Una presa en prosa poética.

[Lidiae]

Soy esclava de mis miedos, presa de mis sentimientos, no puedo salir de esta cárcel, que no es otra que la de mi dolor. Cada duro barrote de tristeza cierra ante mí ventanas de inocente libertad y caprichosa alegría, y me duermo con la esperanza de despertar contigo, pero no puedo. Mil candados de pesadillas cierran ante mí las puertas de un futuro esperanzador, y una techumbre de odiosas injusticias impiden mi viaje al mundo de los pájaros, sí, allá donde se puede volar. Y cuatro muros de piedra dura, dura como la realidad de la vida, me impiden oír tu voz, de manera que me encuentro en el más penoso de los silencios. Quiero con todas mis fuerzas que vuelvas a estar conmigo. Quiero contarte cómo tu mismísima partida me obligó a autocondenarme, y cómo tu regreso resultó ser la llave que abrió las puertas de mi prisión. Y quiero pedirte, si un día vuelves, que no me dejes nunca más.


Espero que os guste, Lidiae.