jorgesalaz
04/05/2005, 01:41
Una chica, sumamente pecosa, llega a confesarse. El sacerdote le pregunta: -¿Pecas hija? - ¡Ayy padre, hasta por las nalgas!
El Capitán del avión habla con sus pasajeros: "Dentro de 5 minutos, estaremos aterrizando en nuestro punto de destino. Agradecemos su preferencia al volar con nosotros. Esperamos haberles dado un buen servicio". Se le olvida cerrar el micrófono, se estira en su asiento y entabla una animada plática con su copiloto, misma que es escuchada por todos los pasajeros. -¿Qué vas a hacer al llegar? -Aprovecharé que tendremos 24 horas de descanso y me dormiré como un tronco, ya que tengo varios sueños atrasados. -Contestó su compañero -¿Y tú, que vas a hacer? -Bueno, primero que nada me sentaré a vaciar de mi estómago la comida de 3 días que traigo guardada ahí, luego, me daré un buen baño de tina y enseguida tomaré a la azafata pecosita que anda por ahi atrás y le voy a dar la más salvaje cogida de su vida. -dijo el Capitán. La chica aludida, al escuchar eso, corrió a la cabina de mando con tal precipitación que tropezó y cayó en el regazo de una ancianita pasajera. La señora, al ver su cara cubierta de pecas, le dijo:-¡Con calma, niña, para que tanta prisa, si primero va a cagar y luego a bañarse!
Un tipo llega a una cantina y al tiempo que tomaba una cerveza tras otra, comía todo lo que encontraba a su alcance. Asi, fueron a parar a su basto estómago bocadillos, viandas, "comida chatarra" y todo tipo de alimentos que comúnmente se expenden en los bares. Comió tanto, que no tardó en aparecer un dolor que no desaparecería hasta aliviar de esa carga a su estómago, de modo que se dirigió a los servicios sanitarios, los que estaban ocupados, por lo que rápidamente fué al patio y junto a un enorme ventilador, dejó la voluminosa y hedionda masa que lo sofocaba. Era tan fuerte el olor, que al ver la palanca de encendido del aparato, lo accionó creyendo que era extractor de aire. Al girar las aspas introdujeron el apestoso material al local proyectándolo hacia todos lados. Cuando el borracho regresó a su asiento, la cantina se habia quedado sola excepto por un tipo que estaba sentado frente a la barra al cual le preguntó: ¡Oye tú, pecoso, ¿A donde se fué toda la gente?
El Capitán del avión habla con sus pasajeros: "Dentro de 5 minutos, estaremos aterrizando en nuestro punto de destino. Agradecemos su preferencia al volar con nosotros. Esperamos haberles dado un buen servicio". Se le olvida cerrar el micrófono, se estira en su asiento y entabla una animada plática con su copiloto, misma que es escuchada por todos los pasajeros. -¿Qué vas a hacer al llegar? -Aprovecharé que tendremos 24 horas de descanso y me dormiré como un tronco, ya que tengo varios sueños atrasados. -Contestó su compañero -¿Y tú, que vas a hacer? -Bueno, primero que nada me sentaré a vaciar de mi estómago la comida de 3 días que traigo guardada ahí, luego, me daré un buen baño de tina y enseguida tomaré a la azafata pecosita que anda por ahi atrás y le voy a dar la más salvaje cogida de su vida. -dijo el Capitán. La chica aludida, al escuchar eso, corrió a la cabina de mando con tal precipitación que tropezó y cayó en el regazo de una ancianita pasajera. La señora, al ver su cara cubierta de pecas, le dijo:-¡Con calma, niña, para que tanta prisa, si primero va a cagar y luego a bañarse!
Un tipo llega a una cantina y al tiempo que tomaba una cerveza tras otra, comía todo lo que encontraba a su alcance. Asi, fueron a parar a su basto estómago bocadillos, viandas, "comida chatarra" y todo tipo de alimentos que comúnmente se expenden en los bares. Comió tanto, que no tardó en aparecer un dolor que no desaparecería hasta aliviar de esa carga a su estómago, de modo que se dirigió a los servicios sanitarios, los que estaban ocupados, por lo que rápidamente fué al patio y junto a un enorme ventilador, dejó la voluminosa y hedionda masa que lo sofocaba. Era tan fuerte el olor, que al ver la palanca de encendido del aparato, lo accionó creyendo que era extractor de aire. Al girar las aspas introdujeron el apestoso material al local proyectándolo hacia todos lados. Cuando el borracho regresó a su asiento, la cantina se habia quedado sola excepto por un tipo que estaba sentado frente a la barra al cual le preguntó: ¡Oye tú, pecoso, ¿A donde se fué toda la gente?