Katralo
26/10/2005, 11:06
De cómo enfrentar a un ejército superior y no morir en el intento.
Grandes estrategas de la humanidad se las han tenido que ver con ejércitos muy superiores en número, armamento y tácticas, y sin embargo, han salido victoriosos en una confrontación que de antemano de veía perdida. ¿Es realmente posible vencer a un ejército más poderoso o es simplemente que la Diosa Fortuna les sonrió caprichosamente en un momento determinado?. Creo que sí es posible siempre y cuando se den un mínimo de circunstancias, de las cuales nos habla Sun Tzu. No pretendo hacer un tratado al respecto, hombres mejores que yo lo han hecho magistralmente, sólo pretendo exponer unas pocas ideas.....espero les guste.
El Arte de la Guerra de Sun Tzu nos dice “Conócete a ti mismo, conoce a tu enemigo y ganarás cien batallas”. Este punto es la partida para todo lo demás, conocerse sí mismo, las propias debilidades del ejército que se comanda, las fortalezas, las variables que es posible desplegar en determinadas circunstancias y lugares, el número de efectivos, la logística, a dónde retirarse después de la batalla. Y conocer al enemigo en los mismos aspectos ya mencionados. Grandes estrategas han salido victoriosos en circunstancias que era imposible. Viriato en la Guerra Lusitana venció a las todopoderosas legiones romanas con una táctica de guerrillas. Conciente que enfrentarlas en campo abierto era suicida, desarrolló una ingeniosa colaboración entre infantería y caballería con el fin de llevarlas a terrenos estrechos donde no podían desplegar su superioridad táctica (no había espacio para formar) y quedaban obligadas a entablar combates individuales, algo que a los lusitanos se les daba mejor. De esa manera, neutralizó la fortaleza enemiga haciendo prevalecer sus propias fortalezas. Misma estrategia siguió Harminius (Herman) en Teutoburgo para derrotar a las legiones mal dirigidas. Ambos fueron lo bastante cautos para evitar una batalla formal y elegir una forma de combate individual en terreno estrecho que les acomodaba pero que a la vez dificultaba al enemigo superior.
El arte de Guerra de Sun Tzu nos dice: “El arte de la guerra se basa en el engaño. Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.”
Genghis Kan en su campaña contra China tuvo que enfrentar a uno de los mejores generales chinos (y a un ejército “numeroso como las estrellas”) y lo venció en una batalla formal. ¿Cómo diablos fue posible?. La estrategia mongola era usar su velocísima caballería para atacar de frente y los flancos, disolverse rápidamente y huir, pero volver a la batalla con la misma rapidez. Eso confundía de tal manera a los enemigos que los hacía caer tarde o temprano en la trampa, descomponer filas en una persecución errada (o celebrando por creerse victoriosos). Hay que destacar, que en ese entonces se consideraba cobarde retirarse de la batalla y sólo se hacía cuando se reconocía la propia derrota. La brillantez de Genghis Kan fue utilizar este conocimiento junto con la adecuada dosis de desvergüenza para explotar una debilidad táctica enemiga......conquistó el imperio de tierras continuas más grande que ha existido hasta ahora.
El Arte de la Guerra de Sun Tzu nos dice: “Que te crean fuerte cuando eres débil, que te crea débil cuando eres fuerte, el engaño es la clave para una victoria fácil”. El mismo Sun Tzu nos explica magistralmente este proverbio...
“Así pues, la regla de la utilización de la fuerza es la siguiente: si tus fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divídelo.
Si tus fuerzas son iguales en número, lucha si te es posible. Si tus fuerzas son inferiores, mantente continuamente en guardia, pues el más pequeño fallo te acarrearía las peores consecuencias. Trata de mantenerte al abrigo y evita en lo posible un enfrentamiento abierto con él; la prudencia y la firmeza de un pequeño número de personas pueden llegar a cansar y a dominar incluso a numerosos ejércitos.
Este consejo se aplica en los casos en que todos los factores son equivalentes. Si tus fuerzas están en orden mientras que las suyas están inmersas en el caos, si tú y tus fuerzas están con ánimo y ellos desmoralizados, entonces, aunque sean más numerosos, puedes entrar en batalla. Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida.
En consecuencia, si el bando más pequeño es obstinado, cae prisionero del bando más grande.
Esto quiere decir que si un pequeño ejército no hace una valoración adecuada de su poder y se atreve a enemistarse con una gran potencia, por mucho que su defensa sea firme, inevitablemente se convertirá en conquistado. "Si no puedes ser fuerte, pero tampoco sabes ser débil, serás derrotado." Los generales son servidores del Pueblo. Cuando su servicio es completo, el Pueblo es fuerte. Cuando su servicio es defectuoso, el Pueblo es débil.”
Podríamos seguir “in extenso” puesto que “El Arte de guerra” de Sun Tzu se presta para una dilatada exposición de numerosos ámbitos no directamente relacionados con un conflicto armado, pero el punto final es uno: No hay malos ejércitos, lo que hay son malos generales, un buen general puede hacer la diferencia frente a un mejor ejército, logrando encontrar lo que a los hombres comunes permanece velado: la debilidad enemiga frente a la propia fortaleza. En ese momento conducir al enemigo al lugar adecuado y como dice Sun Tzu, golpear de manera veloz y decidida para luego desaparecer....tranquilo como el cielo, pero veloz como el rayo.
Grandes estrategas de la humanidad se las han tenido que ver con ejércitos muy superiores en número, armamento y tácticas, y sin embargo, han salido victoriosos en una confrontación que de antemano de veía perdida. ¿Es realmente posible vencer a un ejército más poderoso o es simplemente que la Diosa Fortuna les sonrió caprichosamente en un momento determinado?. Creo que sí es posible siempre y cuando se den un mínimo de circunstancias, de las cuales nos habla Sun Tzu. No pretendo hacer un tratado al respecto, hombres mejores que yo lo han hecho magistralmente, sólo pretendo exponer unas pocas ideas.....espero les guste.
El Arte de la Guerra de Sun Tzu nos dice “Conócete a ti mismo, conoce a tu enemigo y ganarás cien batallas”. Este punto es la partida para todo lo demás, conocerse sí mismo, las propias debilidades del ejército que se comanda, las fortalezas, las variables que es posible desplegar en determinadas circunstancias y lugares, el número de efectivos, la logística, a dónde retirarse después de la batalla. Y conocer al enemigo en los mismos aspectos ya mencionados. Grandes estrategas han salido victoriosos en circunstancias que era imposible. Viriato en la Guerra Lusitana venció a las todopoderosas legiones romanas con una táctica de guerrillas. Conciente que enfrentarlas en campo abierto era suicida, desarrolló una ingeniosa colaboración entre infantería y caballería con el fin de llevarlas a terrenos estrechos donde no podían desplegar su superioridad táctica (no había espacio para formar) y quedaban obligadas a entablar combates individuales, algo que a los lusitanos se les daba mejor. De esa manera, neutralizó la fortaleza enemiga haciendo prevalecer sus propias fortalezas. Misma estrategia siguió Harminius (Herman) en Teutoburgo para derrotar a las legiones mal dirigidas. Ambos fueron lo bastante cautos para evitar una batalla formal y elegir una forma de combate individual en terreno estrecho que les acomodaba pero que a la vez dificultaba al enemigo superior.
El arte de Guerra de Sun Tzu nos dice: “El arte de la guerra se basa en el engaño. Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la disensión entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado, y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.”
Genghis Kan en su campaña contra China tuvo que enfrentar a uno de los mejores generales chinos (y a un ejército “numeroso como las estrellas”) y lo venció en una batalla formal. ¿Cómo diablos fue posible?. La estrategia mongola era usar su velocísima caballería para atacar de frente y los flancos, disolverse rápidamente y huir, pero volver a la batalla con la misma rapidez. Eso confundía de tal manera a los enemigos que los hacía caer tarde o temprano en la trampa, descomponer filas en una persecución errada (o celebrando por creerse victoriosos). Hay que destacar, que en ese entonces se consideraba cobarde retirarse de la batalla y sólo se hacía cuando se reconocía la propia derrota. La brillantez de Genghis Kan fue utilizar este conocimiento junto con la adecuada dosis de desvergüenza para explotar una debilidad táctica enemiga......conquistó el imperio de tierras continuas más grande que ha existido hasta ahora.
El Arte de la Guerra de Sun Tzu nos dice: “Que te crean fuerte cuando eres débil, que te crea débil cuando eres fuerte, el engaño es la clave para una victoria fácil”. El mismo Sun Tzu nos explica magistralmente este proverbio...
“Así pues, la regla de la utilización de la fuerza es la siguiente: si tus fuerzas son diez veces superiores a las del adversario, rodéalo; si son cinco veces superiores, atácalo; si son dos veces superiores, divídelo.
Si tus fuerzas son iguales en número, lucha si te es posible. Si tus fuerzas son inferiores, mantente continuamente en guardia, pues el más pequeño fallo te acarrearía las peores consecuencias. Trata de mantenerte al abrigo y evita en lo posible un enfrentamiento abierto con él; la prudencia y la firmeza de un pequeño número de personas pueden llegar a cansar y a dominar incluso a numerosos ejércitos.
Este consejo se aplica en los casos en que todos los factores son equivalentes. Si tus fuerzas están en orden mientras que las suyas están inmersas en el caos, si tú y tus fuerzas están con ánimo y ellos desmoralizados, entonces, aunque sean más numerosos, puedes entrar en batalla. Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida.
En consecuencia, si el bando más pequeño es obstinado, cae prisionero del bando más grande.
Esto quiere decir que si un pequeño ejército no hace una valoración adecuada de su poder y se atreve a enemistarse con una gran potencia, por mucho que su defensa sea firme, inevitablemente se convertirá en conquistado. "Si no puedes ser fuerte, pero tampoco sabes ser débil, serás derrotado." Los generales son servidores del Pueblo. Cuando su servicio es completo, el Pueblo es fuerte. Cuando su servicio es defectuoso, el Pueblo es débil.”
Podríamos seguir “in extenso” puesto que “El Arte de guerra” de Sun Tzu se presta para una dilatada exposición de numerosos ámbitos no directamente relacionados con un conflicto armado, pero el punto final es uno: No hay malos ejércitos, lo que hay son malos generales, un buen general puede hacer la diferencia frente a un mejor ejército, logrando encontrar lo que a los hombres comunes permanece velado: la debilidad enemiga frente a la propia fortaleza. En ese momento conducir al enemigo al lugar adecuado y como dice Sun Tzu, golpear de manera veloz y decidida para luego desaparecer....tranquilo como el cielo, pero veloz como el rayo.