Sibila Vane
26/06/2006, 18:29
Su cabello opaca los rayos del sol,
Y se pasa la mano para encandilar,
Con su mirada fría y gélida expresión,
Pretende dominar el mundo ser el centro del mió y todo del suyo.
Procura saber de todo,
Pero en realidad no sabe ni donde está parado,
Finge sonrisas ante el amor ajeno,
Mientras se esta muriendo de envidia por dentro,
Esperando ser el siguiente en la lista de Cupido,
Queriendo salir al encuentro de un amor o de un amigo.
Él es peor que la mala hierba,
Abominable y seductor,
Monstruo encantador.
En su triste, solo y oscuro corazón,
Juega un niño sin esperanzas ni lugar,
Con ganas de poder mirar al frente y encontrar cariño, compasión,
Y todo lo que no le pudieron dar,
Borrando todo aquel resentimiento y opresión,
Dejando de se uno para ser dos.
Hermoso a la persepción de tus sentidos,
Agradable al hablar,
Sincero, sin titubear,
Pero con un corazón de piedra,
En el cual la erosión ha llegado a su máxima expresión,
Son las heridas del pasado que nunca pudo sanar.
Cree vivir en el séptimo cielo,
Mientras fecunda su propio infierno,
Entre su almohada y mi amor
Va cosechando desconfianza y rencor,
Creyendo que yo le haría mal,
Sin saber que solo lo quiero amar.
Y se pasa la mano para encandilar,
Con su mirada fría y gélida expresión,
Pretende dominar el mundo ser el centro del mió y todo del suyo.
Procura saber de todo,
Pero en realidad no sabe ni donde está parado,
Finge sonrisas ante el amor ajeno,
Mientras se esta muriendo de envidia por dentro,
Esperando ser el siguiente en la lista de Cupido,
Queriendo salir al encuentro de un amor o de un amigo.
Él es peor que la mala hierba,
Abominable y seductor,
Monstruo encantador.
En su triste, solo y oscuro corazón,
Juega un niño sin esperanzas ni lugar,
Con ganas de poder mirar al frente y encontrar cariño, compasión,
Y todo lo que no le pudieron dar,
Borrando todo aquel resentimiento y opresión,
Dejando de se uno para ser dos.
Hermoso a la persepción de tus sentidos,
Agradable al hablar,
Sincero, sin titubear,
Pero con un corazón de piedra,
En el cual la erosión ha llegado a su máxima expresión,
Son las heridas del pasado que nunca pudo sanar.
Cree vivir en el séptimo cielo,
Mientras fecunda su propio infierno,
Entre su almohada y mi amor
Va cosechando desconfianza y rencor,
Creyendo que yo le haría mal,
Sin saber que solo lo quiero amar.