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tulipan
27/03/2006, 16:46
Rubéola
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La rubéola (también llamada sarampión alemán) es una enfermedad de la niñez de poca gravedad que, al ser contraída por la madre durante el embarazo, supone una grave amenaza para el feto (el bebé que aún no ha nacido). Durante los años 1964 y 1965, cuando se produjo un brote epidémico de rubéola, nacieron más de 20.000 bebés con defectos congénitos. Durante este mismo brote epidémico se produjeron por lo menos 10.000 abortos espontáneos y nacimientos de bebés sin vida.

Afortunadamente, en los EE.UU. ya no tienen lugar brotes epidémicos importantes de rubéola. Desde 1969, cuando se descubrió una vacuna para la rubéola, los niños se vacunan periódicamente, lo cual previene la transmisión de la enfermedad a mujeres embarazadas susceptibles. La mayoría de las mujeres en edad fecunda son inmunes a la rubéola por haber recibido esta vacuna o por haber padecido la enfermedad durante la niñez.

Sin embargo, como todavía ocurren pequeños brotes epidémicos de rubéola, aún existe la posibilidad de que las mujeres embarazadas susceptibles a la enfermedad contraigan la infección. Dos de cada diez mujeres en edad fecunda son susceptibles a la rubéola. Una mujer puede proteger a su futuro hijo de los efectos de la rubéola sometiéndose a una prueba de inmunidad antes de quedar embarazada y, si no es inmune, recibiendo la vacuna.

¿Qué es la rubéola?
La rubéola es una enfermedad leve pero, a la vez, altamente contagiosa, causada por un virus. Se caracteriza por la erupción de la piel, la inflamación de las glándulas y, especialmente en los adultos, dolores en las articulaciones. Por lo general la erupción de la piel dura unos tres días y puede presentarse acompañada de una ligera fiebre. Otros síntomas, tales como el dolor de cabeza o de garganta y la pérdida del apetito, son más comunes en los adolescentes y adultos que contraen la infección que en el caso de los niños. A veces no se produce síntoma alguno.

El virus que causa la rubéola es diferente al que causa el sarampión común. La inmunidad de una persona contra la rubéola no la protege contra el sarampión, ni viceversa.

¿Qué riesgos supone la rubéola para el feto?
Alrededor del 25 por ciento de los bebés cuyas madres contraen rubéola durante el primer trimestre del embarazo nacen con uno o más defectos de nacimiento que, en su conjunto, se denominan síndrome congénito de rubéola. Entre ellos se encuentran ciertos defectos de los ojos (que causan pérdida de visión o ceguera), pérdida de audición, algunos defectos cardíacos, retraso mental y, con menor frecuencia, trastornos del movimiento.

Muchos niños con síndrome congénito de rubéola demoran más tiempo en aprender a caminar y a realizar tareas sencillas, pero algunos de ellos llegan a desarrollarse plenamente y no tienen problemas.

Esta infección frecuentemente provoca abortos espontáneos y nacimientos de bebés sin vida. El mayor riesgo de síndrome congénito de rubéola (hasta el 90 por ciento) se da cuando la madre contrae la infección durante las primeras 11 semanas del embarazo. Los defectos de nacimiento son poco comunes cuando la madre contrae la rubéola después de las primeras 20 semanas del embarazo.

Algunos bebés infectados presentan problemas de salud que no perduran. Pueden tener bajo peso al nacer (menos de 5 libras y media) o pueden tener problemas de alimentación, diarrea, neumonía, meningitis (una inflamación alrededor del cerebro) o anemia. Pueden presentar manchas de color púrpura-rojizo en el rostro y en el cuerpo debido a anomalías pasajeras en la sangre, que pueden provocar una tendencia a sangrar con facilidad. El hígado y el bazo pueden agrandarse.

Algunos bebés infectados parecen normales en el momento del nacimiento y durante su infancia. Sin embargo, es necesario realizar un seguimiento cuidadoso de todos los bebés cuyas madres padecieron rubéola durante su embarazo, porque es posible que los problemas de visión, audición, aprendizaje y comportamiento no sean evidentes hasta un momento más tardío de la niñez. Los niños con síndrome congénito de rubéola también tienen un riesgo mayor de padecer diabetes, que puede desarrollarse durante la niñez o bien a una edad adulta.

¿Cómo se trata a los bebés con síndrome congénito de rubéola?
No hay un tratamiento específico para el síndrome congénito de rubéola. Algunos de los problemas propios del período neonatal, como las anomalías de la sangre y del hígado, generalmente desaparecen sin tratamiento alguno. Otros defectos de nacimiento, como los defectos de los ojos o del corazón, pueden a veces corregirse en forma total o parcial mediante cirugías realizadas a temprana edad. Los bebés con deficiencias visuales o auditivas se benefician de los programas de educación especial, que los estimulan desde pequeños y los ayudan a desarrollar destrezas de comunicación y de aprendizaje.

¿Cómo puede una mujer averiguar si es susceptible de contraer rubéola?
Existe un análisis de sangre sencillo que puede determinar si una persona es inmune a la rubéola o no. El análisis comprueba si la sangre de dicha persona contiene las sustancias que combaten el virus (es decir, los anticuerpos). Las personas que han padecido la enfermedad o que han sido vacunadas contra la misma producen anticuerpos contra la rubéola.

¿Se puede prevenir el síndrome congénito de rubéola?
March of Dimes recomienda que todas las mujeres se sometan a una prueba de inmunidad contra la rubéola antes de quedar embarazadas y consideren la opción de vacunarse si no son inmunes. Una mujer no inmune puede recibir la vacuna contra la rubéola sola o en una vacuna triple contra el sarampión, las paperas y la rubéola (conocida en inglés como MMR) para que los hijos que tenga en el futuro estén protegidos contra el síndrome congénito de la rubéola.

En el caso de mujeres que quedan embarazadas antes de someterse a esta prueba, se procede a realizar la prueba de inmunidad durante una de las primeras visitas prenatales. Cuando una mujer embarazada no es inmune a la rubéola, debe evitar el contacto con cualquier persona que tenga la enfermedad. No existe un tratamiento eficaz contra la rubéola durante el embarazo, como tampoco una manera eficaz de prevenirla en una mujer susceptible que ha sido expuesta a la enfermedad. Las mujeres embarazadas que no son inmunes también deben considerar recibir la vacuna después de dar a luz, para de esa manera estar inmunizadas si quedan embarazadas nuevamente en el futuro. Se puede administrar la vacuna contra la rubéola sin riesgo alguno a las mujeres que amamantan a sus hijos.

No se recomienda administrar la vacuna contra la rubéola ni la MMR durante el embarazo; también se recomienda que toda mujer que reciba la vacuna posponga sus intentos de concebir un bebé hasta 28 días después de recibirla.

¿Puede la vacuna contra la rubéola causar daños en el feto si se administra en una fecha próxima a la concepción?
Es muy improbable que la vacuna contra la rubéola dañe a un bebé cuya madre recibió dicha vacuna alrededor del momento de concebir. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), junto con investigadores de Gran Bretaña, Suecia y Alemania, han estudiado a unas 700 mujeres que fueron vacunadas en los tres meses anteriores o posteriores al momento de concebir. Ninguno de los bebés que tuvieron estas mujeres presentó defectos de nacimiento similares a los que produce la rubéola. Sin embargo, los CDCs siguen recomendando que una mujer posponga la concepción de un bebé hasta 28 días después de recibir la vacuna, porque teóricamente existe un pequeño riesgo de que el feto sufra daños.

¿Quién más debe recibir la vacuna?
Todos los niños deben recibir la vacuna contra la rubéola a menos que exista una razón médica por la cual no deban hacerlo. La vacunación generalizada de los niños sirve para prevenir el contagio de esta enfermedad a otras personas, especialmente a mujeres embarazadas.

Por lo general, la primera dosis de la vacuna se administra entre los 12 y los 15 meses de edad, casi siempre en combinación con las vacunas contra el sarampión y las paperas. Un niño no debe recibir la primera dosis de MMR antes de cumplir los 12 meses de edad. Esto se debe a que el bebé conserva algunos de los anticuerpos de la madre hasta alcanzar esta edad, y estos anticuerpos pueden interferir con la vacuna e impedir que ésta funcione debidamente. Entre los 4 y los 6 años se administra una segunda dosis de MMR. Actualmente, algunos estados requieren la administración de la segunda dosis de MMR antes de que los niños ingresen al jardín de infantes (kindergarten).


La vacunación de grupos de adolescentes o adultos en universidades, lugares de trabajo, hospitales (el personal y voluntarios) o bases militares sirve para prevenir los brotes epidémicos en dichos lugares. Los CDC recomiendan que todos los profesionales médicos que no son inmunes se vacunen para proteger a los pacientes de posibles infecciones. Las mujeres susceptibles a la enfermedad que estén en edad fecunda también deben considerar la opción de ponerse la vacuna antes de salir de los EE.UU., ya que la rubéola es una enfermedad común en muchos países.


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