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Ver la versión completa : un párrafo de Erich Fromm



franmar
29/09/2005, 05:18
“Analizar la naturaleza del amor es descubrir su ausencia general en el presente y criticar las condiciones sociales responsables de su ausencia. Tener fe en las posibilidades del amor como un fenómeno social y no sólo excepcional e individual, es tener una fe racional basada en la comprensión de la naturaleza misma del hombre”.

escrito hace cincuenta años, me pregunto qué ha sido de la propuesta; soy un lego total en la ciencia psicológica (yo tampoco sé muy bien qué es el cognitivismo, siempre me ha olido a una especie de eufemismo) pero me gusta leer y hace poco leí un libro de divulgación en el que se contaba que algunos psicólogos comienzan a rebelarse contra el hecho de que la Psicología no trata más que de enfermedades, y se preocupa poco por la salud.

¿consideraríamos mentalmente sanos a los héroes de la "Iliada" de Homero, obsesionados por matar enemigos, hacer botín y los amores homosexuales?, ¿no debería la psicología dejar de ir a rastras detrás de los cambiantes hábitos sociales y hacer propuestas sensatas acerca de la mejora de la vida humana en común?; algunos manuales de autoayuda californianos ponen los pelos de punta en lo referente al materialismo y egoísmo sin escrúpulos (cosas como "Cuando digo no, me siento culpable").

hoy la inteligencia es el valor más socialmente aceptado, tenemos tests de inteligencia y todo el sistema educativo busca el estímulo de la inteligencia, pero ¿no son el amor y la bondad valores mucho más positivos?, ¿una sociedad que valorase la bondad más incluso que la inteligencia no sería mucho más armoniosa, incluso más avanzada materialmente?, ¿no son los valores de libertad, justicia, igualdad, dignidad un tanto limitados y negativos en tanto que se limitan a decir "no hagas esto", "no hagas lo otro"?, ¿la psicología no tiene nada que decir acerca de los cambios morales y culturales?, ¿la antropología sólo puede mirar hacia las culturas primitivas, nunca mirar hacia delante?

hace mucho tiempo que me interesa el llamado tema del "anarquismo pacifista", que tiene que ver con la profecía evangélica de la comunidad de santos, pero desde un punto de vista meramente moral (no tengo evidencia de hechos sobrenaturales ni entiendo su necesidad, igual que no tengo evidencia de que la cultura actual tenga forzosamente que perdurar sin cambios); como ignoro la ciencia psicológica acudo aquí a ver qué pasa (todo lo que he podido hacer, ha sido escribir una novela amateur).

en fin, a lo mejor a alguien le llama la atención el tema... gracias, en cualquier caso

I-you
30/09/2005, 10:56
Franmar,

si me llama la atención el articulo.... llamo a ellos bendecidos, que sienten el amor para el mundo dentro de su corazon, y rechazo y detesto a ellos, que se ponen como islas en un mar de negligencia e indiferencia, aún sintiendose como diositos de la iglesia del nihilismo en su ignorancia de las necesitades de los demas.

Lo del anarquismo pacifista: puedes elaborar un poco mas?

AEIOU

franmar
30/09/2005, 17:43
gracias por el interés demostrado por el tema

"anarquismo" es considerado hoy como una ideología antiautoritaria: el mundo sin ley; cada uno hará lo que quiera y siempre hará el bien, buscando formas pacíficas para alcanzar acuerdos en casos de disensión.

naturalmente, resulta que el auténtico anarquismo sólo puede ser pacifista, ya que si prescindimos de la coacción de las leyes y gobiernos, también estaremos prescindiendo de todo tipo de leyes y gobiernos. los autodenominados anarquistas actuales (CNT, los punkies...) dicen que están contra el Estado y el capitalismo, y que una vez eliminados estos (por el método que sea) ya no hará falta más autoridad, lo cual es absurdo.


el anarquismo pacifista viable, que supongo que es a lo que en el fondo se refería el señor Fromm en su librito de 1950 se trataría de un cambio cultural a consecuencia del cual las relaciones humanas quedarían desposeídas de agresividad y se desarrollarían a partir de impulsos altruistas.

a mí lo que se me ocurre es que la cultura actual no promueve la bondad y el amor como valores de interés; ¿cuáles son las posibilidades de tales valores "cristianos" en la raza humana? Hoy se promueve la libertad y la inteligencia, en otros tiempos se promovió la fuerza y la violencia, ¿qué iniciativas se están tomando acerca de la bondad y el amor como valores esenciales en una cultura futura?, ¿no sería "práctico" vivir en una comunidad donde los individuos sean pacíficos, altruistas, compasivos?, ¿no sería esto provechoso para todos?, ¿por qué a la bondad no se le da la menor importancia, en comparación con la inteligencia?, ¿no es mejor la bondad?

una comunidad -o sociedad-integrada por individuos bondadosos, una "comunidad de santos", evidentemente no necesitaría policías, ni leyes, ni estados, ni gobiernos (otra cosa sería administración, claro está); semejante experiencia, ¿no podría servir, al menos, de experiencia y enseñanza para todos?; ¿cómo es posible que nadie investigue este tema?

I-you
30/09/2005, 19:27
(...)
una comunidad -o sociedad-integrada por individuos bondadosos, una "comunidad de santos", evidentemente no necesitaría policías, ni leyes, ni estados, ni gobiernos (otra cosa sería administración, claro está); semejante experiencia, ¿no podría servir, al menos, de experiencia y enseñanza para todos?; ¿cómo es posible que nadie investigue este tema?

Hola, franmar,

acaso por que la mayoría de las utopias fracasen por falta de capacidad del ser humano (que simplemente no somos santos ya aunque tratandolo)? Pero, como pensamientos si pueden influir al mundo sería sensato y valiente analizar el tema mas, y escribir un ensayo y publicarlo (por ejemplo aqui en mono) y defenderlo de la critica constructiva que saldrá por los habitantes de esta casa virtual. Pero cuidate de las cavernícolas que se esconden en los corredores oscuros de nuestra casa... :D

En todo caso, puede que desde una debate polarizando saldra una sintesis interesante. Lo anticipo con gusto!


AEIOU

franmar
01/10/2005, 17:01
AGRADECIDO POR TU SUGERENCIA DE COLAR MI ROLLO AQUÍ, Y ME TIENEN SIN CUIDADO LAS REACCIONES NEGATIVAS O BURLONAS (O MÁS PROBABLEMENTE INEXISTENTES), YA ESTOY ACOSTUMBRÁNDOME A “INTERNET”
COMO CAREZCO DE FORMACIÓN EN CIENCIAS SOCIALES, ME HE LIMITADO A ESCRIBIR UNA NOVELA, EN LA CUAL EL PROTAGONISTA SE ENCUENTRA CON UN LIBRO ESCRITO POR UN PECULIAR PSICÓLOGO CONDUCTISTA (¿O COGNITIVISTA?)
ME APOYO MORALMENTE EN EL COMENTARIO DE BERTRAND RUSSELL ACERCA DE QUE TODAS LAS GRANDES INNOVACIONES DEL PENSAMIENTO NO TIENEN SU ORIGEN, COMO PRETENDEN SUS CREADORES, EN EL DURO TRABAJO ACADÉMICO, SINO EN INTUICIONES PREVIAS TRAS LAS CUALES SE PROCEDE A LLEVAR A CABO UN TRABAJO ACADÉMICO QUE LES DE POSTERIOR SOPORTE INTELECTUAL…

******************************

El libro del psicólogo californiano Joseph Dunn estaba bien. Con mi inglés y un poco de diccionario había podido comprender más del noventa por ciento del contenido.
Conocía lo suficiente sobre los libros de autoayuda como para sorprenderme de que el señor Dunn instara a sus pacientes, lectores o seguidores a aislarse de la sociedad encerrándose en seudofamilias celulares de personas bondadosas.
El punto de partida de aquella peculiar obra de “autoayuda”, era mostrar las ventajas de la bondad: la absoluta confianza, la intimidad profunda, un sentido del humor sin crueldad y una visión de la vida más imaginativa y original como consecuencia de una mayor fluidez en el intercambio de experiencias.
Dunn categorizaba la bondad como una pauta de estados emocionales y el estado emocional podía ser descrito incluso con ayuda de la psicofisiología; así, el uso de ciertas drogas desemboca en estados emocionales determinados (depresión, euforia…). El estado emocional bondadoso era una combinación de elementos emocionales más simples la cual también podía llegar a ser descrita con precisión. Entre la “bondad” y el “estado emocional bondadoso” existía una relación parecida a la que se da entre el erotismo como concepto cultural y el placer sexual como fenómeno nervioso y psíquico. No hay un “orgasmo de bondad”, pero sí una expresión continuada de actitud bondadosa que se precisa ocasionalmente en estados emocionales perceptibles.
Su idea de la bondad era la de un fenómeno de empatía que fuerza actos amables (benéficos) hacia los semejantes. Estos actos amables suelen atraer a sujetos que multiplican la empatía de forma que el fenómeno puede autoalimentarse. Como es de índole comunicativa, estimula la inteligencia y curiosidad sensorial. La agresión, por supuesto, también es un fenómeno comunicativo, pero tiene el inconveniente de que retrae a los sujetos y de que su contenido específico está limitado a reacciones breves y poco ricas.
Su pretensión era demostrar que la intención bondadosa (la fe del protestante, la buena intención de Kant) podía medirse con tanta fiabilidad como los actos bondadosos o filantrópicos (hambrientos alimentados, enfermos curados…)
El psicólogo conductista Joseph Dunn había aplicado sus amplios conocimientos en la ciencia experimental a fin de obtener una descripción empírica de la “buena intención” a partir sólo de lo materialmente observable en la conducta humana. Sus métodos iban desde tests psicotécnicos (una variante del IQ denominada “Moral Intelligence Quotient”) hasta el uso de ilustraciones que catalogaban la gestualidad facial, pasando por una clasificación de giros lingüísticos que denominaba “estructuras lingüísticas lógico-emocionales”.
Después, el libro pasaba a un asunto menos árido: a la aplicación que el autor había hecho de estos conocimientos en la práctica de la psicoterapia.
Se le ocurrió, contraviniendo todas las recomendaciones de cualquier colegio de psicoterapeutas, utilizar los grupos de terapia como “cauces de vida en común” alternativos a la sociedad donde sus pacientes habían enfermado. ¿Y qué mejor alternativa que la extrema bondad?
Sus descubrimientos de laboratorio podían alentar tanto al terapeuta como a los pacientes, todos ellos educados en una sociedad que cree en la ciencia como otras creen en la religión, pero Dunn juzgaba que, para que la bondad significase salud, forzosamente había de disponer de mecanismos innatos en la psicología humana. Comprobado por muchos antropólogos que el ser humano posee una capacidad universal para la percepción de los estados emocionales (alegría, tristeza, agresividad…) había de utilizarse esta capacidad tanto en el caso propio como en el de nuestros próximos.
Si se perfeccionaba la percepción, el eeb aparecería como irresistiblemente atrayente a la vez que conductualmente viable si era compartido en una comunidad humana lo bastante amplia. Podría tomar el aspecto de un entorno cultural, incluso si estuviese físicamente insertada en la sociedad californiana standard (pensemos en sub-culturas urbanas como comunidades religiosas, étnicas o incluso el hampa).
En suma, se trataría de crear una “cultura artificial”. Para Dunn, la esencia de toda cultura no se encuentra en la amalgama de elementos artísticos, rituales o institucionales (la música, organización política o familiar…) sino en las pautas conductuales compartidas. Por eso, los revolucionarios jacobinos o marxistas habían fracasado en su búsqueda del “hombre nuevo” mediante la legislación y la propaganda política.También había fracasado el pionero conductista Skinner cuando propuso una “ingeniería cultural” basada en la educación y la legislación de la conducta cotidiana a cargo de sabios científicos, más una propaganda de índole “puritano liberal”, es decir, partiendo de los mismos valores cívicos de la cultural occidental standard.
¿Alguna vez se había utilizado en alguna parte del mundo la propensión individual a la bondad como criterio de agrupamiento comunitario o social, del modo que se había hecho con la etnia, la religión o, en el marxismo, con la clase social?
En realidad, lo que proponía Dunn era desarollar una “conciencia de clase” entre las personas bondadosas.
El picante de la teoría estaba en que la bondad no se mediría tomando como referencia los actos que la sociedad del momento juzgase como más encomiables (cortar cabezas de enemigos, entre los papúes caníbales; no dejar de pagar los impuestos, entre los pietistas suecos) sino en el juicio subjetivo del individuo a partir de la capacidad innata de percepción de los estados emocionales. La ciencia ayudaría gracias a la catalogación sistemática de los rasgos conductuales del eeb y gracias a los métodos psicoterapéuticos de desarrollo de la capacidad perceptiva emocional. Lo que venía a equivaler a que se sonriese de determinada manera en determinados trances interpersonales, a que se dilatasen las pupilas o no en otros, o a que se utilizarse el idioma evitando las “estructuras lógico-emocionales” negativas.
La voz popular acepta que “los ojos son el espejo del alma” o que hay personas “de buen corazón”. En realidad, no se trata del corazón ni del alma, sino del complejísimo pero descifrable lenguaje codificado de los músculos faciales, las reacciones pupilares o las estructuras del lenguaje.
El test MIQ determinaba sólo una “propensión a la bondad” tanto como el IQ sólo determina también una aptitud. Contando con este dato, sumado al control del lenguaje, podían seleccionarse individuos propensos a la bondad, a los que sólo quedaría que desarrollaran por su cuenta y por personal interés la “conciencia de clase” que los convirtiese en una comunidad cultural basada en el estado emocional bondadoso.
Dunn había interpretado que entre la bondad y la maldad generalmente consideradas existe una compleja zona gris de modelos de conducta con un origen cultural. La famosa distinción entre “el bien y el mal” es prácticamente inoperante porque la mayoría de los referentes culturales se alejan de la idea de “bien absoluto”, sustituyéndolo por actos legales o ilegales. Por el contrario, aparecen valores conductuales como “rigor”, “severidad”, “carácter” basados en actitudes de fuerza e indiferencia a la sensibilidad ajena.
Para Dunn era igualmente cierto que existía un proceso de perfeccionamiento de la capacidad perceptiva de la bondad sin el cual la conducta moral es fácilmente manipulable por un entorno autoritario y agresivo (sean los nazis o los experimentadores de la universidad).
La alternativa a este condicionamiento agresivo la había hallado en sus muy transformados grupos de terapia.
Estos grupos podían convertirse en seudofamilias o seudocomunidades donde se darían todas las compensaciones emocionales buscadas al tiempo que funcionarían como un instrumento de enseñanza en el proceso perfeccionista. De esa forma el diez por ciento inicial podía aumentar gradualmente hasta límites sobre los cuales no era el momento de especular.
Tales grupos podían prescindir de terapeuta profesional (para más escándalo de los Colegios respectivos) y puesto que su razón de existir sería en parte el ser autosuficientes y cerrados a la contaminación social exterior, era inevitable que serían tildados de “secta”.
¿Cómo podía estimularse la percepción innata de los estados emocionales, particularmente en uno mismo, y teniendo como fin alcanzar la extrema bondad?
Había una enumeración simplificadora de elementos didácticos:
1- mediante la modificación consciente del lenguaje hablado y gestual
2- mediante la interiorización de las “ideas-tótem” o “palabras-tótem”
3- mediante la “higiene intelectual”
Estos tres puntos eran el “sermón de la montaña” de Dunn y ninguno de ellos se refería a los actos benéficos, que se darían por añadidura como consecuencia lógica e incluso científica del “estado emocional bondadoso”.

I-you
01/10/2005, 17:34
Franmar, este parrafo contiene mucho para discutir. Antes de eso, dejame darte una impresion aunque no sea bien fundada cientificamente, solo de mi propias experiancias: Ellos de empatía, bondad, .... lo llamamos nosotros "antenas", se reconocen al encuentro dentro de pocos segundos....

No es una secta, ni comunidad, pero si hay....


"Su idea de la bondad era la de un fenómeno de empatía que fuerza actos amables (benéficos) hacia los semejantes. Estos actos amables suelen atraer a sujetos que multiplican la empatía de forma que el fenómeno puede autoalimentarse. " Bien dicho: en un mundo oscuro somos nosotros ellos que tienen que brillar como velas, cada uno en su rincon.

Y todos nosotros con antenas tenemos un cargo cn alguien o algunos, que tenemos que soportar y apoyar.


"(...) sino en el juicio subjetivo del individuo a partir de la capacidad innata de percepción de los estados emocionales.

Opino, que siempre era así, pero el reconocimiento a traves de las antenas está casi infallible. Los demas muchas veces se asombran porque asumen que la razon de cualquier hecho debe ser un interes material o personal, o un beneficio de otra forma. No entienden hechos que no provienen del atruismo en general o por ventajas personales. Siempre buscan por cualquier maldita razon y llegan a conclusiones lejisimos de la verdad.

Bastante bueno el texto, lo guardaré en mis archivos. Creo, que mi madre será encantada también cuando lo la mando.


...ah, casi se me olvidó: La palabra clave de tu texto está: "confianza". Esta calidad mental o de alma me parece un don de Dios, realmente, poca gente todavia disponen de ella. Sin aquella confianza arcaíca, que proviene de los pimeros años de la vida, sería casi imposible para una persona llegar a dicha bondad.

saludos

AEIOU

franmar
03/10/2005, 09:18
gracias por tu atención; los fenómenos del comportamiento benéfico (llamémoslo altruismo, empatía, bondad, amor, caridad o hasta anarquismo cristiano) que yo sepa no han sido objetos de estudio en ningún texto de divulgación científica.

Sí se han escrito sobre el mal, y los psicópatas y sociópatas son auténticas "estrellas" en el zoo de los estereotipos psicológicos. personalmente me da la impresión que si no se ha averiguado más acerca de las posibilidades del comportamiento bondadoso como alternativa cultural se debe sobre todo a la falta de interés del público.

como novelista aficionado es poco más lo que puedo hacer, pero todavía me divierte sentirme un explorador de nuevos territorios de sofismas y paradojas

sobre si las personas con estas cualidades (si existen como tal cosa realmente) pueden detectarse unos a otros, personalmente pienso que el altruismo por naturaleza fuerza a la dispersión de afectos y es socialmente muy maleable, es decir, una persona altruista no tiende a aislarse y encerrarse en su propio mundo próximo, sino que opta, por su propia naturaleza de ayuda a interactuar con la gente que la necesita, sin preocuparse por si son sus semejantes o no. Una auténtica lástima, porque si no cohesionan entre sí no pueden crear sus propias formas de comportamiento comunitario (¿cultural?)