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Ver la versión completa : Las caricias de la pasion



Claumar
02/03/2005, 18:55
Aquí les comparto este post saludossss :wink:

Terapeutas y educadores sexuales coinciden: la piel es el “órgano” sexual más importante del ser humano. Centrarse sólo en los genitales es empobrecer y limitar la capacidad de goce corporal. El sexo, nos dicen, puede existir en ausencia de una penetración y ¡hasta de una erección! El orgasmo más completo es donde se involucra todo el cuerpo. Y qué mejor manera de conseguirlo que con un buen masaje erótico

¡Adiós a las excusas! El cansancio, las preocupaciones y las tensiones no pueden ser motivos para esquivar las apetencias sexuales de la pareja. Si hay algo que impide el disfrute pleno del juego sexual es el estrés. Por las tensiones acumuladas en el cuerpo, una persona puede no responder satisfactoriamente al llamado del sexo. En esas condiciones, a un hombre se le imposibilitará mantener la erección, y a una mujer se le dificultará alcanzar el orgasmo. El sexo se convierte, entonces, en un motivo de ansiedad y angustia más que de satisfacción y disfrute.

El masaje sexual ayuda a disipar el estrés, porque antes de alcanzar cualquier grado de excitación es necesario relajar completamente el cuerpo; así estará más presto a responder a los estímulos sensuales. “Primero relájala y después excítala: ella te lo agradecerá”, es la fórmula que recomiendan los masajistas profesionales, porque más allá de la gratificación sexual, afirman, con un masaje sensual se expresan los sentimientos y emociones que nos inspira nuestra pareja. El nivel de sexo que se incluya en el masaje dependerá de los participantes, puede funcionar como un preludio para llegar al coito, pero la penetración y la eyaculación dejan de ser el centro de la actividad sexual.

A diferencia de los masaje terapéuticos, no se necesita ser un especialista para practicarlos. Sólo se requiere de disposición, buen ánimo y paciencia para agasajar a la pareja, porque, como nos recuerdan los manuales, el orgasmo más trabajado es el mejor.
Las mujeres son más sensibles a los contactos y las caricias, por lo que adoran los masajes. Así pues, ¡manos a la obra!

Y todo a media luz

Las guías y manuales de masaje sexual recomiendan, por principio, crear una atmósfera íntima y acogedora que puede lograrse con pocos elementos: luz tenue, incienso y buena música son suficientes para crear un ambiente propicio.

¿Lugar? Lo mejor es que sea en tu departamento o habitación, así tendrás tiempo suficiente para preparar todo lo necesario. El masaje puede darse en una colchoneta tumbada en el piso, en la cama o en una mesa especial para masajes cubierta con una sábana o toalla limpia; lo importante es que ella se sienta lo más cómoda.

La iluminación es muy importante ya que muchas mujeres, aunque no tengan razón para sentirse así, no terminan por reconciliarse con sus propios cuerpos. Lo mejor es usar veladoras aromáticas o lámparas de luz indirecta y graduable o de plano hacerlo en penumbras. La temperatura es otra cosa a cuidar, el lugar debe ser cálido o de lo contrario disponer de calefacción: los cuerpos desnudos estarán expuestos a la intemperie por una o más horas. Todos los aditamentos a usar, lubricantes, aceites, aromas y juguetes, deberán estar a la mano. La música según los gustos, pero no debe ser ni muy rítmica que distraiga ni muy calmada que provoque somnolencia. Norah Jones es una buena opción. Asegúrate de no tener que interrumpir el masaje para cambiar el disco.

Primero relájala y después excítala

Comienza apagando todos los teléfonos, en particular los celulares. Invítala a darse un duchazo y préstale tu bata de baño, eso la hará sentirse más reconfortada. Pídele que se tienda desnuda boca bajo sobre el lugar acondicionado para el masaje.

Primero procederás a darle un masaje en todo su cuerpo. Puedes empezar por cualquier parte, pero lo más recomendable es que lo hagas por la espalda y la nuca. Frota tus manos para entibiarlas y, apenas rozando su piel, pásalas suavemente por su espalda, hombros y nalgas al tiempo que le brindas algunos tibios besos y le susurras al oído que todo está bien, que se relaje y se disponga a disfrutar. También puedes usar plumas o pieles de suave textura en lugar de las manos. Luego unta aceite aromático (de sándalo o rosas) en tus manos y frótalas. Cuando el primero esté tibio, frota suavemente su espalda, nuca, hombros y brazos con movimientos lentos y rítmicos alternando las puntas de tus dedos y las palmas de tus manos. Hay que variar caricias suaves con firmes. De vez en cuando pasa la lengua por su oreja y susúrrale cosas candentes y halagadoras.

Antes de masajear sus nalgas, bésalas y dale pequeños mordiscos sosteniendo sus caderas con tus manos. Ahora masajéalas detenidamente y, como en un descuido, deja caer uno o varios dedos sobre su ano y su entrepierna. Después de hacer eso, ocúpate de sus piernas. Para mayor comodidad, coloca de manera alternada cada una de sus piernas sobre tus hombros y recórrelas de arriba a abajo y de abajo hacia arriba hasta rozar distraídamente sus genitales. Termina esta etapa con sus pies, pero ten cuidado de no provocarle las temibles cosquillas, pues podrían dar al traste con el trabajo realizado. Mantén tus manos sobre su cuerpo todo el tiempo y no prolongues demasiado el masaje de relajación porque corres el riesgo de que se quede profundamente dormida.
Si te excitó la maniobra, antes de voltear su cuerpo recórrelo con tus genitales. Acaricia su nuca con tu miembro, luego bájalo sobre su espina dorsal y detente en su trasero para masajearlo un poco y de nuevo baja suavemente hasta tocar su entrepierna con tu pene sin llegar a la penetración.

Ahora sí, dale vuela a su cuerpo y repite los masajes. Dale besos tiernos en su boca y cuello; detente un poco en sus pechos con masajes circulares de arriba abajo y viceversa, lame suavemente sus pezones. Repite el mismo ejercicio realizado con sus piernas y de nuevo rózale los labios vaginales como un aviso de lo que le espera. A estas alturas, en completa relajación ella estará totalmente entregada y dispuesta a lo que sigue.

Flojita y cooperando

Tus masajes de relajación la hicieron sentirse deseada y adorada. A través de ellos la convenciste de que eres su más fiel esclavo, que estás ahí para rendirle devoción. Esta confianza te permitirá, sin ninguna resistencia, separar suavemente sus piernas para comenzar la fase más caliente del masaje erótico.

Los genitales femeninos permiten dos tipos de masajes: el de clítoris y el masaje vaginal. Optar por uno u otro o pasar del primero al segundo dependerá del grado de excitación y disposición de la pareja. Por ello, los manuales sexuales recomiendan, a quienes prodigan el masaje, estar bien atentos a las reacciones de sus parejas en la medida que se avanza o se cambia de técnica y ritmo en las caricias.

Masajea primero el área alrededor de los genitales, como el perineo y el pubis, antes de arribar a los labios vaginales. Usa de preferencia algún lubricante genital en lugar de aceite. Iniciar con una gentil exploración de su vulva es lo más apropiado: identifica los labios interiores y exteriores, el clítoris, la uretra y los orificios vaginales. Aumenta poco a poco el grado de fricción de tus caricias en la medida de su creciente excitación. Juega con sus labios vaginales entre tus dedos. Evita caer en movimientos rutinarios o que el ejercicio se vuelva tedioso. Si te cansas con una mano, utiliza la otra y alterna los dedos con la palma de tu mano. Con la mano libre, acaricia otras partes sensibles de su cuerpo de tal manera que nunca pierdas el contacto con su piel. Antes de pasar a dar masaje a su clítoris, pregúntale provocadoramente en su oído si quiere que continúes o si desea que te detengas.

Para estimular y dar masaje al clítoris y a la vagina hay múltiples técnicas que incluso tienen su nombre. Pero antes de comenzar, toma en cuenta que este tipo de estimulación no es placentera si la mujer no ha alcanzado un elevado estado de excitación:

Oprime aquí para comenzar. Introduce suavemente un dedo en la vagina, si es bien recibido introduce otro. Coloca el pulgar contra el ano sin insertarlo. Presiónalo mientras mueves los dedos dentro de ella

Cuchi, cuchi
Cosquillea el clítoris muy ligeramente

Avón llama
Con un dedo en el interior de la vagina, presione firmemente el Punto G como si timbrara una puerta. Presione, suelte, presione, suelte...

Tour de France
Recorre con tus dedos, una y otra vez, toda el área del perineo (entre el ano y la vagina) hasta llegar al clítoris

A la una, a las dos, a las tres
Inserte lentamente uno y luego otro dedo dentro de la vagina, y coloqua suavemente el pulgar sobre el clítoris. En esa posición, intenta varios movimientos rítmicos y de variada intensidad

Bailando Tap
Coloca la palma de la mano sobre el pubis y descansa tus dedos ligeramente sobre la vulva. Presiona suave pero firmemente la palma y mueve la mano haciendo círculos mientras golpeas ligeramente con los dedos sus labios vaginales

Ven aquí
Introduce suavemente el dedo índice y, una vez dentro, haz la seña de “ven aquí” varias veces
Mientras aplicas éstos y otros masajes, susúrrale frases agradables y cachondas. Hazle saber que tú también la estás pasando bien. Estate atento a cualquier señal corporal. Pregúntale de vez en vez si lo que haces está bien, si aceleras o disminuyes el ritmo, etcétera. Se vale masajear con un vibrador si ella lo aprueba.

La combinación de estas y más técnicas llevará, con seguridad, a tu pareja al orgasmo. Cuando haya conseguido el primero, retira tus manos de sus genitales, pero continúa con caricias suaves sobre otras partes de su cuerpo. Luego de unos minutos, vuelve a la carga hasta provocarle otro orgasmo o, si la excitación lo exige y ella lo pide, preferirán pasar directo al coito. De cualquier forma, una vez concluido el masaje, arrópala con tus brazos o con una sábana o toalla y permanezcan así, en total silencio, por unos minutos mientras recupera el aliento.
Técnicas de masaje hay tantas como la creatividad lo permita. Uno mismo puede inventar las propias. Como afirman los conocidos sexólogos, Masters and Jonson, una mente abierta y la práctica es todo lo que se necesita para aprender a dar y recibir masajes sexuales. La inspiración, según la musa.

GUÍA DEL MASAJE ERÓTICO

1. Comienza preparando el lugar. El cuarto debe estar tibio e iluminado con luces tenues. Pon música suave y quema incienso. Usa sábanas y toallas limpias
2. Después de tomar una ducha, haz que se tienda desnuda y boca abajo sobre la cama, la colchoneta o la mesa de masajes
3. Únta aceite aromático en tus manos y comienza el masaje por la espalda y la nuca, y luego baja a sus nalgas, piernas y pies
4. Besa su nuca de vez en cuando
5. Masajea la parte frontal de su cuerpo y cuando llegues a sus pechos, lame sus pezones
6. Estate atento a sus reacciones
7. Cuando esté excitada, comienza a masajear sus genitales
8. Aplica diversas técnicas de masaje del clítoris y de la vagina hasta que ella alcance uno o varios orgasmos. Incluye un vibrador si ella lo desea
9. Una vez terminado el masaje, arropa a tu pareja con tus brazos o con una sábana limpia o si ella lo prefiere inicien el acto sexua

Edu Tiger
08/03/2005, 10:47
Hola Clau.
Muy ilustrativo el Post, felicitaciones por compartirlo.
Saludos, amiguita. Edu.

joseiroa
09/03/2005, 17:41
bacano ponerlo en practica .... muy inclusive para algunas ocasiones .....

Claumar
17/03/2005, 14:50
Pues gracias por leerlo Edu y Joseiroa...hay que ponerlo en práctica...solo que ahora no hay prospecto :( ..saludos chicosss y diganme que es bacano..es algo como lindo o qué es? :roll:

Sibila Vane
17/03/2005, 21:38
Muy instructivo!!!
Habra que ponerlo en practica, no? :D

Rdz
05/05/2005, 06:12
MUY PERO MUY BUENA INFORMACION, GRACIAS.

rapipu
05/05/2005, 06:45
La piel no es la carne ni el sexo, si es verdad que tenemos alma sería la piel, muchas veces puedes ofrecer todos tus órganos genitales, tus partes erógenas, pero la piel solo se dá cuando se QUIERE, puedo tener el orgasmo mas potente, el placer mas sublime y mi piel estar muerta.

BETTER MAN
11/05/2005, 17:42
Aquí les comparto este post saludossss :wink:

Terapeutas y educadores sexuales coinciden: la piel es el “órgano” sexual más importante del ser humano. Centrarse sólo en los genitales es empobrecer y limitar la capacidad de goce corporal. El sexo, nos dicen, puede existir en ausencia de una penetración y ¡hasta de una erección! El orgasmo más completo es donde se involucra todo el cuerpo. Y qué mejor manera de conseguirlo que con un buen masaje erótico

¡Adiós a las excusas! El cansancio, las preocupaciones y las tensiones no pueden ser motivos para esquivar las apetencias sexuales de la pareja. Si hay algo que impide el disfrute pleno del juego sexual es el estrés. Por las tensiones acumuladas en el cuerpo, una persona puede no responder satisfactoriamente al llamado del sexo. En esas condiciones, a un hombre se le imposibilitará mantener la erección, y a una mujer se le dificultará alcanzar el orgasmo. El sexo se convierte, entonces, en un motivo de ansiedad y angustia más que de satisfacción y disfrute.

El masaje sexual ayuda a disipar el estrés, porque antes de alcanzar cualquier grado de excitación es necesario relajar completamente el cuerpo; así estará más presto a responder a los estímulos sensuales. “Primero relájala y después excítala: ella te lo agradecerá”, es la fórmula que recomiendan los masajistas profesionales, porque más allá de la gratificación sexual, afirman, con un masaje sensual se expresan los sentimientos y emociones que nos inspira nuestra pareja. El nivel de sexo que se incluya en el masaje dependerá de los participantes, puede funcionar como un preludio para llegar al coito, pero la penetración y la eyaculación dejan de ser el centro de la actividad sexual.

A diferencia de los masaje terapéuticos, no se necesita ser un especialista para practicarlos. Sólo se requiere de disposición, buen ánimo y paciencia para agasajar a la pareja, porque, como nos recuerdan los manuales, el orgasmo más trabajado es el mejor.
Las mujeres son más sensibles a los contactos y las caricias, por lo que adoran los masajes. Así pues, ¡manos a la obra!

Y todo a media luz

Las guías y manuales de masaje sexual recomiendan, por principio, crear una atmósfera íntima y acogedora que puede lograrse con pocos elementos: luz tenue, incienso y buena música son suficientes para crear un ambiente propicio.

¿Lugar? Lo mejor es que sea en tu departamento o habitación, así tendrás tiempo suficiente para preparar todo lo necesario. El masaje puede darse en una colchoneta tumbada en el piso, en la cama o en una mesa especial para masajes cubierta con una sábana o toalla limpia; lo importante es que ella se sienta lo más cómoda.

La iluminación es muy importante ya que muchas mujeres, aunque no tengan razón para sentirse así, no terminan por reconciliarse con sus propios cuerpos. Lo mejor es usar veladoras aromáticas o lámparas de luz indirecta y graduable o de plano hacerlo en penumbras. La temperatura es otra cosa a cuidar, el lugar debe ser cálido o de lo contrario disponer de calefacción: los cuerpos desnudos estarán expuestos a la intemperie por una o más horas. Todos los aditamentos a usar, lubricantes, aceites, aromas y juguetes, deberán estar a la mano. La música según los gustos, pero no debe ser ni muy rítmica que distraiga ni muy calmada que provoque somnolencia. Norah Jones es una buena opción. Asegúrate de no tener que interrumpir el masaje para cambiar el disco.

Primero relájala y después excítala

Comienza apagando todos los teléfonos, en particular los celulares. Invítala a darse un duchazo y préstale tu bata de baño, eso la hará sentirse más reconfortada. Pídele que se tienda desnuda boca bajo sobre el lugar acondicionado para el masaje.

Primero procederás a darle un masaje en todo su cuerpo. Puedes empezar por cualquier parte, pero lo más recomendable es que lo hagas por la espalda y la nuca. Frota tus manos para entibiarlas y, apenas rozando su piel, pásalas suavemente por su espalda, hombros y nalgas al tiempo que le brindas algunos tibios besos y le susurras al oído que todo está bien, que se relaje y se disponga a disfrutar. También puedes usar plumas o pieles de suave textura en lugar de las manos. Luego unta aceite aromático (de sándalo o rosas) en tus manos y frótalas. Cuando el primero esté tibio, frota suavemente su espalda, nuca, hombros y brazos con movimientos lentos y rítmicos alternando las puntas de tus dedos y las palmas de tus manos. Hay que variar caricias suaves con firmes. De vez en cuando pasa la lengua por su oreja y susúrrale cosas candentes y halagadoras.

Antes de masajear sus nalgas, bésalas y dale pequeños mordiscos sosteniendo sus caderas con tus manos. Ahora masajéalas detenidamente y, como en un descuido, deja caer uno o varios dedos sobre su ano y su entrepierna. Después de hacer eso, ocúpate de sus piernas. Para mayor comodidad, coloca de manera alternada cada una de sus piernas sobre tus hombros y recórrelas de arriba a abajo y de abajo hacia arriba hasta rozar distraídamente sus genitales. Termina esta etapa con sus pies, pero ten cuidado de no provocarle las temibles cosquillas, pues podrían dar al traste con el trabajo realizado. Mantén tus manos sobre su cuerpo todo el tiempo y no prolongues demasiado el masaje de relajación porque corres el riesgo de que se quede profundamente dormida.
Si te excitó la maniobra, antes de voltear su cuerpo recórrelo con tus genitales. Acaricia su nuca con tu miembro, luego bájalo sobre su espina dorsal y detente en su trasero para masajearlo un poco y de nuevo baja suavemente hasta tocar su entrepierna con tu pene sin llegar a la penetración.

Ahora sí, dale vuela a su cuerpo y repite los masajes. Dale besos tiernos en su boca y cuello; detente un poco en sus pechos con masajes circulares de arriba abajo y viceversa, lame suavemente sus pezones. Repite el mismo ejercicio realizado con sus piernas y de nuevo rózale los labios vaginales como un aviso de lo que le espera. A estas alturas, en completa relajación ella estará totalmente entregada y dispuesta a lo que sigue.

Flojita y cooperando

Tus masajes de relajación la hicieron sentirse deseada y adorada. A través de ellos la convenciste de que eres su más fiel esclavo, que estás ahí para rendirle devoción. Esta confianza te permitirá, sin ninguna resistencia, separar suavemente sus piernas para comenzar la fase más caliente del masaje erótico.

Los genitales femeninos permiten dos tipos de masajes: el de clítoris y el masaje vaginal. Optar por uno u otro o pasar del primero al segundo dependerá del grado de excitación y disposición de la pareja. Por ello, los manuales sexuales recomiendan, a quienes prodigan el masaje, estar bien atentos a las reacciones de sus parejas en la medida que se avanza o se cambia de técnica y ritmo en las caricias.

Masajea primero el área alrededor de los genitales, como el perineo y el pubis, antes de arribar a los labios vaginales. Usa de preferencia algún lubricante genital en lugar de aceite. Iniciar con una gentil exploración de su vulva es lo más apropiado: identifica los labios interiores y exteriores, el clítoris, la uretra y los orificios vaginales. Aumenta poco a poco el grado de fricción de tus caricias en la medida de su creciente excitación. Juega con sus labios vaginales entre tus dedos. Evita caer en movimientos rutinarios o que el ejercicio se vuelva tedioso. Si te cansas con una mano, utiliza la otra y alterna los dedos con la palma de tu mano. Con la mano libre, acaricia otras partes sensibles de su cuerpo de tal manera que nunca pierdas el contacto con su piel. Antes de pasar a dar masaje a su clítoris, pregúntale provocadoramente en su oído si quiere que continúes o si desea que te detengas.

Para estimular y dar masaje al clítoris y a la vagina hay múltiples técnicas que incluso tienen su nombre. Pero antes de comenzar, toma en cuenta que este tipo de estimulación no es placentera si la mujer no ha alcanzado un elevado estado de excitación:

Oprime aquí para comenzar. Introduce suavemente un dedo en la vagina, si es bien recibido introduce otro. Coloca el pulgar contra el ano sin insertarlo. Presiónalo mientras mueves los dedos dentro de ella

Cuchi, cuchi
Cosquillea el clítoris muy ligeramente

Avón llama
Con un dedo en el interior de la vagina, presione firmemente el Punto G como si timbrara una puerta. Presione, suelte, presione, suelte...

Tour de France
Recorre con tus dedos, una y otra vez, toda el área del perineo (entre el ano y la vagina) hasta llegar al clítoris

A la una, a las dos, a las tres
Inserte lentamente uno y luego otro dedo dentro de la vagina, y coloqua suavemente el pulgar sobre el clítoris. En esa posición, intenta varios movimientos rítmicos y de variada intensidad

Bailando Tap
Coloca la palma de la mano sobre el pubis y descansa tus dedos ligeramente sobre la vulva. Presiona suave pero firmemente la palma y mueve la mano haciendo círculos mientras golpeas ligeramente con los dedos sus labios vaginales

Ven aquí
Introduce suavemente el dedo índice y, una vez dentro, haz la seña de “ven aquí” varias veces
Mientras aplicas éstos y otros masajes, susúrrale frases agradables y cachondas. Hazle saber que tú también la estás pasando bien. Estate atento a cualquier señal corporal. Pregúntale de vez en vez si lo que haces está bien, si aceleras o disminuyes el ritmo, etcétera. Se vale masajear con un vibrador si ella lo aprueba.

La combinación de estas y más técnicas llevará, con seguridad, a tu pareja al orgasmo. Cuando haya conseguido el primero, retira tus manos de sus genitales, pero continúa con caricias suaves sobre otras partes de su cuerpo. Luego de unos minutos, vuelve a la carga hasta provocarle otro orgasmo o, si la excitación lo exige y ella lo pide, preferirán pasar directo al coito. De cualquier forma, una vez concluido el masaje, arrópala con tus brazos o con una sábana o toalla y permanezcan así, en total silencio, por unos minutos mientras recupera el aliento.
Técnicas de masaje hay tantas como la creatividad lo permita. Uno mismo puede inventar las propias. Como afirman los conocidos sexólogos, Masters and Jonson, una mente abierta y la práctica es todo lo que se necesita para aprender a dar y recibir masajes sexuales. La inspiración, según la musa.

GUÍA DEL MASAJE ERÓTICO

1. Comienza preparando el lugar. El cuarto debe estar tibio e iluminado con luces tenues. Pon música suave y quema incienso. Usa sábanas y toallas limpias
2. Después de tomar una ducha, haz que se tienda desnuda y boca abajo sobre la cama, la colchoneta o la mesa de masajes
3. Únta aceite aromático en tus manos y comienza el masaje por la espalda y la nuca, y luego baja a sus nalgas, piernas y pies
4. Besa su nuca de vez en cuando
5. Masajea la parte frontal de su cuerpo y cuando llegues a sus pechos, lame sus pezones
6. Estate atento a sus reacciones
7. Cuando esté excitada, comienza a masajear sus genitales
8. Aplica diversas técnicas de masaje del clítoris y de la vagina hasta que ella alcance uno o varios orgasmos. Incluye un vibrador si ella lo desea
9. Una vez terminado el masaje, arropa a tu pareja con tus brazos o con una sábana limpia o si ella lo prefiere inicien el acto sexua

SOLO CONFIRMA LO QUE DIGO, JE...!