ALEJANDRANATALY
07/06/2005, 14:33
ESC
A Javier Rojas P... y a Sabines...
Por el qué ha de ser...
Mientras tu desmerecías cada uno de mis llantos
la fiereza de la luna me introdujo a un mundo alterno
dos estrellas, mis avernos, tus dolores entonados,
siempre callada, en una agonía que me reverno,
mis silencios, cada noche, mientras agudizo el beso.
Todo parecía una necesidad furtiva que avanzaba,
mientras mis sentires se agolpan en la garganta,
sublime gracia fue a mi ser acontecido por la rabia,
lenta, humeante, un terrorismo inanimado,
sistole-diastole que se niega al exorcismo,
¿quien dijo que el cabello es cuestión de vanidad?,
la terraza de mis sueños es el convento de mis revisiones
donde la estructura que me diste se vuelve insustancial,
terribles ganas de querer matarte,
al descubrir que yo te quiero y tu a mi no...
¿Por que uno se vuelve egoista
en los vestigios del amor?
¿por que uno no puede dejarse llevar por el dolor
y disfrutar cada uno de sus desgarrantes acordes?
siempre supe que sería mi perdición
como una matiz de condena
porque esa tristeza que vi en ti y que me atrapa
se reversa, me muerde, me lastima,
me doy cuenta que eres un ser maligno
¿Que hizó el tiempo de ti?
¿Es acaso que al nacer perdiste tu humanismo?
Aquella parte noble con que se conmueven los tiranos,
es por siempre la cuna de tus movimientos ulteriores,
ojos tristes, manos trabajadas, luna incauta,
perdida entre la llaneza de tus jocosas plenitudes,
¿es acaso una razón para perderse?
Entre el laberinto ominoso que es tu vida que me amarra,
soy presa del instinto femenino del que carezco,
una trampa que entretejes con un beso,
dos o más son la firma de un convenio perdido,
¿que me tienes?, ya lo sabes!,
porque mi truco era sanar cada una de tus heridas,
quería ser la mujer que te salvara de tí mismo,
pero uno nunca sale ileso de las batallas interiores,
derrocaste mis barreras, mi autoestima,
y hoy, conmovida, logro disfrutar de esas fibras
de dolor que yo... no conocía.
Que te quizè, que te quiero... que me hartas.
Que odio sentir este dolor como en las ultimas cosas.
A Javier Rojas P... y a Sabines...
Por el qué ha de ser...
Mientras tu desmerecías cada uno de mis llantos
la fiereza de la luna me introdujo a un mundo alterno
dos estrellas, mis avernos, tus dolores entonados,
siempre callada, en una agonía que me reverno,
mis silencios, cada noche, mientras agudizo el beso.
Todo parecía una necesidad furtiva que avanzaba,
mientras mis sentires se agolpan en la garganta,
sublime gracia fue a mi ser acontecido por la rabia,
lenta, humeante, un terrorismo inanimado,
sistole-diastole que se niega al exorcismo,
¿quien dijo que el cabello es cuestión de vanidad?,
la terraza de mis sueños es el convento de mis revisiones
donde la estructura que me diste se vuelve insustancial,
terribles ganas de querer matarte,
al descubrir que yo te quiero y tu a mi no...
¿Por que uno se vuelve egoista
en los vestigios del amor?
¿por que uno no puede dejarse llevar por el dolor
y disfrutar cada uno de sus desgarrantes acordes?
siempre supe que sería mi perdición
como una matiz de condena
porque esa tristeza que vi en ti y que me atrapa
se reversa, me muerde, me lastima,
me doy cuenta que eres un ser maligno
¿Que hizó el tiempo de ti?
¿Es acaso que al nacer perdiste tu humanismo?
Aquella parte noble con que se conmueven los tiranos,
es por siempre la cuna de tus movimientos ulteriores,
ojos tristes, manos trabajadas, luna incauta,
perdida entre la llaneza de tus jocosas plenitudes,
¿es acaso una razón para perderse?
Entre el laberinto ominoso que es tu vida que me amarra,
soy presa del instinto femenino del que carezco,
una trampa que entretejes con un beso,
dos o más son la firma de un convenio perdido,
¿que me tienes?, ya lo sabes!,
porque mi truco era sanar cada una de tus heridas,
quería ser la mujer que te salvara de tí mismo,
pero uno nunca sale ileso de las batallas interiores,
derrocaste mis barreras, mi autoestima,
y hoy, conmovida, logro disfrutar de esas fibras
de dolor que yo... no conocía.
Que te quizè, que te quiero... que me hartas.
Que odio sentir este dolor como en las ultimas cosas.