. La propia sociedad, dominada por una actitud consumista, sólo valora el conocimiento que podrá constituirse en un medio laboral adecuado; lo que no es una finalidad criticable si previamente existe una actitud “afectiva” hacia la ciencia.

La excesiva utilización de los adelantos tecnológicos perjudica el normal adiestramiento de los alumnos. Así, el uso de calculadoras impide el aprendizaje de las operaciones aritméticas, pero, sobre todo, impide la utilización de las matemáticas como un importante entrenador mental que ha de favorecer la eficacia del pensamiento, en todos sus aspectos. Si utilizáramos el automóvil aún para cubrir pequeñas distancias, perderíamos nuestras aptitudes físicas deteriorando nuestra salud.

El lenguaje posibilita la comunicación, mientras que la lectura permite acrecentar nuestra capacidad imaginativa y la elaboración de ideas. De ahí que leer libros sin imágenes favorece tales atributos. Por el contrario, al reemplazar el libro por la televisión, se producen resultados opuestos a los deseados.

En otras épocas, el lector estaba en contacto directo con los intelectuales más destacados. Su formación llevaba impresa la influencia de las mentes más brillantes de la humanidad. En la actualidad, sin embargo, la formación de la juventud se ve afectada por la influencia del ámbito televisivo, que está lejos de un nivel cultural adecuado.

La excesiva exaltación de los derechos del niño, y del adolescente, hace que pocas veces se mencionen los deberes asociados. De esa manera se está gestando una sociedad compuesta por personas caprichosas y exigentes. No hace falta mirar a otros países para encontrar una mejora en la educación; sólo debemos mirar hacia nuestro pasado de algunos años atrás.

También es conveniente abandonar la tendencia a buscar criterios y métodos opuestos a los que se empleaban en el pasado, y casi por ese único motivo, ya que en el pasado se lograban mejores rendimientos.

Las protestas generalizadas contra los distintos sectores de la sociedad no tienen en cuenta que los efectos no deseados son una consecuencia necesaria e inevitable de una mentalidad generalizada tolerada y aceptada por la mayoría.