Observador
22/07/2006, 17:46
Parte I
Si un grupo que pretende atraernos hacia sus actividades a nosotros, a nuestros hijos o amigos, reúne alguna de las características que siguen, sospechemos. Veámoslas: Exigen una dedicación excesiva, absorbente, casi una devoción, a alguna persona o idea, utilizan programas de modificación del pensamiento para convencer y controlar a sus miembros en un único y estricto patrón de creencias y valores, producen estados de dependencia psicológica en sus miembros, explotan a sus seguidores para conseguir objetivos, normalmente económicos, del grupo. Y causan daño psicológico en los seguidores y graves problemas en su entorno familiar, de trabajo y/o de amistades. La secta persigue la transformación de la personalidad de sus seguidores para modificar sus intereses y valores y su tipo de relaciones. Para ello utiliza técnicas de manipulación psicológica, que se plasman en las diversas fases que vive el captado.
Fase 1.- La captación: Para despertar el interés del candidato, se filtra la información que recibe el destinatario y se recurre al engaño para que el recién llegado desconozca los objetivos reales del grupo y los niveles de compromiso que irá adquiriendo. El captador o "gancho" utiliza su atractivo personal y ofrece seguridad y ayuda para ganarse al novato. A veces se magnifican las cualidades del recién llegado y otras, por el contrario, se ponen de manifiesto sus carencias y necesidades, presentando a la secta o grupo como la solución de todos los problemas. El grupo presiona y no deja que la persona reflexione sobre la propuesta. Se le obliga a comprometerse con los miembros del grupo para conseguir los objetivos marcados por el propio grupo.
Fase 2.- La conversión: Cuando el individuo ya está interesado, comienza la fase de modificación de su personalidad para adecuarla a los intereses del grupo. Se manipula la información, seleccionando para el nuevo adepto exclusivamente lo que interesa al grupo. O se le reinterpreta la información: las críticas externas se presentan como calumnias, persecución, confabulación o como voluntad de desestabilizar. Además, se modifica el lenguaje habitual del recién introducido y se le proporciona la jerga o argot específicos del grupo, lo que acentúa la complicidad y refuerza el sentimiento y la conciencia de pertenencia a la secta. Que nunca será presentada como lo que es. Se organizan congresos, seminarios o conferencias en las que los dirigentes inculcan los principios y directrices de la organización.
Finalmente, se configuran ante el ya adoctrinado dos mundos diametralmente distintos: el de la secta (en el que todo es correcto, lógico y verdadero) y el del exterior, donde todo lo que esté en contra de la organización es perverso, erróneo y perjudicial.
Fase 3.- La Retención: Paulatinamente, el grupo va introduciendo en el individuo sentimientos de culpa y de temor ante la posibilidad de “traicionar” a la organización, con la intención de dificultar el posible abandono del colectivo. Se llega, a veces, al chantaje: no conviene abandonar la secta porque los líderes conocen aspectos íntimos de cada miembro, o porque sobrevendrán males sin fin.
No es el mismo de siempre: Los familiares y amigos le perciben raro, diferente. El grupo se ha adueñado de su personalidad de manera que vive casi exclusivamente para servir a los intereses de la secta. Se muestra ausente, se siente por encima de todo y en posesión de una verdad absoluta a la que los demás no han tenido la suerte o la lucidez de acceder. La alteración de su carácter, descrita en los manuales como "trastorno disociativo atípico", se caracteriza por una forma distante de relacionarse con los demás, sobre todo con quienes cuestionan su nueva forma de enfocar la vida. Se muestran más fríos y menos emotivos con sus seres queridos. A menudo, abandonan el trabajo o los estudios o convierten esos ambientes en un espacio en el que captar adeptos para la secta.
Afortunadamente, aun siendo intensa la manipulación, la mayoría de los contactados por las sectas consigue salir indemne de esos perniciosos núcleos de influencia. E incluso entre los captados, algunos conservan cierta autonomía. La organización los utilizará ante los indecisos para demostrar que en esa secta “todo el mundo puede entrar o salir cuando quiera.”
Si un grupo que pretende atraernos hacia sus actividades a nosotros, a nuestros hijos o amigos, reúne alguna de las características que siguen, sospechemos. Veámoslas: Exigen una dedicación excesiva, absorbente, casi una devoción, a alguna persona o idea, utilizan programas de modificación del pensamiento para convencer y controlar a sus miembros en un único y estricto patrón de creencias y valores, producen estados de dependencia psicológica en sus miembros, explotan a sus seguidores para conseguir objetivos, normalmente económicos, del grupo. Y causan daño psicológico en los seguidores y graves problemas en su entorno familiar, de trabajo y/o de amistades. La secta persigue la transformación de la personalidad de sus seguidores para modificar sus intereses y valores y su tipo de relaciones. Para ello utiliza técnicas de manipulación psicológica, que se plasman en las diversas fases que vive el captado.
Fase 1.- La captación: Para despertar el interés del candidato, se filtra la información que recibe el destinatario y se recurre al engaño para que el recién llegado desconozca los objetivos reales del grupo y los niveles de compromiso que irá adquiriendo. El captador o "gancho" utiliza su atractivo personal y ofrece seguridad y ayuda para ganarse al novato. A veces se magnifican las cualidades del recién llegado y otras, por el contrario, se ponen de manifiesto sus carencias y necesidades, presentando a la secta o grupo como la solución de todos los problemas. El grupo presiona y no deja que la persona reflexione sobre la propuesta. Se le obliga a comprometerse con los miembros del grupo para conseguir los objetivos marcados por el propio grupo.
Fase 2.- La conversión: Cuando el individuo ya está interesado, comienza la fase de modificación de su personalidad para adecuarla a los intereses del grupo. Se manipula la información, seleccionando para el nuevo adepto exclusivamente lo que interesa al grupo. O se le reinterpreta la información: las críticas externas se presentan como calumnias, persecución, confabulación o como voluntad de desestabilizar. Además, se modifica el lenguaje habitual del recién introducido y se le proporciona la jerga o argot específicos del grupo, lo que acentúa la complicidad y refuerza el sentimiento y la conciencia de pertenencia a la secta. Que nunca será presentada como lo que es. Se organizan congresos, seminarios o conferencias en las que los dirigentes inculcan los principios y directrices de la organización.
Finalmente, se configuran ante el ya adoctrinado dos mundos diametralmente distintos: el de la secta (en el que todo es correcto, lógico y verdadero) y el del exterior, donde todo lo que esté en contra de la organización es perverso, erróneo y perjudicial.
Fase 3.- La Retención: Paulatinamente, el grupo va introduciendo en el individuo sentimientos de culpa y de temor ante la posibilidad de “traicionar” a la organización, con la intención de dificultar el posible abandono del colectivo. Se llega, a veces, al chantaje: no conviene abandonar la secta porque los líderes conocen aspectos íntimos de cada miembro, o porque sobrevendrán males sin fin.
No es el mismo de siempre: Los familiares y amigos le perciben raro, diferente. El grupo se ha adueñado de su personalidad de manera que vive casi exclusivamente para servir a los intereses de la secta. Se muestra ausente, se siente por encima de todo y en posesión de una verdad absoluta a la que los demás no han tenido la suerte o la lucidez de acceder. La alteración de su carácter, descrita en los manuales como "trastorno disociativo atípico", se caracteriza por una forma distante de relacionarse con los demás, sobre todo con quienes cuestionan su nueva forma de enfocar la vida. Se muestran más fríos y menos emotivos con sus seres queridos. A menudo, abandonan el trabajo o los estudios o convierten esos ambientes en un espacio en el que captar adeptos para la secta.
Afortunadamente, aun siendo intensa la manipulación, la mayoría de los contactados por las sectas consigue salir indemne de esos perniciosos núcleos de influencia. E incluso entre los captados, algunos conservan cierta autonomía. La organización los utilizará ante los indecisos para demostrar que en esa secta “todo el mundo puede entrar o salir cuando quiera.”