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Ver la versión completa : UNA HISTORIA VERDADERA



BEBEDORSOCIAL
01/02/2005, 03:03
Hace unos años, viví una historia que cambió el curso de mi existencia: mi mujer dedicó los últimos días de su corta vida, tratando de sacarme del alcoholismo. Ella murió antes de verme completamente sobrio. Pero lo heroico de mi mujer, fue la gran decisión de hacer algo bueno por su gran amor. Aunque nunca se lo agradecí en vida.

Las cartas que ella me escribía con tanto fervor, llegaron a mis manos el día de su muerte, así que para honrar su partida, las publico con el mismo sentimiento expresado por esta gran mujer.

Día a día me escribía un lindo mensaje, esperando que lo leyera. Pero mi vida estaba en los bares del pueblo, rodeado de borrachos llenos de babas. Las mujeres de cantina se aprovecharon de mis noches inconscientes, para vaciar los bolsillos de pobre infeliz, mientras con sus manos me vendían amor al mejor precio.

Ella realmente estaba enamorada de este ingrato ser, sus lágrimas corrieron al escribir letra por letra cada una de las cartas dedicadas a mi. Por eso hoy que te encuentras al lado de Dios, bendita seas mujer, por inspirarme a crear esta pequeña tuya:

UN MINUTO

“Tanto amor guarda mi ser, que un minuto de tu voz al amanecer, me estremece con el viento frío que trae a mi corazón. Un minuto de besos, que me hacen sentir como una hoja que el viento mece y postra a tus pies. Un minuto de amor vasta para hacerme renacer, esposo mío, si es que ya estoy quedando sin aliento.”

Ella me suplicaba que no saliera, que la acompañara. Yo no conocía su estado de salud. Algunas noches, en muy pocas ocasiones, me quedaba con ella, aunque mi mal humor era nuestro compañero de tristes veladas.

“Un hermoso pájaro carpintero hoy estaba en el árbol frente a la casa – me escribió en una ocasión -, picotee que picotee, haciendo su nido, para protegerse del frío en invierno y para que la lluvia no mojara sus alas. Si no lo construyera ahora, después no podría volar por la lluvia. Por eso, para que todo esté bien, hoy trabaja arduamente sin parar. Seguramente tardará varios días haciendo su casa. Pronto estará lista porque ha trabajado constantemente y con dedicación para que su nido quede bien, perfectamente edificado. Trabajemos tú y yo, para que, como el pájaro carpintero, hagamos un hermoso nido para habitar en él, satisfechos, orgullosos de nuestra obra.
Mi amor, siempre estaremos juntos, yo seré tu apoyo y tú el mío.”


Yo no comprendía el afán que tenía ella por sacarme de las cantinas, mucha veces me veía acompañado de otras mujeres, aun así me tomaba en sus brazos y con grandes esfuerzos me llevaba hasta la casa. Una vez allí, me desvestía y me limpiaba, como limpia una madre a un niñito de meses, con la más tierna dedicación, que hasta el día de hoy, aún no he podido comprender.

Ella confiaba en mi, creía en lo que yo le decía. Muchas veces la hice mentir para que llamara a mi trabajo, con el pretexto de que se me había descompuesto el carro y otras veces, un dolor de muela o una simple infección estomacal. Después de eso, la dejaba en la casa y me iba a buscar crédito al bar.

Muchas veces en la madrugada, la encontraba limpiando restos de lágrimas derramadas. Aún así, ni la saludaba. Debido a mi triste estado me iba directo a la cama.

En una ocasión ella me suplicó que no saliera en carro, que tenía un presentimiento. La verdad es que me entregó una pequeña carta que me hizo dejar las llaves en la mesa de la sala y salir caminando hasta la licorera, porque el bar había sido clausurado unos días por el Ministerio de Salud.

“Hoy te doy este mensaje, de la RESPONSABILIDAD: a una persona que ha tomado se le puede decir borracho y después, lamentablemente, asesino. Porque con sus actos irresponsables puede matar a tanta gente. Por eso, es mejor estar siempre sobrio: con la mente, el alma y el cuerpo siempre activos.

Conduce con cuidado, no vaya a ser que con tanto alcohol, te haga perder la cordura y atropelles sin querer, pero con la mente alucinante, el corazón de alguien que te ama.”


Yo me había vuelto un irresponsable. Llegaba tarde al trabajo, casi ni me arreglaba, mentía por cualquier cosa y siempre con la pequeña saca en un termo.

Por donde pasaba, estaba en los comentarios de las mujeres del pueblo.

Un domingo de tantos, sentado en una de las bancas del parque, como era mi triste costumbre, esperaba a mi mujer que asistía a misa. Allí pasaban dos de aquellas mujeres que nunca faltan con sus comentarios fuera de lugar. Una de ellas al verme, con un suspiro y en voz alta dijo:

- ¡Que el señor haga descansar pronto a esa pobre mujer de este infeliz, ella muriendo y él en su estado, ni cuenta se da!



¿Qué quiso decir aquella mujer? ¿Sería que realmente estaba muriendo mi esposa?

Realmente no lo sabría hasta no preguntarle. No me atreví. Con todo el temor del mundo revisé sus papeles, sus gavetas y hasta debajo del colchón de la cama.

Por la noche ella leía un libro. Yo tenía dos días de no salir, tenía miedo de que fuera verdad lo que escuché el domingo anterior. Ella quedó dormida. Del libro que leía cayó un papel doblado en varias partes: los resultados de un examen que ella me había comentado pero que yo había olvidado.

Era cáncer.

No sabía si llorar o tomar. Me sentía lastimado porque no me había dicho la verdad. Pero cómo pretendía yo que ella me confesara que estaba muriendo, si nunca me encontraba sobrio para escucharla.

Encontré un gran motivo para estar sobrio: el pequeño brillo que desplegaban los ojos de mi moribunda compañera.

Pasaban a lo más tres días, antes de que cayera nuevamente en mi estado. En esas insoportables noches en vela, solía esconder una botella de licor en el patio, para que una vez que mi esposa caía en un profundo y doloroso sueño, me sumergía nuevamente en ese mundo mío.

Por una semana dejé de tomar. Ella me conocía muy bien, tanto así que me escribió esta carta un 3 de marzo del año 2000:

“ hoy de nuevo salió el sol para nosotros. El cielo está despejado, con hermosas nubes, que nos arrullan con su blancura y sólo han dejado una transparente estela de aquellos amargos momentos, producto del licor pestilente – así lo llamaba ella -. Hoy tú y yo lo hemos vencido. Continuemos caminando, por favor mi amor, hazte el ciego el sordo o el mudo ante sus malvadas seducciones, recuerda que eres un HOMBRE y un hombre no le teme a la botella”.

Ahora más que nunca necesitaba un trago. Realmente le fallé. Tomaba el vaso y me temblaban las manos. Esa noche fumé toda una cajetilla de cigarros. Quería esconderme debajo de la botella. Otra vez era un despojo de servilleta, lleno de alcohol y de manos sucias que se limpiaban en mi vida.

Alguien por ahí asegura que me vio llorar esa noche. Probablemente fue así. No lo recuerdo.

Al regresar a la casa, dos días después, encontré una nota que aun guardo en mi billetera. Una frase quedó grabada para siempre en mi mente y hoy la comparto en estas pequeñas confesiones: “...te amo tanto, y me siento tan sola y triste cuando camino por las calles y no estás junto a mi en carne y venas. Me hace tanta falta abrazarte, escuchar tu voz, respirar tu olor, sentir tu calor junto a mi cuerpo, mirar tus lindos ojos tristes y profundos...”.

Cómo era posible que aquella mujer extrañara mis besos hediondos a cigarro, mi olor a guaro y el calor de mis abrazos y cuerpo llenos de sudor.

Ella aún tenía fe en mi. En el muchacho que conoció en la universidad unos años atrás.

Recuerdo con gran sentimiento la tarde en que por primera vez la besé. Tomé sus manos, nos abrazamos, nos quedamos en silencio, ante la luz de las estrellas que comenzaban a salir.

Hoy, después de haber desperdiciado mi tiempo en bares y cantinas, me arrepiento de no haber tomado su mano a diario, me arrepiento de olvidarme cómo besar tus labios, me arrepiento de haber tenido miedo de la vida.

Otra vez volví a caer en sobriedad.

El 15 de marzo me escribió una linda carta, después de leerla en voz alta, ella me dijo que tenía cáncer.


SEMBREMOS ROSAS

“¿Has sentido la suavidad de un pétalo de rosa al acariciar tu piel? Son tan livianos, tan limpios. Y tienen un olor tan grato...
Por favor sembremos rosas en nuestros caminos, para que todos los que transiten por allí, puedan sentir el pétalo delicado de la rosa acariciar su alma, quizá cuando agobiados buscan la felicidad.
Sembremos una rosa todas las mañanas al despertar. En el corazón del hombre triste, feliz o preocupado. Regalémosle una rosa al niño que hoy, ayer y mañana buscará con la fuerza de su infantil inocencia, un poco de besos.
Sembremos rosas, amor mío, en el jardín de nuestro amor. No permitamos jamás que sus pétalos se caigan y sus tallos ya no crezcan, cultivemos más y más rosas cada día. Inyectémosles la savia roja de nuestro gran amor, para que más rosas adornen el bosque que hoy se ha cultivado en tu ser y mi ser.
Sembremos rosas entre espinas, para que estas ya no maten un puñado de amor infinito que ha nacido entre los pétalos de nuestras rosas.”


Yo siempre la amé.

Ella me conocía muy bien. Sabía que yo no era muy expresivo. Aun así compartimos ratos muy agradables.

En nuestro jardín nunca más faltaron rosas. Las había rojas, blancas y amarillas. Todas las mañanas al despertar en sobriedad, percibía el fresco aroma de las rosas. Ella era feliz a mi lado, en esos momentos. Yo era feliz al lado de ella.

Un mes duró mi sobriedad.

Ella murió en mis brazos en una tarde triste y gris de lluvia.

Cuando novios yo le había escrito una carta. Antes de morir, ella me la respondió de la siguiente manera:

TRES COSAS QUE DECIRTE

“Hoy tengo tres cosas que decirte. Eres merecedor de todo el amor y admiración que alguien, aunque tan solo una persona, pueda ser capaz de guardar en el corazón. No necesitas que todos se sientan orgullosos, con tan solo uno mismo vasta.
También, con que yo me perdone a mi misma vasta, para que los demás me perdonen, porque si me perdono, entonces podré comenzar a luchar por alcanzar la victoria y a hacer feliz al mundo entero.
Por eso a partir de hoy, no me cansaré de sonreír cada día, a pesar de las adversidades, porque tus palabras sabias me dieron fortaleza para continuar. Hoy de nuevo siento esperanza y también porque creo en ti y tu crees en mi, ¡con solo una persona vasta! Y más si es alguien tan valioso como tú.”


Ella no ha muerto, está en mi corazón. Ahora tengo dos años de no tomar y estoy seguro que ella es mi ángel de la guarda, que ha guiado mi mano par que escriba: no para ella, ni para mí, sino para todos los HOMBRES que han olvidado cómo vivir.


GRACIAS DIOS MÍO POR HABERME DADO LA OPORTUNIDAD DE CONOCERLA, AMARLA Y SENTIRLA AHORA Y SIEMPRE A MI LADO.


FIN

Mono.

Espero esta historia signifique algo para ustedes.

Edu Tiger
01/02/2005, 10:40
Hola amigo forista.
Leí tu historia con un nudo en la garganta.
No tengo palabras que decir, sólo darte las gracias y felicitarte.
Darte las gracias por compartir esta tu historia tan llena de verdades aleccionadoras.
Felicitarte, por haber tenido una esposa con un amor tan grande, tan bello, capaz de entregar todo, hasta la vida misma por amor, y eso es lo más noble que puede hacer un ser humano.
Como decía una de las cartas de tu esposa: Eres una persona muy especial.
Cordiales saludos, buen amigo
Edu.

Claumar
01/02/2005, 14:09
Es muy conmovedor BEBEDORSOCIAL..una historia triste...muy buena la narración del escrito...tu la escribiste?
Saluditossss Amigo :wink:

princesa19
01/02/2005, 14:25
Bueno aqui estoy como lo prometi .

Tu historia me dejo sin palabras pero sobre todo me conmovio muchisimo
me sorprendio esa forma de amar de tu esposa woo cuanto quisiera poder llegar amar asi,se nota en tus palabras el gran amor que se tenian.
Creo que en el cielo donde creo q debe estar ha de ser muy feliz de ver que ya no eres ese borrachito de esquinas y que has cambiado para ser y demostrar la gran peersona que eres.
Solo lamento que esta historia alla terminado asi pero su AMOR seguira por SIEMPRE.


Suerte mi Amigo.
DTB. :)

Yaz.

BEBEDORSOCIAL
02/02/2005, 00:01
Agradezco a l@s compañer@s que han escrito y que han leido esta pequeña historia, debemos recordar que la "literatura" es una mezcla de imaginación y realidad...sólo quiero aclarar, que la persona a quien está dedicada esta historia, es la mujer que me hizo cambiar realmente, dejar casi por completo esa vida y en estos días en k he tenido mucha presión por mi futura y pronta graducaión, me ha apoyado y dado ánimos.

Había vuelto a caer en la vida loca y desenfrenada de las fiestas, la bebida, la playa y las chicas...luego de pasaron varias situaciones que me hicieron reflexionar en lo que estaba perdiendo (mi hijo, mi salud, mi juventud). En esos momentos era cuando más necesitaba a esta mujer, que si Dios me lo permite, en un futuro no muy lejano, será mi esposa (es la madre de mi hijo, Raquel).

Gracias por leerme.
Gracias por sus comentarios!
Esteban!

aeiou
02/02/2005, 07:29
BEBEDORSOCIAL,

se me cayeron las lagrimas leyendo tu aporte. Gracias por colocarlo aqui y compartirlo.

I-You

vervell
02/02/2005, 23:58
estos son los textos por los que uno verdaderamente se pone a pensar que si lo que estan haciendo esta bien, o nunca caer en eso.
bueno negrito te digo que me encanto.
te mando un beso VeRVeLL

Claumar
04/02/2005, 17:19
Hola BEBEDORSOCIAL...una pregunta puedo compartir esta historia...espero que si...me dices si se puede es que quiero compartirla con otras personass...saluditosssssss :wink:

BEBEDORSOCIAL
04/02/2005, 23:56
Hola BEBEDORSOCIAL...una pregunta puedo compartir esta historia...espero que si...me dices si se puede es que quiero compartirla con otras personass...saluditosssssss :wink:

Hola mi niña...para mi será un placer el que puedas y quieras compartir un poco de mi con otras personas. Dirás que es la historia de un amigo que vive en Costa Rica, de pseudónimo bebedorsocial-mono-, y que amó tanto a una persona, cuyos valores lo hicieron cambiar para bien!

Gracias por preguntar!
Esteban!

Claumar
07/02/2005, 14:09
Hola amigo graciasss por permitirme comaprtirlo..te dejo mis saludosssss
Claudia :wink: