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Cevastyan
28/01/2005, 13:32
La gran frustración


La Argentina perdió con Japón por 27-25 y quedó sin chances de avanzar a la segunda etapa


SFAX, Túnez (Especial).- Como un golpe directo a la mandíbula, de esos que dejan groggy, al borde del knock-out, las piernas hechas un tembladeral, la mirada perdida, sin reacción para nada, más que para caer lentamente sobre la lona, sin escuchar siquiera la cuenta final del árbitro. La imagen traída del boxeo bien vale para el seleccionado argentino de handball, aturdido por una derrota inesperada en lo previo, pero justificada por una performance errática. Así de golpeado quedó tras la caída ante Japón por 27-25, por la tercera fecha del Grupo C del Mundial de Túnez, que lo dejó ya sin posibilidades de aspirar a la clasificación.

Se sabía que, para avanzar de etapa, era necesario vencer a una de las tres potencias (Croacia, Suecia y España), pero antes era imperioso ganarles, claro, a los que se presentaban como los rivales más débiles de la zona: Japón y Australia. Sin esas victorias que se presumían accesibles, el máximo objetivo quedaría muy lejos.

Pues la Argentina no pudo siquiera superar ese mínimo listón de exigencia. Ya el comienzo no fue alentador para el equipo del español Jordi Ribera: a los ocho minutos perdía por 6-1, producto de la lentitud para los reposicionamientos defensivos y las malas decisiones en los movimientos ofensivos.

La Argentina se recuperó de ese mal arranque, en gran parte debido a las buenas atajadas de Matías Schulz, que impidió que Japón sacara más ventajas; de hecho, en los 22 minutos siguientes marcó menos goles (5) de los que había anotado en el comienzo. Y en ataque, el perdedor mejoró su funcionamiento.

Por todo eso, la Argentina llegó al descanso con una ventaja de 13-11, aunque luego todo se desbarataría. A los ocho minutos de la segunda etapa llegó a sacar una distancia de tres tantos (17-14), pero a partir de allí todo se diluyó. En los siguientes 15 minutos, Japón tuvo un parcial de 8-2 (19-22).

Así las cosas, Japón sí supo defender la ventaja, un mérito que no acuñó el equipo nacional. El camino hasta el final fue de gol por gol y la desesperación, la única aliada de la selección. Los goleadores del conjunto fueron Eric Gull y Martín Viscovich, ambos con seis.

"Entramos dormidos a jugar -señaló Andrés Kogovsek- y, cuando conseguimos levantar el partido, nos fuimos quedando hasta llegar a una diferencia difícil de descontar. Estamos muy mal, tirando para sacar la situación adelante."

El sueño de lograr la clasificación para la segunda etapa ya es imposible. Una victoria esta tarde, desde las 12.15, ante Australia (TyC Sports), no servirá para enderezar el rumbo. Tampoco lo haría, siquiera, un éxito mañana ante España, uno de los grandes equipos del torneo.

La suerte argentina está echada. La frustración se volvió a abrazar con este equipo, que tenía aspiraciones mucho más altas que este rápida cuenta final hacia el KO.



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