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Ver la versión completa : mi primer amor...turgueniev



laurap
24/08/2004, 21:40
Please, necesito un ensayo o más, sobre esta maravillosa obra de tugueniev (mi primer amor), se los pido de corazón es super super urgente... el que me ayude lo voy amar por siempre, ah y si lo han leido me gustaria saber sus opiniones... muchas gracias

dory
26/08/2004, 14:52
A través de la novela “El primer amor”, escrita en el año de 1869, es posible reencontrar la revolución que en el humano provoca la presencia del primer amor, suceso que nos permite concluir que el conocimiento que tene-mos de nosotros mismos en gran parte se lo debemos precisa-mente al primer amor, pues es este, el que nos hace tener con-ciencia de las sensaciones corpo-rales que nunca antes habíamos experimentado, ¿quién? si no, la atracción hacia aquel o aquella –dependiendo el caso- adolescente que nos hace aflo-rar los más sublimes sentimiento y también las más terribles sensaciones de coraje y celos. La primera vez que se despiertan los sentidos y nos confunden, generalmente (a casi todos nos pasó así) en este primer encuentro con el amor sólo usamos tres sentidos: vemos, oímos y olemos, y la utilización del tacto sólo será –tal vez- en un roce de la fingida casualidad, pero no pasará a más, el sentido del gusto formará parte de la imaginación. Así, con el primer amor ensayamos para después encontrarnos: unos, con el verdadero amor; otros, con el amor imposible, y otros más con el amor prohibido. Llegó el tiempo de descubrir el amor diferente, sí, diferente al amor familiar, el cariño para alguien que puede ser una persona totalmente extraña, ese sentimiento que es capaz de arrancar la más intensa y sublime ilusión y que paradójicamente a minuto pasado existe la posibilidad de despertar el odio, ante el descubrimiento de no ser correspondido, y luego el encuentro con el rechazo de sí mismo, la certeza de ser un o una idiota, el auto reproche se impone, y sin embargo en la mayoría no existe desilusión suficientemente grande como para quedarnos estacionados en el primer amor; aunque tal vez a algunos les pase como a Vladimir Pretóvich –pro-tagonista de “El primer amor”- a él sí le sucede, se queda soltero con el recuerdo de su gran amor y su “despertar jubiloso a la juventud”, con las imáge-nes de aquella hermosa joven de veintiún años, que teniendo él dieciséis, lo deja marcado para toda su vida. Él se enamora de la señorita Zinaida, y lo hace junto con cuatro hombres más que también la tienen como blanco de sus aspiraciones románticas, pero, ella tiene un amor secreto, lleno de pasión.En este libro hay un relato que no está escrito en detalle pero que transcurre paralelo a la historia escrita y que resulta ser otra vida que le da fuerza a la trama que leemos, la sugerencia del otro amor se da porque el autor hace que ese río subterráneo aflore, se asome de vez en cuando, y es lo bastante para darnos cuenta del peso de los detalles no escri-tos, los hechos escondidos en un mismo tiempo le dan sentido al proceder del joven enamorado. La fuerza del amor de Vladimir, quien en su sentir alter-nan el amor y el odio al no verse correspondido, es tanto que las ganas de matar a alguien surgen ins-tintivamente al descubrir que Zinaida, la chica de su “passia”, está enamorada de otro, y nos mantiene atentos para descubrir quién es el afortunado; al saber de quien se trata uno encuentra las razones del desprecio que tenía su madre a tan hermosa joven a quien Vladimir “devoraba con la mirada el fino talle de la muchacha, el cuello virginal, las lindas manos, el cabello rubio ligeramente alborotado bajo el pañuelillo blanco, los ojos entornados, de expre-sión inteligente y las pestañas que sombreaban la suave mejilla”.“El primer amor” describe también las relaciones entre una madre vulgar, que va por la vida con “demasiada sencillez” (razón por la cual le provoca repugnancia al jovenzuelo enamorado) y la hermosa chica: la señorita Zinaida Zasénika, de finos moda-les y porte excepcional, que se divierte con su club de enamorados, y con dulces juegos, coquetea y se regodea en esos amores que la purifican de su pasión escondida y pecaminosa. Nos presenta también la relación un tanto indiferente del muchacho con sus padres, casados por conveniencia, una mujer rica que compra un marido guapo diez años menor que ella.Disfruté de esta novela, por que me reencontré con los recuerdo de cuando me descubría a mí misma, del manifiesto del mundo que me rodeaba, de cuando se es capaz de disfrutar de una tristeza o de sentir culpa por una alegría, eso que forma parte de la nostalgia pero no necesariamente de la añoranza. Es una histo-ria con un final triste, pero a mí, me produjo una cas-cada de memorias. Es un libro escrito hace 141 años, pero, que como todos los buenos libros, es actual en su esencia, porque descubre la pureza y autentici-dad del sentir humano. Inevitablemente la reflexión del autor surge como algo casi propio: “¡Oh! Cuánto hubiera hecho si no hubiese perdido el tiempo en vano” [...] “¿Qué se ha cumplido de todo lo que esperaba? Y ahora, cuando las sombras crepusculares empiezan a cernirse ya sobre mi vida, ¿qué otra cosa me queda más lozana, más entrañable que los recuer-dos de aquella tormenta matinal de primavera que tan fugazmente pasó?”Nota: Me parece interesante la descripción del autor, en algún momento del relato, sobre la muchacha, a quien describe con un cuadro de anemia donde se presenta una de las costumbres de algunos anémi-cos: comer hielos. Que entre otras cosas, también se les antojan el gis, la tierra mojada y los tama-rindos (las “picas” de los anémicos) que nos hace tener conciencia de las sensaciones corporales que nunca antes había-mos experimentado.Ensayando conel primer amorDescubrimiento de uno mismoAngélica López Gándara

dory
26/08/2004, 14:54
Ivan Turgueniev(1818-1883)
Escritor ruso, considerado como el principal estilista de la literatura rusa; sus novelas, poemas y obras teatrales se caracterizan por una elegante ejecución, una gran lucidez y una ideología liberal. Nació el 9 de noviembre de 1818, en Orel, en Rusia central y estudió en las universidades de San Petersburgo y Berlín. Pudo observar desde su niñez, cuando vivía en las tierras de su familia, el sufrimiento de la clase trabajadora y los malos tratos a los que estaba sometida. Estos abusos, muy arraigados en el sistema social ruso, se convirtieron en tema recurrente de sus obras. Antes de dedicarse por completo a la literatura, trabajó durante un tiempo como funcionario gubernamental en San Petersburgo. Su primer trabajo publicado, el extenso poema Parasha (1843), tuvo una buena acogida entre la crítica literaria. En los años siguientes, la aparición de varias obras más le consagraron como el escritor ruso más significativo de su época. Participó en el enfrentamiento ideológico que surgió entre dos grupos de intelectuales, llamados respectivamente occidentalizantes y eslavófilos. Los primeros animaban a los rusos a que se incorporaran a Europa Occidental, con el fin de que pudieran participar de las mejoras en su nivel de vida que ello conllevaría. Los segundos, en cambio, extremadamente ortodoxos, reivindicaban las tradiciones más arraigadas de Rusia y pensaban que debían permanecer a salvo de cualquier influencia externa. Turguénev simpatizaba claramente con los occidentalizantes y, de hecho, pasó largos periodos de tiempo fuera de Rusia, en compañía de la célebre cantante de ópera Pauline Viardot-Garcia, con la que vivió una apasionada historia de amor. A partir de 1871 vivió en París, donde entró en contacto con otros escritores, como George Sand, Gustave Flaubert, Émile Zola y Henry James. Entre su producción se cuentan numerosas obras de teatro, relatos, novelas y apuntes no narrativos. Publicó gran cantidad de poemas y apuntes en prosa antes de la aparición de su primer libro, Relatos de un cazador (1852), una colección de relatos sobre la vida rural rusa. De las muchas obras teatrales que escribió en los inicios de su carrera, la mejor es probablemente Un mes en el campo (1855), un cortés aunque profundo estudio de la vida de la aristocracia, que continúa representándose en la actualidad. De sus relatos y novelas cortas destacan, Primer amor (1860) y Torrentes de primavera (1872), por sus bellas evocaciones líricas, aunque pesimistas, del amor. Entre sus novelas propiamente dichas se pueden citar La víspera (1860) y Humo (1867), sendos retratos de jóvenes apasionadas y de sus tempestuosas historias de amor. En la mejor de sus novelas, Padres e hijos (1862), Turguénev da nombre, define y analiza el nihilismo filosófico; Bazarov, el protagonista de la novela, es un joven revolucionario e idealista, estudiante universitario a pesar de su origen humilde, que lucha por la libertad universal, pero que está destinado a una vida trágica. El autor compartía hasta cierto punto las ideas de su personaje, aunque opinaba que los cambios han de producirse gradualmente, y no a través de una revolución. Murió el 3 de septiembre de 1883 en Bougival

“PRIMER AMOR”
Con El primer amor, joya de las distancias cortas, Turguéniev narra la pérdida de la, por otra parte imposible, inocencia del adolescente Vladimir, subyugado, desde la primera visita de cortesía, por su vecina de dacha, la arruinada y extravagante princesa Zinaida, durante un verano de tempestades internas y crueles revelaciones. «Sería incapaz de expresar el sentimiento que experimentaba entonces. No quisiera volver a pasar por él; pero me consideraría infeliz si no lo hubiera experimentado nunca». A la par que descubre el tormento de amar en vano, Vladimir se sitúa en el centro de una intriga cuyo desvelamiento hará saltar en pedazos su frágil universo infantil y la inexistente armonía del núcleo familiar... Pues El primer amor narra, asimismo, el conflicto entre padres e hijos en una Rusia donde conviven el refinamiento afrancesado y la barbarie social. Traiciones, desaliento, heridas que la vida no cicatrizará jamás... El primer amor es una obra maestra de la lucidez, un cuento cruel sobre los mecanismos del deseo y las relaciones de poder en el campo no baldío de las relaciones amorosas. Más que una educación sentimental, Turguéniev construyó con su Primer amor una suerte de «desmoronamiento sentimental». Algo que conoció, y sufrió, desde sus primerísimos días de juventud.