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Ver la versión completa : SatanÁs Decide QuÉ Libros Componen La Biblia



Observador
06/11/2005, 17:14
Los testigos de Jehová dicen que la gente debe examinar sus creencias para ver si están en armonía con la Biblia.

Supongamos que yo me quiero hacer testigo de Jehová y estoy examiando, no sólo mis creencias, sino de otros también.

Todo tiene que estar en armonía con la Biblia, ¿no así?

Bien. Por poner sólo un ejemplo, porque sería pesado y tedioso alargarse mucho, yo voy a examinar la cara de Juas, por ejemplo.

Esta carta se escribió sobre el 65 d. de C.(despues de Cristo). Sin embargo, sé que esta carta se declaró como inspirada por Dios, para formar el canon de las Escrituras, en el Concilio de Roma celebrado en 382 d. de C. y presidido por el Papa Dámaso I.


Yo sé por la "literatura" de la Watchtower que la I. Católica, etc., es Babilonia la grande, la ramera y GUARIDA DE DEMONIOS. Aparte de que el Papa Dámaso I debe ser el anticristo. ¿Voy bien?

Al llegar a este punto, yo estoy perdido. ¿Cómo puede ser que una guarida de demonios declare lo que es inspirado por Dios y lo que no? Porque hay que recordar que también circulaban otros escritos que no fueron añadidos al canon de las Escituras. Esto es asombroso: Satanás decidiendo lo que es sagrado y lo que no.

Observador
06/11/2005, 17:17
Perdón por escribirlo mal. Eso me pasa por escribir deprisa. Aquí lo corrojo

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Los testigos de Jehová dicen que la gente debe examinar sus creencias para ver si están en armonía con la Biblia.

Supongamos que yo me quiero hacer testigo de Jehová y estoy examiando, no sólo mis creencias, sino de otros también.

Todo tiene que estar en armonía con la Biblia, ¿no es así?

Bien. Por poner sólo un ejemplo, porque sería pesado y tedioso alargarse mucho, yo voy a examinar la carta de Judas, por ejemplo.

Esta carta se escribió sobre el 65 d. de C.(despues de Cristo). Sin embargo, sé que esta carta se declaró como inspirada por Dios, para formar el canon de las Escrituras, en el Concilio de Roma celebrado en 382 d. de C. y presidido por el Papa Dámaso I.


Yo sé por la "literatura" de la Watchtower que la I. Católica, etc., es Babilonia la grande, la ramera y GUARIDA DE DEMONIOS. Aparte de que el Papa Dámaso I debe ser el anticristo. ¿Voy bien?

Al llegar a este punto, yo estoy perdido. ¿Cómo puede ser que una guarida de demonios declare lo que es inspirado por Dios y lo que no? Porque hay que recordar que también circulaban otros escritos que no fueron añadidos al canon de las Escituras. Esto es asombroso: Satanás decidiendo lo que es sagrado y lo que no.

Emeric
24/08/2006, 20:39
¿ Ningún neoarriano de la Watch Tower reacciona ? ¡ Vaya ! :confused:

_RAMÓN_
25/08/2006, 06:21
Ummm, que interesante. Mis amigos los adventistas tienen mayor odio aún por la Iglesia Católica. Identifican al Papa con el 666, incluso. Menuda cuestión...

Observador
25/08/2006, 07:51
Pues arriba el epígrafe, Ramón

Rideber
25/08/2006, 07:59
A ver si la watchtower contesta a eso.... :target:

Observador
25/08/2006, 08:29
Pues mucho más curioso es el tema de la "canonización" del libro del Apocalipsis. Había iglesias que consideraban este libro com el más apócrifos de todos. Pero finalmente se dicieron por considerarlo com inspirado por Dios.


¡Qué curioso, el Apocalipsis! La Ramera decidiendo que es inspirado por Dios; un libro que habla de la Ramera precisamente.

Es como si Satanás, el PADRE DE LA MENTIRA, dijera: el Apocalipsis es inspirado por Dios, háganle caso. En él se dice que yo voy a ser destruido.


¡¡¡Ja,ja,ja,ja,ja, acojonante!!! ¡Pa mear y no echar gota!



Ya trataremos el asunto del Apocalipsis.

_RAMÓN_
25/08/2006, 16:42
Puedes dar más datos sobre la canonización de Apocalipsis?

Observador
25/08/2006, 17:04
Puedes dar más datos sobre la canonización de Apocalipsis?


Parte I



Historia del canon del Nuevo Testamento

Queremos estudiar en este apartado cómo los Libros Sagrados del Nuevo Testamento llegaron a formar una colección y cómo fueron aceptados por todos los cristianos. En este estudio nos ayudarán los documentos históricos antiguos, que casi en su totalidad pertenecen a escritores eclesiásticos de la primitiva Iglesia.

a) Ya hemos visto que Jesucristo, los apóstoles y la Igle*sia cristiana recibieron los escritos del Antiguo Testamento como sagrados e inspirados. Pero, además, poco tiempo después de la muerte de Cristo comenzó a aparecer una nueva literatura religiosa, o sea, la literatura cristiana, que trataba de la VIda y doctrina de Cristo y de los apóstoles. Esta literatura en parte era histórica (los cuatro evangelios y los Hechos) y en parte epistolar (cartas de San Pablo y de otros apóstoles). La actividad literaria de los autores del Nuevo Testamento se extiende por un período de unos sesenta años: entre los años 40 a 100, d.C.

b) Los primeros cristianos comenzaron muy pronto a ve*nerar como escritos sagrados los libros y las cartas escritas por los apóstoles y por sus colaboradores. Este hecho no ha de extrañarnos si tenemos presente que Cristo les había prome*tido el Espíritu Santo (Cf. Jn 14,26; 16,13s) y los había constituido dispensadores de los misterios de Dios (1 Cor 4,1). Y, en efecto, los apóstoles fueron llenos del Espíritu Santo el día de Pentecostés, comenzando desde entonces la sublime misión -para la que habían sido preparados por el mismo Jesús- de predicar la doctrina de Cristo a todo el mundo. En esta misión fueron eficazmente ayudados por sus propios escritos dirigidos a diversas Iglesias y comunidades cristianas.

La veneración con que los primeros cristianos recibían todo lo que provenía de los verdaderos apóstoles explica bien que los fieles se sintieran movidos a conservar aquellos precio*sos escritos y a comunicarlos a otras comunidades. Esto mis*mo debió de llevar a los cristianos a hacer diversas copias de aquellos escritos apostólicos y a ir formando pequeñas colec*ciones de aquella nueva literatura. San Pablo ordena expresa*mente a los colosenses que lean la epístola dirigida a los de Laodicea, y a los laodicenses les manda a su vez que lean la carta enviada a los colosenses[1] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn1).

En el Nuevo Testamento encontramos ya ciertos indicios que parecen demostrar que se atribuía a los escritos de los apóstoles una autoridad divina. En la 1 Tim 5,18 tenemos el primer ejemplo de citación de las palabras de Jesús como Es*critura sagrada[2] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn2). La 2 Pe 3, 15‑16 atribuye la misma autoridad a las epístolas de San Pablo que a los escritos proféticos.

La literatura cristiana de fines del siglo I y del siglo II ates*tigua lo mismo. Según la Didajé 8,2, es el mismo Señor el que habla y ordena en el Evangelio. San Clemente Romano afirma que San Pablo, divinamente inspirado, escribió a los Corin*tios[3] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn3). La Epístola de Bernabé también cita Mt 22,14 con la fórmula empleada ordinariamente para citar el Antiguo Tes*tamento: “gégraptai” = “está escrito”[4] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn4). Los escritos de los Pa*dres apostólicos San Ignacio Mártir y San Policarpo están llenos de citas y de alusiones tomadas de los evangelios y de las epístolas paulinas, lo cual indica la gran veneración y re*verencia que tenían de estos escritos.

c) Si las cartas de San Clemente Romano a los corin*tios y de San Ignacio Mártir a los filipenses eran tenidas en tanta estima por los destinatarios, que hacían copias para trans*mitirlas a otras Iglesias, mucho más estimados aún debían de ser los escritos de los apóstoles. Así se explica fácilmente que ya desde un principio los escritos apostólicos fueran coleccio*nados para leerlos públicamente en el culto divino. De la 2 Pe 3, 15‑16, en que se habla de todas las cartas (“en pásais epistoláis”) de San Pablo, se puede deducir que ya en aquel tiempo debía de existir alguna colección de las epístolas del Apóstol. San Ignacio Mártir, en su epístola a los Efesios también parece suponer la existencia de una colección de epís*tolas paulinas.

El proceso de colección y de formación del canon del Nuevo Testamento debió de ser bastante breve para la mayoría de los libros, por el hecho de que la Tradición era clarísima y de todos bien conocida. Así sucedió con los cuatro Evangelios y con casi todas las epístolas de San Pablo (exceptuando la epístola a las Hebreos). Por el contrario, respecto de otros libros del Nuevo Testamento, el proceso de “canoniza*ción” fue más lento, y se disputó durante bastante tiempo sobre su canonicidad, porque la tradición apostólica no era igualmen*te clara y evidente en todas las Iglesias. Hacia fines del si*glo IV se llegó a la unanimidad de la Iglesia católica en lo refe*rente al canon del Nuevo Testamento.

d) Tres fueron las causas principales que aceleraron la formación del canon del Nuevo Testamento: 1) La difusión de muchos apócrifos, que eran rechazados por la Iglesia a causa de las doctrinas peligrosas que contenían; 2) la herejía de Marción, que seguía un canon propio. Rechazaba todo el Antiguo Testamento, y del Nuevo sólo admitía el evangelio de San Lucas y diez epístolas de San Pablo; 3) la herejía de los monta*nistas, que añadía nuevos libros al canon de la Iglesia y afirma*ba que había recibido nuevas revelaciones del Espíritu Santo.

Observador
25/08/2006, 17:05
Parte II


1. Formación del canon del Nuevo Testamento hasta el año 150.‑ Losescritos del Nuevo Testamento, por haber sido en su mayoría escritos dirigidos a comunidades particula*res, no fueron conocidos inmediatamente por toda la Iglesia cristiana. Sin embargo, ya tenemos desde los primeros tiempos de la Iglesia testimonios de gran valor que demuestran la exis*tencia de estos escritos sagrados. Las citas que nos han trans*mitido los Padres apostólicos no suelen estar hechas literal*mente, por lo cual resulta a veces difícil determinar de qué libro del Nuevo Testamento han sido tomadas. Hacia finales del siglo II encontramos ya testimonios explícitos, e incluso un catálogo de Libros Sagrados del Nuevo Testamento, como veremos después.

a) En el mismo Nuevo Testamento encontramos indicios que nos permiten deducir la existencia de alguna colección de San Pablo: 2 Pe 3,15‑16. Y como ya dejamos dicho, la 1 Tim 5, 18 es muy posible que cite el evangelio de San Lucas (10,7), considerándolo como Escritura sagrada.

b) Los Padres apostólicos no suelen citar los Libros Sa*grados del Nuevo Testamento por los nombres de sus autores. Pero sus escritos están plagados de citas y de alusiones al Nue*vo Testamento, de tal modo que sus testimonios son conside*rados como ciertísimos. En los escritos de dichos Padres se encuentran citas de casi todos los Libros del N. T., si excep*tuamos las epístolas de Filemón y 3 Jn 14[5] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn5).

La Didajé (hacia el año 90 d.C.) cita frecuentemente a Mt, y parece conocer a Lc, 1 Tes, 1 Pe, Jds, y quizá Jn y Act 15.

San Clemente Romano (hacia 96) emplea Mt, 1‑2 Tim, Tit, Hebr, y probablemente Lc, Act, 1 Cor, Rom, 1‑2 Pe, Sant.

Epístola de Bernabé (hacia 98) cita a Mt, Rom, Col, 2 Tim, Tit, 1 Pe, y probablemente también conocía Jn.

San Ignacio de Antioquia (año 107) emplea en sus escritos Mt, Lc, Jn, Act, 1 Tes, Gál, 1 Cor, Rom, Col, Ef, Hebr.

San Policarpo (hacia el año 108) alude en su carta a Mt, Mc, Lc, Jn, Act, 2 Tes, Gál, 1‑2 Cor, Rom, Col, Ef, Fil, 1‑2 Tim, Hebr, Sant, 1 Pe, 1 Jn.

Papías (hacia 110) es el primero que da los nombres de los autores de Mt, Mc, Jn, y refiere algo acerca del origen de los evangelios. También conocía 1 Pe, 1 Jn, Apoc.

El Martyrium Polycarpi (hacia 150) se sirve de Mt, Jn, Act, Apoc y quizá Jds.

El Pastor de Hermas (hacia 140‑ 155) hace uso de Mt, Mc, Lc, Jn, Act, 1 Tes, 2 Cor, Rom, Ef, Fil, Hebr, Sant, 1‑2 Pe, Apoc.

c) Los apologistas todavía nos han transmitido testimo*nios mucho más claros sobre los libros del Nuevo Testamento. Al tener que defender las doctrinas cristianas contra los ata*ques de los infieles y de los herejes, recurren con frecuencia a citaciones de los escritos sagrados.

Arístides Ateniense (hacia 140), en su Apología c. 15, narra la VIda de Jesús, y afirma que la venida de Jesucristo puede ser conoci*da por los escritos evangélicos. También cita Mt, Jn, Act, Rom, 1 Tim, Hebr, 1 Pe.

San Justino (año 150‑160) es el primer escritor antiguo que nos habla del uso litúrgico del Nuevo Testamento en las reuniones de los cristianos. “Y en el día llamado domingo ‑dice él‑, todos los que VIven en las ciudades o en el campo se reúnen en un lugar, y ante ellos se leen las memorias de los apóstoles o las escrituras de los profe*tas mientras el tiempo lo permite”[6] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn6). Las “memorias de los apóstoles” son los Evangelios, según los demás escritos de San Justino. Cita con frecuencia los evangelios de Mt y Jn. Habla también explícitamente del Apocalipsis, atribuyéndolo a San Juan Apóstol. Conoce igualmen*te Act y todas las epístolas de San Pablo, Sant, 1‑2 Pe, 1 Jn.

Observador
25/08/2006, 17:06
Parte III


2. El canon del Nuevo Testamento desde el siglo II hasta el siglo IV.‑ Lostestimonios que poseemos de este período en favor de los Libros Sagrados del Nuevo Testamen*to son clarísimos y de gran importancia.

Taciano Siro (hacia el año 172), sirviéndose de los cuatro evange*lios, compuso una obra llamada Diatessaron. Era una armonía evan*gélica que se divulgó mucho. Las Iglesias de Siria lo usaron hasta el siglo V. Taciano conoce también Act, 1 Cor, Rom, Hebr, Tit, Apoc.

Marción (año 140‑170) es el testigo principal del siglo II en lo referente a la historia del canon. En su obra Antitheses rechaza todo el Antiguo Testamento, por provenir del Dios del temor, distinto del Dios del amor del Nuevo Testamento. De los escritos del Nuevo Testamento admite el evangelio de San Lucas, pero abreviado. Re*chaza los dos primeros capítulos de Lc por tener cierto sabor hebraico. Y también reconoce como canónicas diez epístolas paulinas, excep*tuando las pastorales y la de los Hebr. Los demás libros del Nuevo Testamento no son considerados como canónicos por Marción.

No fue Marción el primero que formó el canon del Nuevo Tes*tamento, como afirman algunos autores. Antes de él ya existían colecciones de escritos sagrados que eran considerados por todos como inspirados. Esto se deduce de los testimonios que poseemos de aquel tiempo. Además, el canon mutilado del mismo Marción supone que ya existía en la Iglesia un canon, del cual se sirve a su manera. Sin embargo, la Iglesia, con motivo del canon de Marción y para opo*nerse a sus doctrinas erróneas, debió de poner más empeño y dili*gencia en determinar el verdadero canon.

Epístola de las iglesias Lugdunense y Vienense (hacia 177), que nos demuestra que en la Galia eran conocidos Lc, Jn, Act, Rom, Ef, Fil, 1 Tim, 1 Pe, 1 Jn, y muy probablemente Hebr, 2 Pe, 2 Jn. Es citado el Apoc como “Escritura”.

San Teófilo Antioqueno (hacia el año 180) considera a los evan*gelistas como inspirados, y cita a Mt y Lc. También afirma que Juan, el “Pneumatóforo”, fue el autor del cuarto Evangelio. Se sirve de casi todas las epístolas de San Pablo, y en algunos lugares cita la epístola a los Rom y la 1 Tim con la fórmula: “la palabra divina” (gr. “ho theios logos”).

San Ireneo (año 175‑195) enseña que los escritos del Nuevo Testamento son de origen apostólico[7] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn7). Los evangelios fueron escritos por San Mateo en hebreo, por San Marcos, el intérprete de San Pedro; por San Lucas, el compañero de VIajes de San Pablo, y por San Juan, el discípulo amado del Señor[8] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn8). En sus escritos, San Ireneo cita o alude a todos los libros del Nuevo Testamento, a excepción de la epístola a Filemón, la 2 Pe, la 3 Jn y la de Jds.

Tertuliano (año 16o‑240) combate a Marción, echándole en cara que, no siendo cristiano, no tenía derecho alguno a hacer uso de las escrituras cristianas[9] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn9). Afirma que hay cuatro evangelios, a los que llama “instrumento evangélico”. Dos fueron escritos pos apóstoles, San Mateo y San Juan, y los otros dos por hombres apostólicos, San Marcos y San Lucas[10] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn10). También cita directamente los Act y trece epístolas paulinas[11] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn11). La epístola a los Hebr la atribuye a Bernabé[12] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn12). Aduce, además, la 1 Pe, la 1 Jn, Jds y el Apoc[13] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn13). Es dudoso si hace referencia a la epístola de Sant[14] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn14). No alude a la 2 Pe ni a la 2 y 3 Jn.

Fragmento de Muratori (de fines del s. II). Fue hallado en la Biblio*teca Ambrosiana de Milán por L. A. Muratori (+1750) y editado por el mismo en el año 1740[15] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn15). Contiene el catálogo más antiguo, hasta hoy conocido, de los libros del Nuevo Testamento. Al principio está mutilado, por lo cual se ha perdido la referencia que hacía de los evangelios de Mt y Mc. En la forma actual habla de Lc, Jn, Act, 1‑2 Cor, Gál, Rom, Ef, Fil, Col, 1‑2 Tes, Flm, Tit, 1‑2 Tim, Jds, 1‑2 Jn, Apoc, 1 Pe. No son nombradas las epístolas a los Hebr, Sant y la 2 Pe. Se permite la lectura privada del Pastor, de Hermas[16] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn16). Hermas, el autor del Pastor, es llamado hermano del obispo de Roma Pío (año 140‑155), y como también afirma que el Pastor de Hermas fue escrito “nuperrime temporibus nostris” (“en nuestros días”, “hace muy poco”), se deduce que la composición del fragmento de Muratori hay que colocarla hacia mediados del siglo II, en Roma o en las cercanías de la Urbe. No se conoce su autor; pero es bastante probable que haya sido San Hipólito Romano.

Desde principios del siglo III hasta la primera mitad del siglo IV, los testimonios de la Tradición, referentes al canon del Nuevo Testamento, son clarísimos y de gran valor. La mayor parte de las dudas existentes anteriormente desaparecen. Los escritores de este período tanto del Oriente como del Occiden*te se muestran en general acordes sobre el canon de Libros Sagrados del Nuevo Testamento.

Clemente Alejandrino (hacia el año 180‑202). Eusebio afirma, hablando de Clemente Alejandrino, que “en los libros de las Hypotyposes teje una compendiosa narración de todas las Escrituras de ambos Testamen*tos”[17] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn17). De donde se puede deducir que conocía todos los libros del Nue*vo Testamento, incluso el Apocalipsis. Se duda si conocía las epístolas 2‑3 Jn y la 2 Pe. Hay que advertir, sin embargo, que, juntamen*te con los libros canónicos, cita otros que no lo son. Lo cual parece suponer que no sabía distinguir bien los libros canónicos de los apó*crifos.

Orígenes (+254) era hombre muy versado en ciencias bíblicas y había recorrido todas las Iglesias principales de aquella época: las de Roma, Alejandría, Antioquia, Cesarea, Asia Menor, Atenas, Arabia. Por todo lo cual constituye un testimonio de máxima importancia y autoridad. Admite todos los 27 libros del Nuevo Testamento, consi*derándolos como canónicos[18] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn18). Aunque conoce las dudas de algunos escritores de aquella época acerca de la canonicidad de 2 Pe, de 2‑3 Jn y de Jds, sin embargo, no hace caso de ellas y admite en su canon todas las epístolas. Por el contrario, conociendo igualmente los apócri*fos, no los recibe en el canon de los Libros Sagrados[19] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn19).

San Hipólito Romano (+hacia 258‑260). Tiene mucha importancia su testimonio por ser intérprete excepcional de la Iglesia romana. En sus escritos, San Hipólito cita todos los libros del Nuevo Testamento, exceptuando las epístolas de Flm, 2 y 3 Jn. El Fragmento de Muratori, que diversos autores atribuyen a San Hipólito[20] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn20), contiene todos los libros canónicos del Nuevo Testamento, menos la epístola a los Hebr, Sant y 2 Pe.

Observador
25/08/2006, 17:06
Parte IV


Novaciano (hacia el año 250) fue un presbítero de la Iglesia de Roma que posteriormente cayó en la herejía. En sus escritos se sirve de todos los libros del Nuevo Testamento, a excepción de la epístola a los Hebreos.

San Cipriano (+258), obispo de Cartago, cita diez epístolas pauli*nas, la 1 Pe, la 1 Jn y el Apocalipsis. No menciona la epístola de Flm y duda del origen de la epístola a los Hebr.

Canon Mommseniano, (de hacia el año 259) proviene de la Iglesia de África, y menciona veinticuatro libros del Nuevo Testamento. Omite las epístolas a los Hebr, la de Sant y la Jds.

San Dionisio de Alejandría (+264) admite todos los libros del Nuevo Testamento, aunque no cita la 2 Pe y la de Jds. Y con el fin de oponerse al error milenarista, que se apoyaba en Apoc 20, negó que el autor del Apoc fuese el apóstol San Juan. Negaba, por consi*guiente, la autenticidad, pero no la canonicidad del Apocalipsis.

Por los testimonios que acabamos de citar, no resulta difí*cil observar que en el siglo III casi todos los libros del Nuevo Testamento eran recibidos en el canon. En Occidente se duda de la canonicidad de las epístolas de Sant, 2 Pe y Hebr, y por eso a veces son omitidas. En Oriente todavía hay bastantes es*critores que dudan de las cinco epístolas católicas menores: Sant, 2 Pe, 2‑3 Jn y Jds.



3. El canon del Nuevo Testamento en los siglos IV‑VI. En los siglos IV y V se nota entre los escritores eclesiásticos una mayor unanimidad aún acerca de los libros canónicos del Nue*vo Testamento. Las dudas son de menor importancia. Con*trastando, sin embargo, con esto, encontramos las vacilaciones que comienzan a surgir en Oriente sobre la autenticidad y ca*nonicidad del Apocalipsis, iniciadas por San Dionisio Alejan*drino, como ya hemos VIsto. Pero, con todo, la unanimidad llega a ser completa en Occidente a fines del siglo IV y comienzos el V; y en Oriente se consigue esta unanimidad durante el siglo VI.

a) Los escritores sirios manifiestan dudas acerca de las epístolas católicas menores. La obra llamada Doctrina Addai (s. IV) y Afraates (hacia el año 340) omiten todas las epístolas católicas y el Apocalipsis. San Efrén (+373) cita la 1 Pe y la 1 Jn, y probablemente la epístola de Sant. No parece haber utilizado la 2 y 3 Jn y la de Jds, porque estas epístolas todavía no habían sido traducidas del griego en su tiempo, y San Efrén no conocía el griego. También nos es conocido un Catálogo esticométrico de hacia el año 400, que no contiene las epís*tolas católicas y el Apocalipsis. La versión Peshitta, tan difundida entre los sirios, contiene la 1 Pe, 1 Jn y Sant, pero le faltan la 2 Pe, 2‑3 Jn, Jds, Apoc. Sin embargo, las versiones posteriores: Filoxeniana (año 508) y Harclense (615‑616) contienen los veintisiete libros del Nuevo Testamento.

b) Padres griegos: Eusebio (+340) divide los libros del Nuevo Testamento en tres clases: I) homologúmena, o sea los libros “que, según la tradición eclesiástica, son verdaderos y genuinos y han sido recibi*dos por todos sin oposición”. Son los cuatro evangelios, Act, 14 epís*tolas de San Pablo, 1 Jn, 1 Pe y el Apocalipsis, con la salvaguardia: “si es considerado verdadero”; 2) antilegómena, cuya genuinidad es discutida por algunos: Sant, 2 Pe, 2‑3 Jn, Jds; 3) espurios, o “adultera*dos”: los Hechos de Pablo, el Pastor, el Apocalipsis de Pedro, la epís*tola de Bernabé, la Didajé, y, “si así agrada, el Apocalipsis de Juan”[21] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn21). Eusebio, bajo el influjo de San Dionisio, se muestra indeciso sobre la colocación del Apoc. Distingue entre Juan el apóstol, al que atribu*ye el evangelio y la primera epístola, y Juan el presbítero, que sería el autor del Apoc y de 2‑3 Jn.

San Cirilo de Jerusalén (+386), en su Catechesis 4,33-36, escrita hacia el año 348, nos ofrece el canon completo del Nuevo Testamen*to, con la única omisión del Apocalipsis de San Juan.

San Atanasio (año 367) admite los 27 libros del Nuevo Testamen*to como sagrados y canónicos[22] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn22). Y lo mismo hace San Epifanio (+403)[23] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn23).

San Basilio (+379) acepta todos los libros del Nuevo Testamento, aunque no cita explícitamente las epístolas 2‑3 Jn y Jds[24] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn24).

San Gregorio Nacianceno (328‑389), en su poema titulado De veris libris Scripturae divinitus inspiratae, da la lista de todos los li*bros del Nuevo Testamento, menos del Apocalipsis. El P. Lagrange piensa que el no mencionar el Apoc es debido a que San Gregorio estaba atado a causa del metro poético. Y por eso, en lugar de men*cionarlo, hace una alusión general a él, diciendo: “Juan, el universal y gran heraldo, que recorre los cielos”. Sin embargo, en otros lu*gares de sus obras cita expresamente el Apoc, como cuando escribe: “Juan en el Apocalipsis me enseña”[25] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn25). Además, lo cita en unión de varios textos del evangelio de San Juan.

Observador
25/08/2006, 17:07
Parte V


San Gregorio Niseno (335‑394), hermano de San Basilio, cita la epístola a los Hebr y el Apoc. De los demás no nos habla.

San Anfiloquio (340‑403) ofrece un canon completo del Nuevo Testamento, aunque a propósito del Apoc se ve que sufrió el influjo de los Padres antioquenos, pues afirma que muchos lo rechazan. Algunos también dudan, según él, de la 2 Pe, 2‑3 Jn y Jds.

A estos testimonios podemos añadir los códices unciales princi*pales: el Sinaítico, de principios del siglo IV, que contiene todo el Nuevo Testamento; el Vaticano (B), de comienzos también del si*glo IV, que tiene todos los libros del Nuevo Testamento, hasta la epístola a los Heb; y el Alejandrino, de principios del siglo v, que presenta todos los libros neotestamentarios[26] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn26).

c) Padres antioquenos.- Entre éstosson dignos de mención San Juan Crisóstomo (+407), que cita con mucha frecuencia la epístola a los Hebr y la de Sant, pero nunca alega la 2 Pe, la 2-3 Jn y el Apoc, lo cual parece indicar que las excluía del canon. Otro tanto pode*mos decir de Teodoreto Cirense (+458), que tampoco cita las epísto*las católicas menores y el Apoc. Teodoro de Mopsuestia (+428) toda*vía va más lejos, pues incluso rechaza las epístolas católicas mayores: Sant, 1 Pe, 1 Jn.

d) Padres latinos.‑ Casi todos los escritores eclesiásticos latinos de esta época admiten el canon íntegro del Nuevo Testamento. La discusión y las dudas se centran sobre todo en la epístola a los Hebreos, que en el Occidente, hasta la mitad del siglo IV, es pasada en silencio por muchos autores. En Oriente, en cambio, nunca se dudó de su canonicidad. En el siglo IV se disputó mucho en Occidente acerca de su autenticidad. Posiblemente por este motivo no se en*cuentra en el canon Claromontano (s. IV), en donde también faltan Fil y 1‑2 Tes, probablemente a causa de un descuido del copista.

En los últimos decenios del siglo IV casi todos los Padres latinos admiten unánimemente la autenticidad de la epístola a los Hebreos. De este modo se llega a la unanimidad completa, con la admisión de los27 libros del Nuevo Testamento. Esto se ve claramente recorriendo las obras de los principales Padres de este período.

San Jerónimo (+410), que pasó gran parte de su VIda en Oriente, admite todos los libros del Nuevo Testamento. Por lo que se refiere a los deuterocanónicos del Antiguo Testamento, fue hostil y no los consideró como canónicos; en cambio, respecto de los deuterocanónicos del Nuevo Testamento, adopta la “veterum auctoritas” (“autoridad de los –padres- antiguos”) y los recibe como canónicos, incluso conociendo las dudas que sobre alguno de ellos existían tanto en Oriente como en Occidente[27] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn27). Refiriéndose a las epístolas de Santiago y Judas afirma que han obte*nido “autoridad” canónica “paulatim procedente tempore” (“poco a poco, con el paso del tiempo”)[28] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn28). Pero él las coloca sin vacilación alguna entre los libros canónicos[29] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn29).

Rufino (+410) también admite los 27 libros del Nuevo Testa*mento como inspirados y canónicos.

San Agustín (+430), en su libro De doctrina christiana (año 397), nos ofrece una lista completa de todos los libros del Nuevo Testa*mento, idéntica a la que más tarde aceptará el concilio Tridentino. Fue bajo su influencia que el concilio provincial de Hipona, o sea, el concilio plenario de toda el África, celebrado en Hipona el 8 de octubre de 393, y los concilios III y IV de Cartago, de los años 397 y 419, recibieron este mismo canon[30] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftn30).

San Ambrosio (+397) hizo uso de todos los libros del Nuevo Testamento. Los únicos sobre los cuales hay alguna duda son las epístolas 2‑3 Jn. La epístola a los Hebreos la atribuye a San Pablo y el Apocalipsis a San Juan.

San Hilario De Poitiers (+368) no nos da una lista de los libros del Nuevo Testamento, pero admitió indudablemente los protoca*nónicos. De los deuterocanónicos del N. T. recibió la epístola a los Hebreos, que consideraba como de San Pablo, y usó la epístola de Santiago, la 2 Pe y el Apoc. Para San Hilario, el autor del Apoc era San Juan. No tiene referencias a las epístolas 2‑3 Jn y Jds.

Prisciliano (hacia el año 380), obispo de Ávila en España, reco*noce como inspirados y canónicos todos los libros del Nuevo Testa*mento. El único que no menciona es la epístola 3 Jn.

Observador
25/08/2006, 17:08
Parte VI


[1] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref1) Cf. Col 4, 16. Hay bastantes autores que sostienen que la epístola a los Laodicenses es la que desde finales del siglo II ha sido llamada epístola a los Efesios.


[2] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref2) San Pablo cita como Escritura sagrada Deut 25,4 y las palabras de Jesús, que leemos en Lc 10,7. Disputan los autores si el Apóstol cita el Evangelio escrito o las palabras del Señor recibidas por tradición. Como 1 Tim es posterior al evangelio de San Lucas, es muy posible que se refiera a dicho evangelio.

[3] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref3) Cf. Epist. 1 ad Cor 47,3.


[4] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref4) Epíst. Bernabé 4,14; cf. F. Funk, Patres Apostolici I (Tubinga 1901) p. 49.


[5] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref5) Todas las citas y alusiones a los libros del N. T. que se encuentran en los Padres apostólicos han sido recogidas por F. X. Funk, Patres apostolici (Tubinga 1901). Cf. J. B. Lightfoot, The Apostolic Fathers (Londres 1890, primera parte; 1889, segunda parte); B. Steidle, Patrologia seu historia antiquae litteraturae ecclesiasticae (Friburgo 1937); B. Altaner, Patrologie (Fribur*go 1950). También se puede consultar la obra The N. T. in the Apostolic Fathers, editada por un comité de la Oxford Society de Teología histórica (Oxford 1905).


[6] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref6) Cf. Apología I 67,3s: MG 6,429. En esta Apol. I 66 advierte que con la expresión “me*morias” quiere designar los evangelios y afirma que estas “memorias” fueron escritas por los apóstoles y por los discípulos de los mismos (Diál. con Trif. 103: MG 6,717).


[7] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref7) Cf. Adv. Haer. 3, Praef.


[8] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref8) Cf. Adv. Haer. 3,1; 3,11,8; W. Sanday ‑ C. H. Turner ‑ A. Souter, novun testamen*tum s. Irenaei episcopi lugdunensis: old‑latin biblical texts 7 (oxford 1923); w. L. Dulié*re, Le Canon néotestamentaire et les écrits chrétiens approuvés par Irénée: La Nouvelle Clio 9 (1954) 199‑229.


[9] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref9) Cf. De praescr. 37.


[10] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref10) Cf. Contra Marcionem 4,2 y 5.


[11] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref11) Cf. De ieiunio 2 y 10; Contra Marc. 4,5; 5,19.


[12] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref12) Cf. De pudic. 20.


[13] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref13) Cf. De oratione 20; De pudic. 19.20; De cultu fem. 1,3; De praescr. 33.


[14] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref14) Cf. Scorpiace 12.


[15] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref15) Cf. L. A. Muratori, Antiquitates Italicae Medii Aevi III (Milán 1740) 851‑854; H. Lietzmann, Das muratorische Fragment und die Monarchianischen Prologe zu den Evange*lien (Borm 1908) p. 3‑11; T. Zahn, Miscellanea II. Hippolytus der Verfasser des Muratorischen Kanons: Neue kirchliche Zeitschrift 33 (1922) 417‑436.


[16] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref16) Se puede ver el texto del Fragmento de Muratori en el Enchiridion Biblicum (Roma 1961) n. 1‑7. Cf. J. Campos, Epoca del fragmento Muratoriano: Helmántica II (1960) 485-96.


[17] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref17) Hist. Ecc. 6,14.


[18] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref18) Cf. A. Merk, Origenes und der Kanon des A. T.: Bi 6 (1925) 200‑205.


[19] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref19) Cf. Comm. in Mt t. 17,30: MG 13, 1569‑1572; In Lc hom. 1, MG 13, 1802s.


[20] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref20) Cf. J. B. Lightfoot. en The Academy 2 (1889) 186‑188.205; TH. H. Robinson, The Authorship of the Muratorian Canon: The Expositor 7,1 (1906) 481‑495; Th. Zahn, Hippoli*tus der Verfasser des Muratorischen Kanons: Neue kirchliche Zeitschrift 33 (1922) 417‑436; S. Ritter, Il frammento Muratoriano: Rivista de Archeologia Cristiana 3 (1926) 215‑263; M. J. Lagrange, Histoire ancienne du Canon du N. T. p.66‑84.


[21] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref21) Cf. Hist. Eccl. 3,25.


[22] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref22) Epist. Festalis 39.


[23] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref23) Haer. 30,25.


[24] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref24) Adv. Eunom. 4,5.


[25] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref25) Cf. Or. 42,9; 29,17.


[26] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref26) También son importantes para el canon del N. T. los papiros encontrados principal*mente en Egipto. La colección Chester Beatty contiene el P45 de principios del siglo III, que tiene fragmentos de los cuatro evangelios y de los Act; el P46, también de principios del siglo III, que contenía originariamente la epístola a los Rom, 1‑2 Cor, Ef, Gál, Fil, Col, 1‑2 Tes; el P47, del siglo III, con fragmentos del Apoc. El P20, también del siglo III, y el P23 contienen la epístola de Sant; el P13 y P17, del siglo IV, tienen la epístola a los Hebr; el P18, del siglo III-IV, y el P24, del siglo IV, que presentan el Apocalipsis.


[27] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref27) Cf. Epist. 129 ad Dardanum, 3.


[28] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref28) Cf. De VIris illustr. 2,4.


[29] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref29) Cf. Epist. 53 ad Paulinum, 8.


[30] (http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm#_ftnref30) Cf. De doctr. christ. 2,8,13.







http://www.mercaba.org/FICHAS/Apologetica.org/historia_canon_04.htm

Observador
25/08/2006, 17:11
Período neotestamentario (c.35-90)

En este período apenas hay sentido de la existencia de un canon de la Escritura










Padres apostólicos (c.90-160)



Sumario:

El Nuevo Testamento no es todavía clara y cualitativamente distinguido de otros escritos cristianos.

Los evangelios son generalmente aceptado alrededor del 130, aunque los evangelios de Justino Mártir contienen material apócrifo, siendo Policarpo el primero que utiliza como Escritura los cuatro evangelios

? El libro de Hechos es raramente conocido o citado



El Corpus Paulino es más o menos aceptado alrededor del 130 aunque sus citas son mencionadas como Escritura en raras ocasiones.

? Filipenses y 1ª Timoteo. Justino Mártir

? 2ª Timoteo, Tito y Filemón. Policarpo y Justino Martir



x Hebreos. No considerado como canónico



? 1ª de Clemente de Roma a los Corintios

x Justino Mártir y Policarpo



Santiago. Rechazada y ni tan siquiera citada



x 1ª Pedro. No canónica



x 2ª Pedro. No canónica y no citada



x 1ª,2ª y 3ª Juan. No canónicas

x Justino Mártir

? 1ª Juan Policarpo / x 3ª Juan



x Judas. No canónica

x Policarpo y Justino Mártir



x Apocalipsis. No canónico

x Policarpo

Observador
25/08/2006, 17:12
De Ireneo de Lyon a Orígenes (c 160-250)

Sumario:

Tertuliano y Clemente de Alejandría son los primeros en usar el término Nuevo Testamento

Evangelios. Aceptados completamente

Hechos. Gradualmente aceptada su canonicidad



Cuerpo Paulino. Aceptada su canonicidad con algunas excepciones

x 2ª Timoteo. Clemente de Alejandría

x Filemón. Ireneo, Orígenes, Tertuliano y Clemente de Alejandría



? Hebreos. No considerada como canónica en Occidente hasta el siglo IV

? Orígenes

* Clemente de Alejandría fue el primero que la aceptó



x Santiago. No canónica

? Orígenes es el primero que la menciona

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



* 1ª Pedro. Aceptación gradual

* Primeramente aceptada por Ireneo y Clemente de Alejandría



x 2ª Pedro. No canónica

? Orígenes la menciona por vez primera

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



* 1ª Juan. Aceptación gradual

* Ireneo y Clemente de Alejandría son los primeros que la aceptan

x Orígenes



x 2ª Juan. No canónica

? Orígenes

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



x 3ª Juan

? Orígenes

x Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría



? Judas. Aceptación gradual

* Clemente de Alejandría

x Orígenes



? Apocalipsis. Aceptación gradual

* Clemente de Alejandría es el primero que lo acepta

x Canon de Baroccio, año 206



Epístola de Bernabé

* Orígenes y Clemente de Alejandría la aceptan como canónica



Pastor de Hermas

* Ireneo, Tertuliano, Orígenes y Clemente de Alejandría



La Didajé

* Orígenes y Clemente de Alejandría



El Apocalipsis de Pedro

* Clemente de Alejandría



Los Hechos de Pablo

* Orígenes

* Aparece en diversas traducciones al Griego, Latín (5), Siriaco, Armenio y Arábico



Evangelio de los Hebreos

* Clemente de Alejandría

Observador
25/08/2006, 17:13
Canon de Muratori (c 190)

Excluye Hebreos, Santiago, 1ª y 2ª Pedro

Incluye el Apocalipsis de Pedro


Orígenes a Nicea (c 250-325)

Sumario:

Las epístolas católicas y el Apocalipsis son todavía discutidos

Evangelios, Hechos y el Cuerpo Paulino, aceptados



? Hebreos.

* Aceptada en Oriente

?, x. Discutida en Occidente



? Santiago

? Todavía discutida en Oriente

x Rechazada en Occidente



* 1ª Pedro. Aceptada bastante bien



? 2ª Pedro. Todavía discutida



* 1ª Juan. Aceptada bastante bien



? 2ª y 3ª Juan, Judas. Todavía discutidas



? Apocalipsis. Muy discutida especialmente en Oriente

x Dionisio




Concilio de Nicea (c 325)

Se cuestiona la canonicidad de Santiago, 2ª Pedro, 2ª Juan, 3ª Juan y Judas

Observador
25/08/2006, 17:15
De Nicea al Concilio de Cartago (c 325-397)

Sumario:

Atanasio es el primero que da una lista con los actuales 27 libros del Nuevo Testamento en el año 367. Continúan las discusiones acerca de varios libros casi hasta el año 397, cuando el canon es autoritativamente cerrado

* Evangelios, Hechos, Cuerpo Paulino, 1ª Pedro, 1ª Juan, aceptados.



* Hebreos. Finalmente aceptada en Occidente



* Santiago. Lenta aceptación. No fue siquiera citada en Occidente hasta alrededor del año 350



* 2ª Pedro. Finalmente aceptada



* 2ª y 3ª Juan, Judas. Finalmente aceptadas



* Apocalipsis. Finalmente aceptado

x Cirilo de Jerusalén, Juan Crisóstomo, Gregorio Nacianceno



Epístola de Barnabás. No aceptada

x Aparece en el Códice Sinaítico a finales del siglo IV



Pastor de Hermas. No aceptado

x Aparece en el Códice Sinaítico a finales del siglo IV. Usado como libro de texto para catecúmenos según Atanasio



1ª y 2ª de Clemente. No aceptadas

x Aparece en el Códice Sinaítico incluso a principios del siglo V




http://www.geocities.com/luisperezbus.rm/COLORBAR.jpg

Los protestantes, por supuesto, aceptaron el canon tradicional del Nuevo Testamento (aunque con cierta resistencia y desigualdad. Lutero rechazó la total canonicidad de Santiago, Apocalipsis y algunos otros libros). Al hacer tal cosa, necesariamente reconocieron la autoridad de la Iglesia Católica. Si no lo hubieran hecho, el protestantismo hubiera seguido probablemente el camino de todas las viejas herejías del primer milenio de la Era de la Iglesia, degenerando en insignificantes y estrafalarias sectas, y desapareciendo en las putrefactas aguas estancadas de la historia.

Observador
25/08/2006, 17:16
Fuentes para el Esquema del Canon (todas protestantes):

1) Douglas, J.D., ed., New Bible Dictionary, Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1962 ed., pp.194-98;

2) Cross, F.L., and E.A. Livingstone, eds., The Oxford Dictionary of the Christian Church, Oxford: Oxford Univ. Press, 2nd ed., 1983, pp.232,300,309-10,626,641,724,1049,1069;

3) Geisler, Norman L. & William E. Nix, From God to Us: How We Got Our Bible, Chicago: Moody Press, 1974, pp.109-12,117-25.










http://www.geocities.com/luisperezbus.rm/canon.html

Observador
25/08/2006, 17:19
Los libros discutidos: también autoritativos desde una fecha temprana Centrarnos en el asunto de la autoridad y el uso de los escritos del Nuevo Testamento, en vez de la pregunta sobre listas formales de libros autoritativos, puede ayudarnos también a poner un problema particular de la historia del canon en una perspectiva distinta.

Sabemos que los debates sobre la extensión del canon en el tercer y cuarto siglo se enfocaron especialmente en el estatus de siete libros, los Antilegomena o 'libros discutidos' (Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas y Apocalipsis) los cuales no eran aceptados universalmente por la iglesia. Normalmente se argumenta que el estatus exacto de estos libros estaba en duda hasta que la iglesia del cuarto siglo decidió incorporarlos en el canon del Nuevo Testamento. La evidencia no necesariamente apoya tal argumento. Parece más bien que alusiones y referencias a estos libros se pueden encontrar hasta la mitad del segundo siglo y que su autoridad no se cuestiona hasta el final del segundo siglo, cuando una inundación de literatura herética exigía una reflexión consciente sobre la autoridad de ciertos libros frente a otros. Toda la evidencia indica su aceptación antes del fin del segundo siglo en todas aquellas regiones donde eran conocidos (es importante enfatizar este punto, porque ayuda a explicar las dudas que se expresaron en un momento posterior). Aquí sólo podemos mencionar brevemente los siguientes datos:

(a) Hebreos se cita en forma extensa en 1 Clemente (90-110 d.C.) y se usa por parte de varios autores. Es sólo al principio del tercer siglo que encontramos en Tertuliano que la iglesia de África del Norte no lo tenía dentro de su lista de libros del Nuevo Testamento.

(b) Santiago es atestiguado por 1 Clemente y Hermas (mitad del segundo siglo) entre otros.

(c) Es mi opinión que Judas 18 cita 2 Pedro 3:3 y que hay huellas de 2 Pedro en algunos de los Padres Apostólicos (1 Clem. 9:3; 11:1; 23:3; Hermas Vis. IV 3:4; Sim. VIII 11:1). Se reconoce generalmente que es el libro menos atestiguado de los Antilegomena.

(d) 2 y 3 Juan representan un problema particular. Aunque hay huellas de ellos en escritos cristianos antiguos, a la luz de los registros del séptimo concilio de Cartago (256 d.C.) y de dos pasajes en Ireneo (Adv. Haer. I 16:3; III 16:8)[18] (http://www.recursosteologicos.org/Documents/CanonNT.htm#_ftn18) parece que al menos la primera y la segunda epístola de Juan pueden haberse conocidas como una sola epístola, siendo que se presentan citas de 2 Juan como 'de la epístola de Juan'. Mientras no conozcamos en qué forma eran conocidas las tres epístolas, y mientras la evidencia resulte ambigua, sólo podemos decir que no parecen haber habido dudas en cuanto a la autenticidad de estas epístolas hasta el final del segundo siglo.

(e) Encontramos huellas de Judas en los Padres Apostólicos y la forma como Tertuliano cita el libro (en De Cult. Fem. 3) sugiere que había sido aceptado por mucho tiempo ya como auténtico y autoritativo en Africa del Norte.

(f) El libro de Apocalipsis parece haber sido aceptado ampliamente hasta bien entrado el tercer siglo.

El hecho que la autenticidad y autoridad de estos libros llegó a dudarse, cuando se empezó a debatir la extensión del canon al final del segundo siglo, se explica mayormente por el hecho de conocerse en determinadas regiones mientras que en otras no se conocían casi. La otra razón por tales dudas se puede encontrar en el intento de aquel entonces de limitar el concepto de apostolicidad para significar únicamente paternidad literaria apostólica. Siendo que la paternidad literaria exacta de estos libros (con la excepción de 2 Pedro) era desconocida o ambigua, era natural que se levantaran preguntas en cuanto a ellos, mientras que el lugar de Marcos, Lucas y Hechos [que tampoco estaban escritos por apóstoles] ya era establecido tan firmemente que no causaron problemas.

Observador
25/08/2006, 17:54
Partidarios de la canonicidad del Apocalipsis

Al final del siglo II (http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_II) el Apocalipsis fue reconocido por los representantes de las iglesias principales como una obra genuina del apóstol Juan. En Asia, Melitón (http://es.wikipedia.org/wiki/Melit%C3%B3n_de_Sardes), obispo (http://es.wikipedia.org/wiki/Obispo) de Sardes (http://es.wikipedia.org/wiki/Sardes), reconoció el Apocalipsis de Juan y escribió un comentario sobre él (Eusebio de Cesarea (http://es.wikipedia.org/wiki/Eusebio_de_Cesarea), Historia Eclesiástica (http://escrituras.tripod.com/Textos/HistEcl00.htm), IV, 26). En la Galia (http://es.wikipedia.org/wiki/Galia), Ireneo de Lyon (http://es.wikipedia.org/wiki/Ireneo_de_Lyon) creía firmemente en su autoridad divina y apostólica (Adversus Haer., V, 30). En África, Tertuliano (http://es.wikipedia.org/wiki/Tertuliano) citó frecuentemente el Apocalipsis sin dudas aparentes sobre su autenticidad (Contra Marción (http://es.wikipedia.org/wiki/Marcionismo), III, 14, 25). En Roma, el obispo Hipólito (http://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3lito_%28Obispo%29) asignó su autoría al apóstol Juan, y el Fragmento Muratoriano (http://es.wikipedia.org/wiki/Fragmento_Muratoriano) lo enumera junto con las otras escrituras canónicas. La Vetus Latina (http://es.wikipedia.org/wiki/Vetus_Latina) contenía el Apocalipsis. En Alejandría (http://es.wikipedia.org/wiki/Alejandr%C3%ADa), Clemente (http://es.wikipedia.org/wiki/Clemente_de_Alejandr%C3%ADa) y Orígenes (http://es.wikipedia.org/wiki/Or%C3%ADgenes) creían sin vacilación en su autoría joánica. Orígenes aceptaba el Apocalipsis como inspirado, y lo catalogaba como parte del Homologoumena. Atanasio (http://es.wikipedia.org/wiki/Atanasio), obispo de Alejandría, lo reconoció plenamente en su carta pascual 39 en el año 367 (http://es.wikipedia.org/wiki/367).

En occidente, el libro fue definitivamente aceptado por el decreto del papa Dámaso I (http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%A1maso_I), en el año 382 (http://es.wikipedia.org/wiki/382), confirmado luego en los concilios (http://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_ecum%C3%A9nico) de Hipona (http://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Hipona) (en el 393 (http://es.wikipedia.org/wiki/393)) y de Cartago (http://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Cartago) (en el 397 (http://es.wikipedia.org/wiki/397)), junto con todos los demás escritos del NT. En oriente, fue incluido en el canon después de mucha polémica (que se prolongó hasta el siglo IX (http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_IX)) aunque es el único libro del NT que no es leído como parte de la liturgia en la Iglesia Ortodoxa (http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_Ortodoxa).













Adversarios de la canonicidad del Apocalipsis

Algunos, como el romano Cayo, a principios del siglo III (http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_III) rechazaron el Apocalipsis por fomentar el milenarismo (http://es.wikipedia.org/wiki/Milenarismo). El antagonista más importante de la autoridad del Apocalipsis fue Dionisio (http://es.wikipedia.org/wiki/Dionisio_de_Alejandr%C3%ADa), obispo de Alejandría (http://es.wikipedia.org/wiki/Alejandr%C3%ADa), discípulo de Orígenes (http://es.wikipedia.org/wiki/Or%C3%ADgenes). Él no se oponía a la idea de que Cerinto (http://es.wikipedia.org/wiki/Cerinto) era el escritor del Apocalipsis como se puede leer en su obra Sobre las promesas:

"Esta es la doctrina que enseñaba Cerinto: el reino de Cristo será terrenal. Y como amaba el cuerpo y era del todo carnal, imaginaba que iba a encontrar aquellas satisfacciones a las que anhelaba, las del vientre y del bajo vientre, es decir del comer, del beber, del matrimonio: en medio de fiestas, sacrificios e inmolaciones de víctimas sagradas, mediante lo cual intentó hacer más aceptables tales tesis". Otro discípulo de Orígenes, Eusebio de Cesarea (http://es.wikipedia.org/wiki/Eusebio_de_Cesarea) discrepaba de su maestro alejandrino al rechazar el Apocalipsis como no bíblico, aunque se vio obligado a reconocer su casi universal aceptación. Afirmó lo siguiente:

"El Apocalipsis es aceptado por algunos entre los libros canónicos, pero otros lo rechazan." (Historia Eclesiástica (http://escrituras.tripod.com/Textos/HistEcl00.htm), III, 25). Cirilo de Jerusalén (http://es.wikipedia.org/wiki/Cirilo_de_Jerusal%C3%A9n) no lo nombró entre los libros canónicos; tampoco aparece en la lista del Sínodo de Laodicea (http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%ADnodo_de_Laodicea), o en la de Gregorio de Nacianzo (http://es.wikipedia.org/wiki/Gregorio_de_Nacianzo). Otro argumento en contra de la paternidad apostólica del libro es su omisión de la versión Peshita, la Vulgata siria (http://es.wikipedia.org/wiki/Siria) en arameo (http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_arameo).

En el siglo IV (http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_IV), san Juan Crisóstomo (http://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Cris%C3%B3stomo) y otros obispos argumentaban contra la inclusión de este libro en el canon del NT, sobre todo debido a las dificultades que planteaba su interpretación y el peligro latente que podía entrañar. Los cristianos de Siria (http://es.wikipedia.org/wiki/Siria) también lo rechazaron debido a que los montanistas (http://es.wikipedia.org/wiki/Montanismo) se apoyaban mucho en él.

En el siglo IX (http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_IX), fue incluido junto con el Apocalipsis de Pedro (http://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis_de_Pedro) entre los libros "discutidos" de la Stichometría de san Nicéforo (http://es.wikipedia.org/wiki/Patriarca_Nic%C3%A9foro_de_Constantinopla), patriarca de Constantinopla (http://es.wikipedia.org/wiki/Patriarca_de_Constantinopla).

Martín Lutero (http://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Lutero) consideraba que el Apocalipsis "no es ni apostólico ni profético", y decía que "Cristo no se enseña ni se sabe de él aquí". (Tratado de Lutero de libros discutidos del NT (en inglés) (http://www.bible-researcher.com/antilegomena.html))









http://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis

Observador
25/08/2006, 18:06
En principio, Lutero no consideró inspirado por Dios: Hebreos; Santiago; Judas y Apocalipsis.


Calvino aceptó los 27.

Observador
25/08/2006, 18:11
Dijo Lutero:


"Concedemos –como debido- que mucho de lo que ellos (la Iglesia Católica) dicen, es verdad: que el Papado tiene la palabra de Dios y el oficio de los Apóstoles, y que hemos recibido la Sagrada Escritura, el Bautismo, los Sacramentos y el pulpito de ellos. ¿Qué sabríamos de esto si no fuera por ellos?"



----Sermón del Evangelio de San Juan, capítulos 14-16 (1537) en el Vol. 24 de LOS TRABAJOS DE LUTERO, San Luis, Missouri, Concordancia, 1961, 304.-----

Observador
25/08/2006, 18:12
Dijo Lutero:


"Concedemos –como debido- que mucho de lo que ellos (la Iglesia Católica) dicen, es verdad: que el Papado tiene la palabra de Dios y el oficio de los Apóstoles, y que hemos recibido la Sagrada Escritura, el Bautismo, los Sacramentos y el pulpito de ellos. ¿Qué sabríamos de esto si no fuera por ellos?"



----Sermón del Evangelio de San Juan, capítulos 14-16 (1537) en el Vol. 24 de LOS TRABAJOS DE LUTERO, San Luis, Missouri, Concordancia, 1961, 304.-----

Observador
26/08/2006, 07:51
Arriba este epígrafe.



Esto es importante para saber quién les dijo a ustedes, los cristianos de todo pelaje, qué es lo inspirado por Dios. Aunque todo cristiano que se precie debería saber la historia de todo esto.

Ahora dirá alguno que estoy insultando a los cristianos. Ese "alguien": mente calenturienta.

_RAMÓN_
26/08/2006, 10:07
Observador....

Super jogoso lo que has escrito.

Miguel W
26/08/2006, 10:10
Observador....

Super jogoso lo que has escrito.

Lo más jugoso de Observador es el texto de Borges.