Mircko
20/01/2005, 15:31
Ansioso y bastante pesimista, el resto del mundo observará hoy la segunda asunción presidencial de George W. Bush con temor a que el hombre más poderoso del planeta haga más mal que bien.
Muchos líderes mundiales, marginados por la aislacionista política exterior de Bush y la guerra en Irak, hubieran preferido que el presidente perdiera en las elecciones de noviembre. Desde que triunfó, lo han instado a escuchar y a consultar más.
Por otro lado, entre la opinión pública, la desconfianza hacia la Casa Blanca se agudiza. El 47% de las personas encuestadas por la BBC en 21 países respondió que, a su juicio, la reelección de Bush hace que "el mundo sea un lugar más peligroso".
En Europa, esa cifra aumenta hasta el 58%, mientras que en América latina y los países árabes, Bush genera las peores consideraciones. El rechazo al presidente es del 79% en la Argentina; del 78%, en Brasil, y del 82%, en Turquía.
"Las impresiones negativas sobre Bush son elevadas", comentó a la BBC Steve Kull, director del Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales, que se encargó del sondeo. "Este panorama -añadió- es bastante sombrío para los Estados Unidos."
Desde Asia a Europa, los líderes están tratando de percibir señales de que Bush adoptará un criterio más "multilateral" en los desafíos que representan Irak, Medio Oriente, Irán y Corea del Norte, y en cuestiones como el comercio, el dólar y el medio ambiente.
"Pienso que 2005 debería significar un nuevo comienzo de nuestras relaciones, sobre la base de escucharse recíprocamente, mantener un diálogo más regular y respetarse mutuamente", expresó el canciller francés, Michel Barnier, reflejando la posición de la Unión Europea (UE).
Hay, de todas formas, algunos gestos alentadores. Bush y los líderes europeos que se opusieron a él respecto de la guerra en Irak han señalado que están dispuestos a dejar atrás sus diferencias. Y, en un claro indicio de que desea mejorar las relaciones con Europa, Bush visitará oficialmente Bruselas el mes próximo y pronto se reunirá, por separado, con el canciller alemán, Gerhard Schröder, y con el presidente francés, Jacques Chirac.
Guillaume Parmentier, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, indicó que el equipo de Bush se ha dado cuenta de que es difícil actuar sin el apoyo de los países aliados y que, por otra parte, la UE comprendió que no tenía alternativa excepto trabajar a la par de la única superpotencia mundial.
La promesa de la designada secretaria de Estado, Condoleezza Rice, de que "éste es el tiempo de la diplomacia" cala hondo en la UE.
Los conflictos
Lo que es menos probable es que las palabras se transformen en hechos y que llegue el momento de una genuina reconciliación. Washington y Bruselas superaron un conflicto legal sobre las dos principales compañías aeronáuticas del mundo, Boeing y Airbus, pero entre ellos persisten otras controversias.
Bush no muestra señales de que desee fortalecer el dólar pese a las protestas de la UE de que eso afectará sus exportaciones. Las discrepancias podrían persistir en el caso de Irak y hay pruebas clave por delante respecto de Irán y de la iniciativa para forjar la paz entre Israel y los palestinos.
Washington tiene una línea más dura que Bruselas en su empeño para asegurar que Irán no desarrolle armas nucleares. La UE pretende que durante el segundo mandato de Bush haya un mayor compromiso con el proceso de paz de Medio Oriente.
Además, existe un profundo resentimiento contra Bush en el mundo árabe, donde lo acusan de volcarse hacia Israel y lo critican por sus decisiones contra los Estados musulmanes en la lucha contra el terrorismo.
En Asia, Bush afronta diversos desafíos: cómo proceder frente a China y su pujante economía, y el programa nuclear de Corea del Norte.
Tampoco deben descuidarse los reclamos de otras regiones.
"América latina ciertamente no figuró de manera significativa en la agenda de Bush durante su primera gestión y tengo la impresión de que tampoco lo hará en su segundo mandato", expresó Andrés Rozental, director del Consejo Mexicano de Asuntos Exteriores, un centro de estudios políticos.
John Stremlau, director de relaciones internacionales de la Universidad de la Witwatersrand, de Johannesburgo, exhortó a Bush a respaldar las propuestas para aliviar la pobreza en Africa. Y reflejó una mezcla de esperanza y preocupación, una imagen frecuente en vísperas del comienzo del segundo mandato de Bush.
Por Timothy Heritage
De la agencia Reuters
Muchos líderes mundiales, marginados por la aislacionista política exterior de Bush y la guerra en Irak, hubieran preferido que el presidente perdiera en las elecciones de noviembre. Desde que triunfó, lo han instado a escuchar y a consultar más.
Por otro lado, entre la opinión pública, la desconfianza hacia la Casa Blanca se agudiza. El 47% de las personas encuestadas por la BBC en 21 países respondió que, a su juicio, la reelección de Bush hace que "el mundo sea un lugar más peligroso".
En Europa, esa cifra aumenta hasta el 58%, mientras que en América latina y los países árabes, Bush genera las peores consideraciones. El rechazo al presidente es del 79% en la Argentina; del 78%, en Brasil, y del 82%, en Turquía.
"Las impresiones negativas sobre Bush son elevadas", comentó a la BBC Steve Kull, director del Programa sobre Actitudes Políticas Internacionales, que se encargó del sondeo. "Este panorama -añadió- es bastante sombrío para los Estados Unidos."
Desde Asia a Europa, los líderes están tratando de percibir señales de que Bush adoptará un criterio más "multilateral" en los desafíos que representan Irak, Medio Oriente, Irán y Corea del Norte, y en cuestiones como el comercio, el dólar y el medio ambiente.
"Pienso que 2005 debería significar un nuevo comienzo de nuestras relaciones, sobre la base de escucharse recíprocamente, mantener un diálogo más regular y respetarse mutuamente", expresó el canciller francés, Michel Barnier, reflejando la posición de la Unión Europea (UE).
Hay, de todas formas, algunos gestos alentadores. Bush y los líderes europeos que se opusieron a él respecto de la guerra en Irak han señalado que están dispuestos a dejar atrás sus diferencias. Y, en un claro indicio de que desea mejorar las relaciones con Europa, Bush visitará oficialmente Bruselas el mes próximo y pronto se reunirá, por separado, con el canciller alemán, Gerhard Schröder, y con el presidente francés, Jacques Chirac.
Guillaume Parmentier, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, indicó que el equipo de Bush se ha dado cuenta de que es difícil actuar sin el apoyo de los países aliados y que, por otra parte, la UE comprendió que no tenía alternativa excepto trabajar a la par de la única superpotencia mundial.
La promesa de la designada secretaria de Estado, Condoleezza Rice, de que "éste es el tiempo de la diplomacia" cala hondo en la UE.
Los conflictos
Lo que es menos probable es que las palabras se transformen en hechos y que llegue el momento de una genuina reconciliación. Washington y Bruselas superaron un conflicto legal sobre las dos principales compañías aeronáuticas del mundo, Boeing y Airbus, pero entre ellos persisten otras controversias.
Bush no muestra señales de que desee fortalecer el dólar pese a las protestas de la UE de que eso afectará sus exportaciones. Las discrepancias podrían persistir en el caso de Irak y hay pruebas clave por delante respecto de Irán y de la iniciativa para forjar la paz entre Israel y los palestinos.
Washington tiene una línea más dura que Bruselas en su empeño para asegurar que Irán no desarrolle armas nucleares. La UE pretende que durante el segundo mandato de Bush haya un mayor compromiso con el proceso de paz de Medio Oriente.
Además, existe un profundo resentimiento contra Bush en el mundo árabe, donde lo acusan de volcarse hacia Israel y lo critican por sus decisiones contra los Estados musulmanes en la lucha contra el terrorismo.
En Asia, Bush afronta diversos desafíos: cómo proceder frente a China y su pujante economía, y el programa nuclear de Corea del Norte.
Tampoco deben descuidarse los reclamos de otras regiones.
"América latina ciertamente no figuró de manera significativa en la agenda de Bush durante su primera gestión y tengo la impresión de que tampoco lo hará en su segundo mandato", expresó Andrés Rozental, director del Consejo Mexicano de Asuntos Exteriores, un centro de estudios políticos.
John Stremlau, director de relaciones internacionales de la Universidad de la Witwatersrand, de Johannesburgo, exhortó a Bush a respaldar las propuestas para aliviar la pobreza en Africa. Y reflejó una mezcla de esperanza y preocupación, una imagen frecuente en vísperas del comienzo del segundo mandato de Bush.
Por Timothy Heritage
De la agencia Reuters