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jorgesalaz
30/12/2005, 23:36
Adiccion a internet se perfila como "problema psiquiátrico"

También llamada "internet-dependencia" e "internet-compulsión", esa adicción se detecta por comportamientos relacionados con Internet que interfieren en la vida normal de una persona, causando estrés severo a su familia, amigos y trabajo

EFE
El Universal, México.
Jueves 29 de diciembre de 2005

Así como algunos son adictos a las drogas, el juego o el tabaco, otros lo son a pasar horas pegados a Internet, un fenómeno que un creciente grupo de especialistas de Estados Unidos considera un "problema psiquiátrico".
La enfermiza afición a la red ha sido ya diagnosticada por ciertos expertos como "Desorden Adictivo a Internet", y se estima que entre el seis y el diez por ciento de los aproximadamente 189 millones de usuarios en EU lo padecen.

También llamada "internet-dependencia" e "internet-compulsión", esa adicción se detecta por comportamientos relacionados con Internet que interfieren en la vida normal de una persona, causando estrés severo a su familia, amigos y trabajo.

Una persona que pasa horas al día frente a la computadora navegando por Internet, enviando correos electrónicos, negociando acciones, chateando o jugando puede considerarse como un "ciberadicto" y, por tanto, necesita ayuda.

Así lo consideran especialistas como la psiquiatra Hilarie Cash, cuyo consultorio, Internet/Computer Addiction Services, en la Universidad de Pensilvania, es visitado por pacientes diagnosticados con el "Desorden Adictivo a Internet" o "DAI".

Cash ha identificado como síntomas de la DAI la constante preocupación por "estar conectado", así como mentir acerca del tiempo que se pasa navegando por Internet o sobre el tipo de contenido visualizado, además de aislamiento social, dolor de espalda y aumento de peso. "Si el patrón de uso de Internet interfiere con tu vida o tiene impacto en tus relaciones de trabajo, familiares y de amistad, debes tener un problema", anota otra experta, Kimberly Young, investigadora líder de las adicciones a Internet.

Young es la fundadora del Center for Online Addiction, con sede en Bradford, Pensilvania, donde funcionan grupos de apoyo a las "ciberviudas", esto es, las esposas de adictos a las relaciones amorosas, la pornografía o las apuestas vía Internet.

En opinión de Young, los "ciberadictos" optan por el placer temporal en lugar de las relaciones íntimas y profundas.

Los enfermos cibernéticos entran en un círculo vicioso, ya que la pérdida de autoestima crece a medida que aumenta su adicción a Internet, lo que a su vez eleva su necesidad de escapar de la realidad y de refugiarse en la red. "La infidelidad vía Internet es el mayor problema que tratamos. Más del 50 por ciento de nuestros clientes son individuos y parejas que sufren sus secuelas" dice Young, autora del libro "Caught in the Net" ("Atrapado en la Red"), el primero en abordar el tema del "ciberadulterio".

Otros tipos de adicciones son las relacionadas con actividades interactivas como el "chateo", la mensajería instantánea y los vídeo juegos, así como los sitios de apuestas, subastas y compras.

Para Cash, los "ciberadictos" tienden a padecer otros problemas mentales, como depresión y ansiedad, o a sobrellevar relaciones familiares o de pareja problemáticas.

Ese panorama viene a confirmar el resultado de encuestas citadas por psiquiatras especializados en la DAI, que revelan que más del 50 por ciento de los adictos a Internet padecen también adicciones a las drogas, alcohol, tabaco y sexo.

En EU, la DAI es tratada por un creciente número de centros médicos especializados, entre ellos los de la Universidad de Maryland en College Park y el Computer Addiction Study Center, del Hospital McLean, en Belmont, Massachusetts.

Con todo, algunos psiquiatras son escépticos y señalan que el uso abusivo de Internet debe calificarse de adicción "legítima", ya que no tiene los mismos efectos negativos en la familia o la salud que adicciones propiamente reconocidas, como el alcoholismo. "Internet es un medio de comunicación. No es como la heroína, que te aisla y te hace dependiente", dice la psicóloga Sherry Turkle, autora del libro "Vida en la Pantalla: Identidad en la Era de la Internet", una de las guías de quienes consideran que no hay nada de malo en la actual fiebre cibernética.

menta
31/12/2005, 13:29
Me imagino debe ser muy difícil delimitar hasta dónde se considera normal el uso de Internet y a partir de qué punto se considera un abuso. Es un medio demasiado nuevo todavía para que se puedan haber sentado pautas válidas sobre el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades derivadas de un mal uso de las nuevas tecnologías.

Para poder hablar de adicción, el cese brusco de una conducta debe generar una serie de síntomas físicos y psíquicos que conforman lo que se conoce como síndrome de abstinencia, pero no estoy segura de que, aparte del deseo de conectarse, aparezcan otros síntomas con el abuso de Internet. Quizá este mismo deseo, que no es más que un estado de ansiedad que se calma al conectarse, ya sea en sí mismo un síntoma de adicción a este medio.

Paso en Internet muchas horas. Lo utilizo para mi trabajo (aproximadamente el 50% de mi jornada lo empleo buscando y gestionando información en Internet) y de forma personal, y sin embargo no me atrae nada de lo que se considera adictivo, como los chats, las compras, el sexo o los juegos online. Ni siquiera utilizo el Messenger, aunque lo instalé en su día por curiosidad y lo empleé algunas veces para hablar con mi familia de afuera, pero hace tiempo que este programa duerme el sueño de los justos.

De Internet, lo que más me gusta y en lo que paso prácticamente todo el tiempo que me conecto, es leer diarios y foros (o blogs) formadores de opinión. Y cuando no tengo acceso a Internet porque me encuentre por ejemplo de viaje en algún sitio donde no me sea fácil conectarme, echo mano del papel: libros (que también leo todos los días cuando puedo, en el autobús, durante la comida de trabajo o en la cama antes de acostarme), diarios, revistas. Aunque, para ser sincera, cuando no puedo utilizar Internet me hace falta esta interactividad de las opiniones personales que me ha gustado desde siempre, desde que era una niña y mandaba anuncios a las revistas infantiles solicitando correspondencia por carta con niños y niñas de todo el mundo.