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Ver la versión completa : Viaje conmigo misma



karlacris
27/06/2006, 14:02
Observo el mar y su vaivén, siempre en continuo movimiento sin un momento de tranquilidad, me pierdo en el horizonte que parece infinito a mis ojos pero que tiene un fin más allá de lo que yo puedo observar.

Me acerco lentamente a la orilla y dejo que sus olas besen mis pantorrillas, que la espuma acaricie mis pies, quisiera sumergirme en sus aguas pero me detengo y sólo dejo que el agua llegue hasta mis rodillas... pero el mar quiere jugar conmigo y manda olas traviesas que hacen que me moje más de lo que realmente deseo.

Comienzo a caminar hacia cualquier lugar, vago sin ninguna dirección sólo dejando que el mar me bese al caminar... me entretengo viendo las conchas que la marea ha dejado en la playa: ¿de donde vendrán?, ¿cuál ha sido su camino? El mar se las vuelve a llevar... otra persona las encontrará, talvez sean recogidas y adornen algún lugar especial.

Levanto mi rostro y la brisa marina mueve mis cabellos al azar, escucho el sonido de las risas de unos niños que juegan pelota, pareciera que el mar quisiera jugar y se lleva por un instante el balón, mientras que los dueños corren a rescatarle... siguen jugando a mis espaldas y alcanzo a escuchar la voz infantil “Gol de Messi”, mientras sus amigos ríen por la niñería.

Las olas siguen bailando a mis pies y me invitan a unirme a su danza milenaria, me dejo envolver con su canto y doy vueltas sin control, extiendo mis brazos y al sentir el aire a mi alrededor imagino que puedo volar, que puedo acompañar a las gaviotas en su viaje, ¡que puedo llegar más allá de mi imaginación!.

Regreso a la realidad y prosigo en mi caminar, el sol comienza a despedirse y pinta las nubes de diversos colores prometiéndome en cada pincelada que volverá al día siguiente para acompañarme una vez más. Lentamente se hunde en el seno del mar quien lo recibe pletórico de brillo, mi amigo se va pero sé que volverá.

Lentamente desando el camino andado, los niños han regresado a sus casas pero el eco de sus risas ha quedado grabado en mi mente ¡es el sonido de la inocencia!...

La luz mortecina del sol comienza a dar paso a la oscuridad de la noche, los grillos comienzan su triste cantar, me acompañan en mi viaje de regreso mientras me cuentan historias nunca antes escuchadas, de amores y desamores... quisiera quedarme a escucharlas toda la noche pero en la lejanía resuena mi nombre, tengo que regresar de este viaje conmigo misma.


Me despido de los grillos y animales nocturnos, pero prometo que volveré, ¡volveré a hacerme compañía a mi misma!