Magally
02/11/2005, 20:30
Es el cerebro. Su peso no alcanza a un kilo y medio, y no obstante, contiene alrededor de diez millones de células. Es la masa de materia más comlpejka del universo, más enigmática, la nueva frontera y quizá la última, en la exploración humana.
Este aglutinado semisólido es actualmente foco de interés de los científicos en sexualidad, drogas, hipnosis, meditación, sueño, estados alterados de conciencia, control del dolor, distorción temporal, telepatía, estrés, psicodélicos, etc.
El cerebro puede llegar a ignorar el dolor, alucinar, tener un orgasmo, crear, aprender, olvidar y emborracharse.
La razón por la que no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos es porque sabemos previamente dónde vamos a hacernos cosquillas y ello cancela el factor sorpresa, el efecto a producir. El cerebro anticipa y anula. Hay varios tipos de placer en el cerebro y no existe un único centro de dolor, a menos que se considere a toda la masa encefálica como usina de sufrimiento.
Algunas células cerebrales están activas durante el sueño que durante la conciencia de vigilia.
Antonio de Saint-Exuperí considera que son "demasiados lo que no han despertado...". Y el Talmud enseña que el sueño es la propia interpretación que hacemos del sueño. El místico afirma que si las puertas de la percepción estuviesen abiertas el hombre se daría cuenta de que es infinito, que la realidad toda es una, y que no hay otra cosa más que un grandioso baile electrónico, bello y trascendente.
Es el cerebro el que capta y expresa tanta hermosura y significación. También es el quien pone rumor, o no, en nuestras interrelaciones.
Este aglutinado semisólido es actualmente foco de interés de los científicos en sexualidad, drogas, hipnosis, meditación, sueño, estados alterados de conciencia, control del dolor, distorción temporal, telepatía, estrés, psicodélicos, etc.
El cerebro puede llegar a ignorar el dolor, alucinar, tener un orgasmo, crear, aprender, olvidar y emborracharse.
La razón por la que no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos es porque sabemos previamente dónde vamos a hacernos cosquillas y ello cancela el factor sorpresa, el efecto a producir. El cerebro anticipa y anula. Hay varios tipos de placer en el cerebro y no existe un único centro de dolor, a menos que se considere a toda la masa encefálica como usina de sufrimiento.
Algunas células cerebrales están activas durante el sueño que durante la conciencia de vigilia.
Antonio de Saint-Exuperí considera que son "demasiados lo que no han despertado...". Y el Talmud enseña que el sueño es la propia interpretación que hacemos del sueño. El místico afirma que si las puertas de la percepción estuviesen abiertas el hombre se daría cuenta de que es infinito, que la realidad toda es una, y que no hay otra cosa más que un grandioso baile electrónico, bello y trascendente.
Es el cerebro el que capta y expresa tanta hermosura y significación. También es el quien pone rumor, o no, en nuestras interrelaciones.