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Observador
14/11/2005, 17:04
LA MOCHILA DE VALLECAS, DE NUEVO EN EVIDENCIA
LOS CADÁVERES DEL 11-M no tenían metralla de origen terrorista


Según la versión oficial, la mochila-bomba hallada en una comisaría
de Vallecas –la que ofreció todas las pistas para las primeras
detenciones– es exactamente igual a las que estallaron en los trenes.
En su interior tenía un teléfono conectado a una masa explosiva
repleta de clavos y tornillos, es decir, de metralla. Sin embargo,
según ha podido confirmar Libertad Digital, en las autopsias
realizadas a los cadáveres no se encontró metralla de origen
terrorista, sólo fragmentos del revestimiento de los vagones
despedidos por la explosión. Eso sí, los intentos por hacer ver que
la mochila número 13 es como las que estallaron han pasado por
delante de los ojos del juez con manipulaciones incluidas.


L D. LP. Los informes de los Tedax incluidos en el sumario pasan de
puntillas sobre el tema de la metralla de las bombas, no detallándose
en ningún momento qué muestras se recogieron en cada tren y no
mencionando para nada los informes de autopsia. Las comparativas de
metralla entregadas al juez Del Olmo por Sánchez Manzano, el jefe de
los Tedax, tan sólo se refieren a la encontrada en la mochila de
Vallecas, a la incautada por la Guardia Civil en las minas asturianas
y a algunos clavos sin cabeza encontrados por los Tedax en uno sólo
de los trenes (el de la C/ Téllez); estos clavos del tren de la C/
Téllez ni siquiera coinciden tampoco ni con los de la mochila de
Vallecas, ni con los que se encontraron en Asturias.

Según las informaciones a las que ha tenido acceso Libertad Digital
de varias fuentes, esa falta de concreción de los informes policiales
tendría una explicación: las autopsias apuntan claramente a que las
bombas del 11-M no tenían ningún tipo de metralla terrorista porque
no se encontraron restos en los cuerpos. Las autopsias de las
víctimas mortales fueron realizadas en el pabellón 6 de IFEMA a lo
largo del propio día 11 de marzo y hasta bien entrada la madrugada.
Además de confirmar que no había ningún terrorista suicida en los
trenes, esas autopsias y los análisis posteriores permitieron
determinar la presencia de incrustaciones en los cuerpos, las cuales
correspondían al material de revestimiento de los trenes; sin
embargo, no se encontraron clavos, puntas, tuercas ni ningún otro
elemento que los terroristas hubieran podido usar como metralla.

Asimismo, tampoco se pudo encontrar en los cuerpos de las víctimas
rastro alguno de Goma-2. De hecho, el único producto químico que se
logró identificar correspondía a los extintores utilizados para
sofocar incendios después de que las bombas estallaran.

Estos datos permiten descartar, de forma prácticamente definitiva,
que la mochila de Vallecas hubiera estado nunca en los trenes. Como
puede verse claramente en las fotografías de la mochila de Vallecas,
y como se desprende de las declaraciones de los tedax ante el juez,
la Goma-2 de la mochila de Vallecas estaba atiborrada de metralla; el
tedax que desactivó esa mochila en la madrugada del 12 de marzo,
conocido con el sobrenombre de "Pedro", realizó una reconstrucción
para la cadena Tele 5 en la que detalla cómo estaba insertada esa
metralla en el explosivo. Pero no es posible que las bombas de los
trenes tuvieran esa composición, porque la metralla habría quedado
incrustada en los cuerpos de las víctimas.

La carencia de metralla en las bombas del 11-M también echa por
tierra determinados testimonios, como el del menor conocido como "El
Gitanillo", que en una de sus múltiples y contradictorias
declaraciones ante el juez contó cómo Suárez Trashorras le había
dicho a Jamal Ahmidan, alias El Chino, que no se olvidara de
llevarse "los tornillos y las puntas" al ***** los explosivos de las
minas.

En los últimos meses, se han ido desvelando diversos datos del
sumario que arrojaban dudas cada vez mayores sobre la procedencia de
la mochila de Vallecas. Así, hemos ido conociendo que en el explosivo
de Vallecas no había rastros de ADN de los supuestos terroristas (a
diferencia del explosivo del AVE), que la hora de programación del
teléfono de la mochila de Vallecas no coincidía con la hora en que
detonaron las bombas en la estación de El Pozo (de donde
supuestamente provenía esa mochila), que la mochila estaba preparada
para no estallar, ya que se habían dejado dos cables sin conectar
(hecho éste que se intentó ocultar al juez Del Olmo), o que la
composición de la mochila de Vallecas no coincidía con la otra bomba
sin explotar que fue encontrada (y detonada) por los Tedax en la
misma estación de El Pozo.

Comienzan a atarse los cabos de lo que de verdad ocurrió en los
trenes del 11-M. Ahora también sabemos que el sumario que instruye el
juez Del Olmo está repleto de evidencias que apuntan a que la mochila
de Vallecas no estuvo nunca en los trenes. Tantas, que incluso se ha
llegado a manipular ante el juez la descripción de la bomba que los
Tedax detonaron en la estación de El Pozo.


LA METAMORFOSIS DE UNA MOCHILA en dibujos y vídeos
El día 11 de marzo de 2004 estallaron 10 bombas en los trenes y se
encontraron otras dos sin explotar: una en la estación de Atocha y
otra en la de El Pozo. Esas dos bombas fueron detonadas por los Tedax
en las propias estaciones. Finalmente, una decimotercera mochila fue
encontrada durante la madrugada del 12 de marzo en la comisaría de
Puente de Vallecas. Esta última, preparada para no estallar –le
faltaba una conexión– ha sido hasta ahora la clave del 11-M. Pero


La versión oficial del 11-M nos dice la mochila o bolsa de Vallecas
procedía también de la estación de El Pozo y que era una especie de
ADN con toda la información de lo que de verdad sucedió en los
trenes. En teoría, todos los artefactos que estallaron el día 11
causando 192 muertes eran como el que contenía la mochila de
Vallecas. Ahora sabemos que no es así o que, al menos, esa muestra
falla en algo al compararla con la realidad: para empezar tenía
metralla.

Pero antes incluso de que se desvelara este nuevo dato sobre la
inexistencia de clavos, tuercas o tornillos en los cadáveres, la
famosa mochila de Vallecas ya estaba bajo sospecha: Existe una
auténtica catarata de indicios que apuntan a que jamás estuvo en la
estación de El Pozo. En primer lugar, resulta inverosímil que pudiera
pasar desapercibida en la estación, ya que los Tedax revisaron por
dos veces todos los bultos del primero al último de los vagones. En
segundo lugar, las únicas muestras de metralla de las verdaderas
bombas obtenidas en uno de los escenarios de explosión –no en los
cuerpos– no coinciden con la metralla de la mochila de Vallecas. Por
último, las diferencias de composición entre la mochila de Vallecas y
la que detonaron los Tedax en la estación de El Pozo son demasiado
grandes.

A pesar de todo ello (o quizá precisamente por eso), los defensores
de la versión oficial han intentado por todos los medios convencer a
la opinión pública y al juez de que la mochila de Vallecas y la de El
Pozo eran muy parecidas. Como veremos, esos intentos han llegado
hasta el punto de manipular (una vez más) la información para tratar
de adecuarla a lo que la versión oficial requería. Aunque en esta
ocasión, esas manipulaciones quedan puestas claramente en evidencia
en el propio sumario.

Dos testigos

Son dos los testigos que vieron el contenido de la mochila encontrada
(y detonada) en la estación de El Pozo:
el policía municipal Jacobo Barrero, que fue quien encontró la
mochila en un vagón y la sacó al andén.
el Tedax que se encargó de detonar esa mochila en la propia estación
Los dos testigos narraron, primero ante la Policía y luego ante el
juez, lo que vieron en aquella mochila. Además, contamos con las
declaraciones que aquel policía municipal efectuó a diversos medios
de comunicación el mismo 11 de marzo y en los días sucesivos.

Lo que Jacobo Barrero vio en la mochila de El Pozo fue un teléfono
móvil "muy antiguo" sobre una tartera de la que salían sendos cables
de color ROJO y NEGRO.

Esas declaraciones coinciden con las que efectuó, también ante la
Policía y el juez, el Tedax que detonó el artefacto. Tan sólo hay un
punto de diferencia entre las declaraciones del Tedax y las del
policía munipal: mientras que el policía municipal vio que el
explosivo estaba contenido en una tartera, el Tedax asegura que
estaba contenido en una bolsa de plástico azul con cinta amarilla de
cierre. Pero también el Tedax vio los cables que conectaban el
explosivo al teléfono móvil y declaró que esos cables eran ROJO y
NEGRO.

Dos dibujos y el vídeo del aniversario

De hecho, ese Tedax elaboró ante el juez un dibujo de lo que él vio
(ver Figura 1, extraída del sumario). Observe el lector que el Tedax
indica claramente el color de los cables y dibuja el detonador que
pudo ver (lo que indica que el detonador no estaba dentro de la masa
explosiva). En su declaración ante el juez, ese Tedax se comprometió
a hacer llegar al juez un nuevo dibujo, más detallado, al día
siguiente.

ver noticia completa en :

http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276265354.html

y:


http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276265257.html

Alyss
15/11/2005, 06:45
Muy buen tema. Los españoles, y en especial los madrileños, aun somos bastante ignorantes en este tema.

Me lo llevo a otro foro. Gracias! ;)