apostolvs
09/12/2005, 09:15
LA MISERICORDIA DIVINA ES MAYOR SIN NINGUNA COMPARACIÓN POSIBLE QUE TODOS LOS PECADOS QUE PUEDAN COMETER TODAS LAS CRIATURAS JUNTAS
SANTA CATALINA DE SIENA (1347-1380)
EL DIÁLOGO
Dictado por ella, mientras se encontraba en un estado de éxtasis, a sus secretarias, y completado en el año de Nuestro Señor de 1370.
CAPÍTULO XIII
Sobre la muerte de los pecadores, y de sus penas en la hora de la muerte.
"No tan excelente, querida hija, es el final de estos otros pobres infelices que se encuentran en una gran miseria, como Yo te he contado. ¡Qué horrible y tenebrosa es su muerte! Porque en el momento de la muerte, como te dije, el diablo los acusa con gran terror y oscuridad, mostrándoles su cara, la cual, como sabes, es tan horrible que antes que mirar para ella, la criatura preferiría mejor elegir cualquier otro dolor que puede ser sufrido en este mundo; y tan enormemente se les aviva el gusano de la conciencia, que los corroe horriblemente. Los placeres desordenados y la sensualidad que elevaron como señores sobre su razón, los acusa miserablemente, porque entonces reconocen la verdad de aquello que al principio no conocían, y el sentimiento de su error los conduce a una gran confusión.
"Descubren que vivieron sus vidas sin creer en Mí -el amor a si mismos les veló la pupila de la más sagrada fe- entonces el diablo los atormenta con esta infidelidad a fin de traerlos a la desesperación. ¡Oh! qué duro para ellos es esta batalla, porque los encuentra desarmados, sin la armadura del amor y la caridad, porque, como miembros del diablo, se han privado de todo ello. En ese momento ellos carecen de la luz sobrenatural, y también de la luz de la ciencia, porque no la comprendieron, su orgullo no les deja comprender la dulzura de su substancia. Y ahora, en la gran batalla, no saben qué hacer. No han sido alimentados en la esperanza, porque no han esperado en Mí, ni en la Sangre de la cual Yo los hice ministros, sino solamente en si mismos, y en los honores y delicias del mundo. ¡Y este desgraciado esclavo del demonio no vió que todo lo que poseía le fue prestado con interés, y que como deudor tendría que rendirme cuentas a Mí! Y ahora se encuentra a si mismo solo, desnudo y sin ninguna virtud, y a cualquier lado que mira no oye más que reproches y desconcierto. La injusticia que practicó en esta vida lo acusa delante de su conciencia, y le paraliza todo coraje para pedir otra cosa que no sea justicia.
"Y Yo te digo que tan grande es esta vergüenza y confusión que se abandonarían a la desesperación y de esta forma el diablo los conduciría a la condenación eterna, a no ser que en sus vidas hayan tomado el hábito de esperar en Mi misericordia, lo cual, teniendo en cuenta sus pecados, sería una gran presunción. Porque aquel que Me ofende apoyándose en Mi misericordia, no puede realmente decir que tiene esperanza en Mi misericordia, sino más bien tiene presunción. Este presuntuoso no ha mamado en absoluto la leche de la misericordia.
"Pero llegando a la extremidad de la muerte, y reconociendo su pecado, si descarga su conciencia a través de la sagrada confesión, queda purificado de la presunción, que ya no me ofende, y entonces le queda la misericordia. Y con esta misericordia puede, si él lo quiere, unirse a la esperanza. Sin esto, ningún pecador escaparía a la desesperación, y por la desesperación encontraría con los demonios la condenación eterna.
Es Mi misericordia la que, durante sus vidas, les hace esperar Mi perdón. Yo no les otorgo en absoluto esta gracia para que me ofendan por medio de ella, sino para agrandar sus almas en la caridad, y en la consideración de Mi Bondad. Pero ellos actúan en el sentido contrario, porque caen en el pecado y me ofenden a cuenta de la esperanza que tienen en Mi futura misericordia. Aún así Yo los mantengo en esta esperanza para que en el último momento tengan algo en lo que puedan agarrarse e impida que sucumban ante sus remordimientos, abandonándose a la desesperación y recibiendo por ella la condenación eterna. Porque este pecado final de desesperación Me ofende mucho más y les es mucho más mortal que todos los otros pecados que hayan cometido. Y ésta es la razón por la cual este pecado es mucho más peligroso para ellos y ofensivo para Mí, porque ellos cometen otros pecados a través de ciertas delicias de su propia sensualidad, y algunas veces incluso sienten angustia en la conciencia por no estar haciendo lo correcto y piensan en arrepentirse para así obtener el perdón. Pero no es la fragilidad de vuestra naturaleza la que os mueve a la desesperación, porque no existe placer ni nada comparable, sino un intolerable sufrimiento en ella. Alguien que se desespera desprecia Mi misericordia, haciendo que su pecado sea más grande que la misericordia y la bondad. Entonces si un hombre cae en este pecado, y no se arrepiente, y no se siente verdaderamente afligido por su ofensa contra Mí como él debería, afligido más bien por su propia pérdida que por la ofensa cometida contra Mí, entonces recibe la condenación eterna. Ve, pues, que este sólo pecado lo lleva al infierno, donde será castigado por éste y todos los otros pecados que ha cometido. Mientras que si se sintiera afligido y se arrepintiese por la ofensa cometida contra Mí, y hubiese esperado en Mi misericordia, habría obtenido el perdón. Porque, como te he dicho, MI MISERICORDIA ES MAYOR SIN NINGUNA COMPARACIÓN POSIBLE QUE TODOS LOS PECADOS QUE PUEDAN COMETER TODAS LAS CRIATURAS JUNTAS; también ésta és la más cruel afronta que Me pueden hacer: estimar que el crimen de una criatura es más grande que Mi Bondad.
"La desesperación es ese pecado que no es perdonado ni en esta vida ni en la otra. En el momento de la muerte, después de toda una existencia pasada en el desorden y en el crimen, querría, pues, que los pecadores tomasen confianza en Mi misericordia, en lugar del horror y la desesperación. Esta es la razón por la que durante sus vidas Yo uso esta dulce estrategia con ellos, haciéndoles esperar grandemente en Mi misericordia, de esta forma, habiéndose alimentado con esta esperanza, lleguen a la muerte sin estar tan inclinados a abandonarlo todo por culpa de los duros reproches que reciben en ese momento.
"Esta gracia es un don de Mi ardiente e insondable Caridad. Pero esta gracia la han utilizado bajo la tenebrosa inspiración del amor a si mismos, del cual ha procedido cada uno de sus pecados. No lo han sabido en verdad; había una gran presunción en el sentimiento de que ellos percibían la dulzura de Mi misericordia. Y esta es otra causa de reprobación que les hacen sus conciencias en presencia del diablo, reprobándolos en que ellos deberían haber usado el tiempo y toda la extensión de Mi misericordia en aquello en que ellos esperaban, en la caridad y el amor por la virtud, y que el tiempo que Yo les concedí por amor debería haber sido empleado en la santidad. Sin embargo malgastaron todo este tiempo, y se han servido de esta larga esperanza en Mi gran amor y misericordia para ultrajarme miserablemente. ¡Oh! ¡más ciegos que los ciegos! Vosotros habéis ocultado vuestras perlas y vuestros talentos que Yo puse en vuestras manos para que pudieseis ganar más con ellos, pero en vuestra presunción no hicisteis Mi voluntad, sino que los escondisteis bajo la tierra del desordenado amor a vosotros mismos, de vuestro amor egoísta, el cual ahora ha fructificado y te ofrece como fruto la muerte.
SANTA CATALINA DE SIENA (1347-1380)
EL DIÁLOGO
Dictado por ella, mientras se encontraba en un estado de éxtasis, a sus secretarias, y completado en el año de Nuestro Señor de 1370.
CAPÍTULO XIII
Sobre la muerte de los pecadores, y de sus penas en la hora de la muerte.
"No tan excelente, querida hija, es el final de estos otros pobres infelices que se encuentran en una gran miseria, como Yo te he contado. ¡Qué horrible y tenebrosa es su muerte! Porque en el momento de la muerte, como te dije, el diablo los acusa con gran terror y oscuridad, mostrándoles su cara, la cual, como sabes, es tan horrible que antes que mirar para ella, la criatura preferiría mejor elegir cualquier otro dolor que puede ser sufrido en este mundo; y tan enormemente se les aviva el gusano de la conciencia, que los corroe horriblemente. Los placeres desordenados y la sensualidad que elevaron como señores sobre su razón, los acusa miserablemente, porque entonces reconocen la verdad de aquello que al principio no conocían, y el sentimiento de su error los conduce a una gran confusión.
"Descubren que vivieron sus vidas sin creer en Mí -el amor a si mismos les veló la pupila de la más sagrada fe- entonces el diablo los atormenta con esta infidelidad a fin de traerlos a la desesperación. ¡Oh! qué duro para ellos es esta batalla, porque los encuentra desarmados, sin la armadura del amor y la caridad, porque, como miembros del diablo, se han privado de todo ello. En ese momento ellos carecen de la luz sobrenatural, y también de la luz de la ciencia, porque no la comprendieron, su orgullo no les deja comprender la dulzura de su substancia. Y ahora, en la gran batalla, no saben qué hacer. No han sido alimentados en la esperanza, porque no han esperado en Mí, ni en la Sangre de la cual Yo los hice ministros, sino solamente en si mismos, y en los honores y delicias del mundo. ¡Y este desgraciado esclavo del demonio no vió que todo lo que poseía le fue prestado con interés, y que como deudor tendría que rendirme cuentas a Mí! Y ahora se encuentra a si mismo solo, desnudo y sin ninguna virtud, y a cualquier lado que mira no oye más que reproches y desconcierto. La injusticia que practicó en esta vida lo acusa delante de su conciencia, y le paraliza todo coraje para pedir otra cosa que no sea justicia.
"Y Yo te digo que tan grande es esta vergüenza y confusión que se abandonarían a la desesperación y de esta forma el diablo los conduciría a la condenación eterna, a no ser que en sus vidas hayan tomado el hábito de esperar en Mi misericordia, lo cual, teniendo en cuenta sus pecados, sería una gran presunción. Porque aquel que Me ofende apoyándose en Mi misericordia, no puede realmente decir que tiene esperanza en Mi misericordia, sino más bien tiene presunción. Este presuntuoso no ha mamado en absoluto la leche de la misericordia.
"Pero llegando a la extremidad de la muerte, y reconociendo su pecado, si descarga su conciencia a través de la sagrada confesión, queda purificado de la presunción, que ya no me ofende, y entonces le queda la misericordia. Y con esta misericordia puede, si él lo quiere, unirse a la esperanza. Sin esto, ningún pecador escaparía a la desesperación, y por la desesperación encontraría con los demonios la condenación eterna.
Es Mi misericordia la que, durante sus vidas, les hace esperar Mi perdón. Yo no les otorgo en absoluto esta gracia para que me ofendan por medio de ella, sino para agrandar sus almas en la caridad, y en la consideración de Mi Bondad. Pero ellos actúan en el sentido contrario, porque caen en el pecado y me ofenden a cuenta de la esperanza que tienen en Mi futura misericordia. Aún así Yo los mantengo en esta esperanza para que en el último momento tengan algo en lo que puedan agarrarse e impida que sucumban ante sus remordimientos, abandonándose a la desesperación y recibiendo por ella la condenación eterna. Porque este pecado final de desesperación Me ofende mucho más y les es mucho más mortal que todos los otros pecados que hayan cometido. Y ésta es la razón por la cual este pecado es mucho más peligroso para ellos y ofensivo para Mí, porque ellos cometen otros pecados a través de ciertas delicias de su propia sensualidad, y algunas veces incluso sienten angustia en la conciencia por no estar haciendo lo correcto y piensan en arrepentirse para así obtener el perdón. Pero no es la fragilidad de vuestra naturaleza la que os mueve a la desesperación, porque no existe placer ni nada comparable, sino un intolerable sufrimiento en ella. Alguien que se desespera desprecia Mi misericordia, haciendo que su pecado sea más grande que la misericordia y la bondad. Entonces si un hombre cae en este pecado, y no se arrepiente, y no se siente verdaderamente afligido por su ofensa contra Mí como él debería, afligido más bien por su propia pérdida que por la ofensa cometida contra Mí, entonces recibe la condenación eterna. Ve, pues, que este sólo pecado lo lleva al infierno, donde será castigado por éste y todos los otros pecados que ha cometido. Mientras que si se sintiera afligido y se arrepintiese por la ofensa cometida contra Mí, y hubiese esperado en Mi misericordia, habría obtenido el perdón. Porque, como te he dicho, MI MISERICORDIA ES MAYOR SIN NINGUNA COMPARACIÓN POSIBLE QUE TODOS LOS PECADOS QUE PUEDAN COMETER TODAS LAS CRIATURAS JUNTAS; también ésta és la más cruel afronta que Me pueden hacer: estimar que el crimen de una criatura es más grande que Mi Bondad.
"La desesperación es ese pecado que no es perdonado ni en esta vida ni en la otra. En el momento de la muerte, después de toda una existencia pasada en el desorden y en el crimen, querría, pues, que los pecadores tomasen confianza en Mi misericordia, en lugar del horror y la desesperación. Esta es la razón por la que durante sus vidas Yo uso esta dulce estrategia con ellos, haciéndoles esperar grandemente en Mi misericordia, de esta forma, habiéndose alimentado con esta esperanza, lleguen a la muerte sin estar tan inclinados a abandonarlo todo por culpa de los duros reproches que reciben en ese momento.
"Esta gracia es un don de Mi ardiente e insondable Caridad. Pero esta gracia la han utilizado bajo la tenebrosa inspiración del amor a si mismos, del cual ha procedido cada uno de sus pecados. No lo han sabido en verdad; había una gran presunción en el sentimiento de que ellos percibían la dulzura de Mi misericordia. Y esta es otra causa de reprobación que les hacen sus conciencias en presencia del diablo, reprobándolos en que ellos deberían haber usado el tiempo y toda la extensión de Mi misericordia en aquello en que ellos esperaban, en la caridad y el amor por la virtud, y que el tiempo que Yo les concedí por amor debería haber sido empleado en la santidad. Sin embargo malgastaron todo este tiempo, y se han servido de esta larga esperanza en Mi gran amor y misericordia para ultrajarme miserablemente. ¡Oh! ¡más ciegos que los ciegos! Vosotros habéis ocultado vuestras perlas y vuestros talentos que Yo puse en vuestras manos para que pudieseis ganar más con ellos, pero en vuestra presunción no hicisteis Mi voluntad, sino que los escondisteis bajo la tierra del desordenado amor a vosotros mismos, de vuestro amor egoísta, el cual ahora ha fructificado y te ofrece como fruto la muerte.