jerezca
04/08/2004, 15:50
Una Venezolana acostumbrada a la buena vida y a utilizar siempre su tarjeta de rédito o sacar plata del cajero, viaja a los EEUU a visitar a dos amigas que vivían en Miami, ya hacía un tiempo. Las tres chicas se fueron a un club nocturno para señoritas y estaban que
disfrutaban de lo lindo tomándose unos tragos, cotorreando y chismeando, cuando de repente en el escenario como parte del espectáculo desde atrás del telón, salió un perfecto ejemplar de fisonomía masculina y empezó a bailar contorneándose cual tigre de
bengala en busca de su presa. Mientras el sudor se deslizaba por su musculoso cuerpo bronceado, este afrodisíaco Dios griego se fue quitando una a una las prendas que vestía, y hubiera quedado con todas sus bondades al descubierto de no ser por una pequeñísima prenda que a la vez era suficientemente grande para cubrir la más portentosa de sus virilidades.
Aquel sexy grupo de músculos coronados por un hermoso rostro se acerco a donde estaban las tres chicas y dándose la vuelta empezó a hacer vibrar su trasero de tal forma que las chicas ya no cabían en si, una de ellas ya no aguanto, sacó un billete de $10 lo mojó con saliva y se lo pego al adonis en la nalga izquierda mientras se la acariciaba; la recién llegada de Venezuela observaba asombrada y pensaba que ella no sería capaz de hacerlo. La otra hizo exactamente lo mismo que la primera, pero esta vez en la nalga derecha con un billete de $50 además dándole un besito en la respectiva nalga.
La Venezolana pensativa al ver que era su turno y no pudiendo despegar la mirada de esas nalgas vibrantes, rápidamente sacó su tarjeta de crédito, se la pasó al chico por la raja y retiró los 60 dólares.
disfrutaban de lo lindo tomándose unos tragos, cotorreando y chismeando, cuando de repente en el escenario como parte del espectáculo desde atrás del telón, salió un perfecto ejemplar de fisonomía masculina y empezó a bailar contorneándose cual tigre de
bengala en busca de su presa. Mientras el sudor se deslizaba por su musculoso cuerpo bronceado, este afrodisíaco Dios griego se fue quitando una a una las prendas que vestía, y hubiera quedado con todas sus bondades al descubierto de no ser por una pequeñísima prenda que a la vez era suficientemente grande para cubrir la más portentosa de sus virilidades.
Aquel sexy grupo de músculos coronados por un hermoso rostro se acerco a donde estaban las tres chicas y dándose la vuelta empezó a hacer vibrar su trasero de tal forma que las chicas ya no cabían en si, una de ellas ya no aguanto, sacó un billete de $10 lo mojó con saliva y se lo pego al adonis en la nalga izquierda mientras se la acariciaba; la recién llegada de Venezuela observaba asombrada y pensaba que ella no sería capaz de hacerlo. La otra hizo exactamente lo mismo que la primera, pero esta vez en la nalga derecha con un billete de $50 además dándole un besito en la respectiva nalga.
La Venezolana pensativa al ver que era su turno y no pudiendo despegar la mirada de esas nalgas vibrantes, rápidamente sacó su tarjeta de crédito, se la pasó al chico por la raja y retiró los 60 dólares.