tulipan
09/06/2006, 22:53
Me lo enviaron.. y creí oportuno compartirlo...
Saluditos a todas las madres, y a las que lo seremos algún día.
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Ser mamá...
Estábamos sentados a la hora de almuerzo cuando mi hija casualmente
mencionó que ella y su marido estaban pensando en "formar una familia".
"Estamos haciendo una encuesta", bromeó. "¿Crees tú que debería tener un bebé?"
* *"Te va a cambiar la vida" dije yo, manteniendo un tono neutral.
* *"Ya sé" dijo ella, "no más dormir el fin de semana, no más vacaciones
espontáneas", pero no era a eso a lo que yo me refería.
Miré a mi hija, tratando de decidir qué decirle. Quería contarle que las
heridas físicas de tener un bebé sanarían, pero convertirse en madre le
dejaría una herida emocional tan grande que la haría para siempre vulnerable.
Quería decirle que nunca más leería el diario sin preguntar: "¿y si ese
hubiera sido MI hijo?". Que cada caída de avión, cada casa que se
incendia, cada accidente de tránsito la van a perseguir. Que cuando vea
una foto de un niño hambriento, se preguntará si no hay nada peor en la
vida que ver a tu propio hijo morir.
Miré sus manos con manicure y su perfecto traje de dos piezas y pensé
que sin importar cuan sofisticada es ella, convertirse en madre la
reducirá al nivel más primitivo donde lo más importante es proteger a su
crío. Que el llamado urgente de "mamá!!!" le hará quebrar su fuente de
cristal más fino sin siquiera dudarlo.
Me gustaría advertirle que sin importar cuantos años ha invertido en su
carrera, serán descarrilados por la maternidad. Podrá contratar una
nana, pero algún día tendrá que ir a una importante reunión y recordará
el dulce olor de su bebé. Tendrá que endurecer su corazón para no volver
corriendo a casa, solo para asegurarse de que está bien.
Quería decirle a mi hija que las decisiones comunes de cada día ya no
serán rutina. Que la decisión de un niño de 5 años de ir al baño de
varones en Mac Donald's en vez de el de mujeres será un problema
gigante. Allí, en medio de las bandejas y los gritos de otros niños, los
asuntos de independencia e identidad de género chocarán contra la idea
de un pedófilo esperando en ese baño de varones.
Cualquier decisión que tome en la oficina, la repensará constantemente
como madre. Mirando a mi atractiva hija, le quería asegurar que
eventualmente perderá los kilitos de más del embarazo, pero nunca más se
sentirá igual consigo misma. Que su vida, ahora tan importante, pasará
a segundo plano una vez que su bebé haya nacido. Ahora que ella daría su
vida en un momento por salvar a su bebé, también comenzará a pedir por
más años de vida, no para cumplir sus sueños, sino para ver los de sus
hijos cumplidos.
Quería decirle que la cicatriz de la cesárea y las estrías se
convertirían en sus medallas de honor. La relación de mi hija y su
marido cambiará, pero no de la manera que ella piensa. Ojalá ella
entendiera cuánto más se puede amar a un hombre que es cuidadoso para
poner talco a su bebé o que siempre tiene tiempo para jugar con él.
Quiero que sepa que se volverá a enamorar de su marido por razones que
ahora encontraría muy poco románticas.
Quisiera que ella pudiera sentir el lazo que tendrá con otras mujeres
que han tratado de detener guerras, acabar con los prejuicios y no
manejar bajo los efectos del alcohol.
Quiero describirle a mi hija la felicidad que se siente al ver a tu hijo
aprender a andar en bicicleta. Quiero capturar para ella la risita
divertida de un bebé cuando toca por primera vez el pelaje de un perrito
o de un gato. Quiero traspasarle esa alegría.
La mirada interrogante de mi hija me hizo notar lágrimas en mis ojos.
"Nunca te arrepentirás", dije finalmente. Me acerqué a ella, apreté sus
manos y le deseé lo mejor, ya que había recibido el más maravilloso de
los llamados...
Desconozco su autor...
Saluditos a todas las madres, y a las que lo seremos algún día.
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Ser mamá...
Estábamos sentados a la hora de almuerzo cuando mi hija casualmente
mencionó que ella y su marido estaban pensando en "formar una familia".
"Estamos haciendo una encuesta", bromeó. "¿Crees tú que debería tener un bebé?"
* *"Te va a cambiar la vida" dije yo, manteniendo un tono neutral.
* *"Ya sé" dijo ella, "no más dormir el fin de semana, no más vacaciones
espontáneas", pero no era a eso a lo que yo me refería.
Miré a mi hija, tratando de decidir qué decirle. Quería contarle que las
heridas físicas de tener un bebé sanarían, pero convertirse en madre le
dejaría una herida emocional tan grande que la haría para siempre vulnerable.
Quería decirle que nunca más leería el diario sin preguntar: "¿y si ese
hubiera sido MI hijo?". Que cada caída de avión, cada casa que se
incendia, cada accidente de tránsito la van a perseguir. Que cuando vea
una foto de un niño hambriento, se preguntará si no hay nada peor en la
vida que ver a tu propio hijo morir.
Miré sus manos con manicure y su perfecto traje de dos piezas y pensé
que sin importar cuan sofisticada es ella, convertirse en madre la
reducirá al nivel más primitivo donde lo más importante es proteger a su
crío. Que el llamado urgente de "mamá!!!" le hará quebrar su fuente de
cristal más fino sin siquiera dudarlo.
Me gustaría advertirle que sin importar cuantos años ha invertido en su
carrera, serán descarrilados por la maternidad. Podrá contratar una
nana, pero algún día tendrá que ir a una importante reunión y recordará
el dulce olor de su bebé. Tendrá que endurecer su corazón para no volver
corriendo a casa, solo para asegurarse de que está bien.
Quería decirle a mi hija que las decisiones comunes de cada día ya no
serán rutina. Que la decisión de un niño de 5 años de ir al baño de
varones en Mac Donald's en vez de el de mujeres será un problema
gigante. Allí, en medio de las bandejas y los gritos de otros niños, los
asuntos de independencia e identidad de género chocarán contra la idea
de un pedófilo esperando en ese baño de varones.
Cualquier decisión que tome en la oficina, la repensará constantemente
como madre. Mirando a mi atractiva hija, le quería asegurar que
eventualmente perderá los kilitos de más del embarazo, pero nunca más se
sentirá igual consigo misma. Que su vida, ahora tan importante, pasará
a segundo plano una vez que su bebé haya nacido. Ahora que ella daría su
vida en un momento por salvar a su bebé, también comenzará a pedir por
más años de vida, no para cumplir sus sueños, sino para ver los de sus
hijos cumplidos.
Quería decirle que la cicatriz de la cesárea y las estrías se
convertirían en sus medallas de honor. La relación de mi hija y su
marido cambiará, pero no de la manera que ella piensa. Ojalá ella
entendiera cuánto más se puede amar a un hombre que es cuidadoso para
poner talco a su bebé o que siempre tiene tiempo para jugar con él.
Quiero que sepa que se volverá a enamorar de su marido por razones que
ahora encontraría muy poco románticas.
Quisiera que ella pudiera sentir el lazo que tendrá con otras mujeres
que han tratado de detener guerras, acabar con los prejuicios y no
manejar bajo los efectos del alcohol.
Quiero describirle a mi hija la felicidad que se siente al ver a tu hijo
aprender a andar en bicicleta. Quiero capturar para ella la risita
divertida de un bebé cuando toca por primera vez el pelaje de un perrito
o de un gato. Quiero traspasarle esa alegría.
La mirada interrogante de mi hija me hizo notar lágrimas en mis ojos.
"Nunca te arrepentirás", dije finalmente. Me acerqué a ella, apreté sus
manos y le deseé lo mejor, ya que había recibido el más maravilloso de
los llamados...
Desconozco su autor...