rapipu
12/12/2005, 09:50
Un hombre ya maduro contrató a una secretaria.
Era una mujer joven, ingeniosa, y, sobre todo, muy hermosa.
Un día, mientras tomaba dictado, notó que su jefe tenía la bragueta abierta.
Terminó el dictado y se dispuso a salir de la oficina cuando, antes de
cerrarla puerta, dijo:
"Por cierto, señor, la puerta de su cuartel está abierta."
El hombre no entendió el comentario; no obstante, al poco rato se dio cuenta
deque el cierre de sus pantalones estaba abajo.
Al hombre le hizo gracia la manera en la que su secretaria se había referido
al pequeño incidente y decidió aprovechar la oportunidad para coquetear un
poco, por lo que la llamó a su oficina:
"Dígame, señorita, cuando vio que la puerta de mi cuartel estaba abierta,
¿por casualidad no vio también a un soldado en posición de firme?
“Oh, no, señor! Lo único que vi fue un veterano de guerra sin fuerzas echado
entre dos viejas mochilas de campaña.”
Era una mujer joven, ingeniosa, y, sobre todo, muy hermosa.
Un día, mientras tomaba dictado, notó que su jefe tenía la bragueta abierta.
Terminó el dictado y se dispuso a salir de la oficina cuando, antes de
cerrarla puerta, dijo:
"Por cierto, señor, la puerta de su cuartel está abierta."
El hombre no entendió el comentario; no obstante, al poco rato se dio cuenta
deque el cierre de sus pantalones estaba abajo.
Al hombre le hizo gracia la manera en la que su secretaria se había referido
al pequeño incidente y decidió aprovechar la oportunidad para coquetear un
poco, por lo que la llamó a su oficina:
"Dígame, señorita, cuando vio que la puerta de mi cuartel estaba abierta,
¿por casualidad no vio también a un soldado en posición de firme?
“Oh, no, señor! Lo único que vi fue un veterano de guerra sin fuerzas echado
entre dos viejas mochilas de campaña.”