jorgesalaz
24/04/2005, 12:12
En un lugar de Galicia, de cuyo nombre no puedo acordarme, estaba un joven ocioso a la entrada del Teatro, de donde sale el mismísimo Director y le pregunta: Oye chaval, ¿Os gusta el teatro? -Err si, si -responde. ¿Y porque no entráis? -Bueno, es que no tengo ni una perra. Pues hoy andáis de suerte, me ha fallao un actor y necesito vuestra ayuda, asi que, adelante, hombre, pasad. Entre bambalinas, el chaval es instruido para su participación en la obra: -Lo unico que tendréis que hacer es entregar este sobre cuando se os indique a una persona que estará sentado frente a una mesa al fondo del escenario y deberéis decirle con voz grave: -"Ha llegado una carta". ¿Es todo? -dijo el rapaz. Eso es todo y no pongáis esa cara que por algo se empieza, ¡Jolines!. Despues de muchos intentos, el novel actor logra dar con el tono de voz y la actitud, siendo aprobado por el Director. El muchacho animado, le dice: ¿Ya puedo entrar? -No, no, aún estamos en el primer acto y tu participación será en el tercero, yo os avisaré -replicó el Director. Al rato, dice el mozo: Ya, ¿ya entro?, Que no, hombre, aún no. Más tarde: -Sr. Director, ¿ahora si entrego la carta? Que no, ¡Joder!. Y después de tres insistencias más, por fin le dice el Director: ahora si, entrad y haced como os lo he dicho. El joven actor entra al escenario, al fondo, esta sentado un tipo con los codos en la mesa, sus manos cubriéndole la cara, sollozando, mostrando señas de un gran abatimiento. El correo llega frente a el y con gran voz le dice:-"Ha llegado una carta". El tipo alza la cara y con tristeza reflejada en su rostro le contesta: -"Demasiado tarde... el Rey ha muerto". El muchacho impresionado, exclama: ¡Si yo le dije muchas veces al viejo idiota aquel y no me queria dejar entrar, yo no tuve la culpa!