Xandre-2
19/07/2004, 20:34
Lo que sucede en la vida, el ocurrir de cada día, creo yo, enseña a cómo afrontarla, a cómo enfrentarla... Lo malo está en cómo uno aprende a hacerlo.
La vida castiga, azota, pega. La vida obliga, sobre todo cuando se vive o se empieza a vivir precozmente, lo que no se debe, pero llega.
Cuando se es inexperto, cuando uno es preso de la inexperiencia, se cometen errores de las que uno nunca se arrepiente o de las que cuesta mucho arrepentirse y pedir perdón.
En mí ronda la inseguridad, en mi vive la desdicha, dormida pero queriendo despertar.
Cuando se es pequeño, cuando se es adolescente, niño; a veces se peca mucho de inocente, una inocencia pura, de la que alguien amigablemente se aprovecha. Uno, idiota, caemos en la trampa, de la cual desesperados no podemos huir, nos rendimos, luego v´citimas somos de la burla, el punto de conversa.
Porque no vuelva a suceder uno crea una barrera, una muralla, comenzamos a vivir a la defensiva y con sed de venganza, y a la ofensiva, arrasando con cualquiera q se cruce, con todo lo que se atraviese, un error. Cómo saber si hacemos bien o cómo saber lo que está mal. Llegamos al punto de que causar daño nos es agradable, que es como el pan de cada día. uno no mide las consecuencias. Uno disfruta, pero también se sufre. Pero uno se vuelve adicto, nos realimentamos, mientras más sufría más disfrutaba causar daño. Por la noches lloré por los q me lloraron, por las mañanas atacaba por haber llorado.
No sé, soy masoquista, talvez lo fuí. Me costó mucho aceptar, reconocer q actuaba mal. No fue solo, no podría solo. Talvez es cierto que existe un Dios, uno capaz de ponerte un hasta acá. ¿Cómo lo hizo?, con la misma moneda, una sola persona de muchas, tuvo q ser ella, a la que talvez sería mi nueva víctima, no lo fue, la víctima fui yo. No le podía causar daño, no podía hacerlo, ella sí pudo.
¿Cómo puede una sola persona cambiar tanto a otra?, ¿lograr vulnerar todas las barreras?
Fue bonito lo que vivimos, fue intenso lo que disfrutamos, pero una vez más las tentaciones, una vez más mis errores, me castigaron, y lo hicieron grave, la alejaron de mi. me dolió.
Pero Dios es grande, traté de cambiar mi actuar, en mis nuevos estudios me mostré renovado, uno nuevo de vuelta, me premió Dios, me la devolvió de nuevo.
Así como recompensa, también reprende...
Fueron nuevamente mis errores, la que la alejaron de mi, pero esta vez para siempre. Fue grave lo que hice, pues Dios se enojó mucho conmigo, que no le bastó con ella, me quitó tambien uns er querido.
Me cuesta mucho aceptar, me cuesta mucho comprender, por ello vivo hoy confundido, trato de disimularlo, hay gente que se da cuenta. Trato de cambiar, trato de hacerlo nuevamente, pero esta vez corréctamente. No lo hago bien, o hago algo mal, pues soy castigado de nuevo, aunque talvéz sea un premio, no lo sé, no habría el por qué.
Pero si es castigo, es el peor de todos, y si es recompensa, es la más maravillosa de todas, pues me la devuelve a la vez que me la aleja más, mucho más... un fruto de ambos, nuestro...çUn fruto que no puedo saborear.
Q nunca más lleve bajo las lunas de mis pupilas...
La vida castiga, azota, pega. La vida obliga, sobre todo cuando se vive o se empieza a vivir precozmente, lo que no se debe, pero llega.
Cuando se es inexperto, cuando uno es preso de la inexperiencia, se cometen errores de las que uno nunca se arrepiente o de las que cuesta mucho arrepentirse y pedir perdón.
En mí ronda la inseguridad, en mi vive la desdicha, dormida pero queriendo despertar.
Cuando se es pequeño, cuando se es adolescente, niño; a veces se peca mucho de inocente, una inocencia pura, de la que alguien amigablemente se aprovecha. Uno, idiota, caemos en la trampa, de la cual desesperados no podemos huir, nos rendimos, luego v´citimas somos de la burla, el punto de conversa.
Porque no vuelva a suceder uno crea una barrera, una muralla, comenzamos a vivir a la defensiva y con sed de venganza, y a la ofensiva, arrasando con cualquiera q se cruce, con todo lo que se atraviese, un error. Cómo saber si hacemos bien o cómo saber lo que está mal. Llegamos al punto de que causar daño nos es agradable, que es como el pan de cada día. uno no mide las consecuencias. Uno disfruta, pero también se sufre. Pero uno se vuelve adicto, nos realimentamos, mientras más sufría más disfrutaba causar daño. Por la noches lloré por los q me lloraron, por las mañanas atacaba por haber llorado.
No sé, soy masoquista, talvez lo fuí. Me costó mucho aceptar, reconocer q actuaba mal. No fue solo, no podría solo. Talvez es cierto que existe un Dios, uno capaz de ponerte un hasta acá. ¿Cómo lo hizo?, con la misma moneda, una sola persona de muchas, tuvo q ser ella, a la que talvez sería mi nueva víctima, no lo fue, la víctima fui yo. No le podía causar daño, no podía hacerlo, ella sí pudo.
¿Cómo puede una sola persona cambiar tanto a otra?, ¿lograr vulnerar todas las barreras?
Fue bonito lo que vivimos, fue intenso lo que disfrutamos, pero una vez más las tentaciones, una vez más mis errores, me castigaron, y lo hicieron grave, la alejaron de mi. me dolió.
Pero Dios es grande, traté de cambiar mi actuar, en mis nuevos estudios me mostré renovado, uno nuevo de vuelta, me premió Dios, me la devolvió de nuevo.
Así como recompensa, también reprende...
Fueron nuevamente mis errores, la que la alejaron de mi, pero esta vez para siempre. Fue grave lo que hice, pues Dios se enojó mucho conmigo, que no le bastó con ella, me quitó tambien uns er querido.
Me cuesta mucho aceptar, me cuesta mucho comprender, por ello vivo hoy confundido, trato de disimularlo, hay gente que se da cuenta. Trato de cambiar, trato de hacerlo nuevamente, pero esta vez corréctamente. No lo hago bien, o hago algo mal, pues soy castigado de nuevo, aunque talvéz sea un premio, no lo sé, no habría el por qué.
Pero si es castigo, es el peor de todos, y si es recompensa, es la más maravillosa de todas, pues me la devuelve a la vez que me la aleja más, mucho más... un fruto de ambos, nuestro...çUn fruto que no puedo saborear.
Q nunca más lleve bajo las lunas de mis pupilas...