LOBO-BCN
19/04/2006, 06:57
Dicen que soy casi un poeta,
Y eso...
Yo, aún no lo tengo tan claro.
Pero de lo que estoy bien seguro
es que ni soy tonto
ni quiero ser un Don Ilustre ilustrado
ni tampoco un inconsciente
pero aún menos de carácter
enfermizo, débil o delicado.
Siempre quedarán falsos poetas.
Poetas de brillantina y alabastro.
Poetas de salones de terciopelo rojo,
rojo falso.
Poetas de bragueta fácil,
y placeres cortos,
manos estiradas y sin callos
sonrisa cáustica de mármol,
dientes de hienas
de blancas carnes de tres al cuarto.
Poetas falsos al fin y al cabo
por muchos sonetos,
pareados,
odas y palabrajos
en los que envuelvan
sus versos falsos y más que falsos.
Poetas falsos,
cubiertos de oro, lentejuelas y espantapájaros plateados.
Poetas falsos de frac alargado.
Poetas falsos de lenguas de oro.
Poetas falsos de mujeres de cristal esmerilado.
Poetas de cambios de bandos,
aprovechando las sombras de la noche,
agarrotados ya para siempre
por los remordimientos y el miedo en los costados.
Siempre quedarán poetas falsos,
como falsos cuadros de Picaso
que de desde lejos
de sobra se ven que son Picasos falsos.
Siempre habrá, pues,
falsos poetas, más que falsos.
¿Y qué?...
Mi pequeña niña
no te preocupes en exceso
de todas estas retahílas
de atropellados sentimientos,
un tanto desordenados.
No estoy triste mi niña,
ni siquiera malhumorado.
No me tiembla la voz.
Seguiré cantando a la luna,
al viento, a la noche,
al hombre y al hambre.
A las batallas perdidas,
A las ganadas,
A los sueños,
a las estrellas, al azahar...
Y, también, cómo no, al amor.
Sueña tranquila
envuelta en tus sábanas blancas.
Blancas en la noche
y su oscuro eterno.
Nunca manchadas de nada.
Blancas de lino.
Sueña arropada por la luz de la luna.
Sueña tranquila mi niña
mientras quede uno sólo de los otros poetas.
Pero niña...
¿Quién acaso puede levantar la voz,
con voz bien firme y resuelta...
y decir soy yo un poeta de los otros...
de esos poetas que no son falsos?.
Déjate niña arrullar
por las calurosas noches de agosto
que más tarde vendrán
las frías de otoño.
Y más tarde más frío
y tras el frío...
Siempre flores y más flores.
Y sueña todas las noches, mi niña,
mientras aún puedas,
con los otros poetas,
no con los falsos, niña.
recuerda... sueña
mientras aún puedas,
envuelta en azucenas, alelíes y amapolas,
sueña con la poesía y con tu amor.
De los poemas,
Si quieres...
Y con tú permiso...
Ya me encargo yo
Y eso...
Yo, aún no lo tengo tan claro.
Pero de lo que estoy bien seguro
es que ni soy tonto
ni quiero ser un Don Ilustre ilustrado
ni tampoco un inconsciente
pero aún menos de carácter
enfermizo, débil o delicado.
Siempre quedarán falsos poetas.
Poetas de brillantina y alabastro.
Poetas de salones de terciopelo rojo,
rojo falso.
Poetas de bragueta fácil,
y placeres cortos,
manos estiradas y sin callos
sonrisa cáustica de mármol,
dientes de hienas
de blancas carnes de tres al cuarto.
Poetas falsos al fin y al cabo
por muchos sonetos,
pareados,
odas y palabrajos
en los que envuelvan
sus versos falsos y más que falsos.
Poetas falsos,
cubiertos de oro, lentejuelas y espantapájaros plateados.
Poetas falsos de frac alargado.
Poetas falsos de lenguas de oro.
Poetas falsos de mujeres de cristal esmerilado.
Poetas de cambios de bandos,
aprovechando las sombras de la noche,
agarrotados ya para siempre
por los remordimientos y el miedo en los costados.
Siempre quedarán poetas falsos,
como falsos cuadros de Picaso
que de desde lejos
de sobra se ven que son Picasos falsos.
Siempre habrá, pues,
falsos poetas, más que falsos.
¿Y qué?...
Mi pequeña niña
no te preocupes en exceso
de todas estas retahílas
de atropellados sentimientos,
un tanto desordenados.
No estoy triste mi niña,
ni siquiera malhumorado.
No me tiembla la voz.
Seguiré cantando a la luna,
al viento, a la noche,
al hombre y al hambre.
A las batallas perdidas,
A las ganadas,
A los sueños,
a las estrellas, al azahar...
Y, también, cómo no, al amor.
Sueña tranquila
envuelta en tus sábanas blancas.
Blancas en la noche
y su oscuro eterno.
Nunca manchadas de nada.
Blancas de lino.
Sueña arropada por la luz de la luna.
Sueña tranquila mi niña
mientras quede uno sólo de los otros poetas.
Pero niña...
¿Quién acaso puede levantar la voz,
con voz bien firme y resuelta...
y decir soy yo un poeta de los otros...
de esos poetas que no son falsos?.
Déjate niña arrullar
por las calurosas noches de agosto
que más tarde vendrán
las frías de otoño.
Y más tarde más frío
y tras el frío...
Siempre flores y más flores.
Y sueña todas las noches, mi niña,
mientras aún puedas,
con los otros poetas,
no con los falsos, niña.
recuerda... sueña
mientras aún puedas,
envuelta en azucenas, alelíes y amapolas,
sueña con la poesía y con tu amor.
De los poemas,
Si quieres...
Y con tú permiso...
Ya me encargo yo