jorgesalaz
05/06/2005, 03:55
Un ejecutivo viajaba en su automóvil por una solitaria carretera cuando de repente su vehiculo sufrió una averia. Hacia adelante quedaban 100 kms. para llegar a una población donde pudiera conseguir ayuda y hacia atrás tenía 150 kms. despoblados. Estaba lamentándose de su mala suerte, cuando atrás de una colina observó el humo de una chimenea, lo que indicaba que ahí estaba una casa de campo donde podrían socorrerlo, ya que la noche era inminente. Caminó hacia allá, tocó la puerta e inmediatamente abrió una señora bastante guapa que amablemente lo invitó a pasar mientras le preguntaba en qué podía servirle. El señor le explicó su situación y le pidió posada por esa noche. -¡Ay señor!, mire usted, yo estoy sola, mi marido llega dentro de tres dias y pues a usted no lo conozco... -¡Señora, por favor! no tenga usted ninguna desconfianza -dijo el visitante y abriendo su cartera le mostró una credencial. -Como puede ver, soy un caballero. Soy miembro del Club Rotario, usted con nadie estaría más segura que con una persona como yo, la sociedad Rotaria a la que pertenezco se encuentra diseminada por todo el mundo y jamás encontrará a nadie que sea mas educado, respetuoso y honesto que un Rotario. Nosotros somos, como le he dicho antes, caballeros en toda la extensión de la palabra. -Si señor, éso me tranquiliza, pero en ésta casa solo vivimos mi esposo y yo , por lo que nada más tenemos una habitación con una cama... -Señora, ya se lo dije, soy un Rotario, un caballero. En fin, se acuestan, pasa la noche sin novedad y en la mañana el caballero se encontraba sentado a la mesa, observando el campo por la ventana mientras la hermosa señora le hacía su desayuno. -Oiga usted, señora, he contado que tiene usted veinte vacas y dos toros. ¿ellos dos son suficientes para cubrir a las 20 hembras? -No señor, dijo cortante la señora. El único que las cubre es el toro pinto. El otro es Rotario.