oaguero
29/06/2004, 19:13
Las tres gemas
El Sultán Saladino, teninendo necesidad de dinero en su afán por conquistar Europa, decidió ponerle una trampa a un viejo judío que vivía en la sometida ciudad de Jerusalén, y por tanto era su súbdito.
Mandó, pues, llamarlo a su presencia, y le preguntó
- ¿cuál era, según su parecer, la Mejor Religión?
"Si dice la judía", pensaba aquél infeliz, "yo le diré que peca contra mi fe; si dice la Sarracena, yo le diré: Entonces ¿por qué practicas tú la Judía?; y si dice la Cristiana, lo acusaré de espía de los cruzados y confiscaré sus bienes".
Pero escuchando la pregunta del soberano, aquél tal, que no era tonto, le respondió así:
- Señor, hubo una vez un padre de familia que tenía tres hijos muy queridos.
Y tenía en su poder un anillo bellísimo, adornado con una gema preciosa, la mejor gema de su clase que existe en el mundo.
Estos hijos suyos, cada uno le rogaba que a su muerte le dejase a él aquella joya preciosa; por lo tanto el padre deseoso de contentarlos, mandó secretamente por el mejor orfebre del reino. Y le dijo:
- "Maestro tú tienes que hacerme dos anillos semejantes en todo a éste.
Con una gema idéntica en cada uno".
- Es un reto muy difícil --contestó el orfebre-- pero lo intentaré.
Al cabo de unos meses el orfebre retornó con dos anillos tan iguales al primero que nadie podía conocer cuál era el auténtico: nadie sino solo el padre. Entonces el padre mandó llamar a los hijos, uno por uno, y a cada uno le entregó secretamente un anillo; de modo que cada uno creyó que tenía el auténtico y ninguno sabía cual era el original sino el padre.
Así es con la FE, Oh Sultán. La FE que precede de Abraham la poseen tres de sus hijos: los Judíos, los Cristianos y los Musulmanes. El Padre que la dió a sus hijos, sabe bien cuál es la mejor. Pero los hijos, que somos nosotros, cada uno cree tener aquella buena; y el Padre sonríe a todos y quiere que cada uno lleve en el dedo aquel anillo que le ha dado.
El Sultán Saladino, tuvo que dejar ir a aquel sabio judío, que sin ser irrespetuoso ni fanático, le habiá dado una gran lección.
Óscar Elías. http://www.gifmania.com/hombres/medievales/hum08.gif
El Sultán Saladino, teninendo necesidad de dinero en su afán por conquistar Europa, decidió ponerle una trampa a un viejo judío que vivía en la sometida ciudad de Jerusalén, y por tanto era su súbdito.
Mandó, pues, llamarlo a su presencia, y le preguntó
- ¿cuál era, según su parecer, la Mejor Religión?
"Si dice la judía", pensaba aquél infeliz, "yo le diré que peca contra mi fe; si dice la Sarracena, yo le diré: Entonces ¿por qué practicas tú la Judía?; y si dice la Cristiana, lo acusaré de espía de los cruzados y confiscaré sus bienes".
Pero escuchando la pregunta del soberano, aquél tal, que no era tonto, le respondió así:
- Señor, hubo una vez un padre de familia que tenía tres hijos muy queridos.
Y tenía en su poder un anillo bellísimo, adornado con una gema preciosa, la mejor gema de su clase que existe en el mundo.
Estos hijos suyos, cada uno le rogaba que a su muerte le dejase a él aquella joya preciosa; por lo tanto el padre deseoso de contentarlos, mandó secretamente por el mejor orfebre del reino. Y le dijo:
- "Maestro tú tienes que hacerme dos anillos semejantes en todo a éste.
Con una gema idéntica en cada uno".
- Es un reto muy difícil --contestó el orfebre-- pero lo intentaré.
Al cabo de unos meses el orfebre retornó con dos anillos tan iguales al primero que nadie podía conocer cuál era el auténtico: nadie sino solo el padre. Entonces el padre mandó llamar a los hijos, uno por uno, y a cada uno le entregó secretamente un anillo; de modo que cada uno creyó que tenía el auténtico y ninguno sabía cual era el original sino el padre.
Así es con la FE, Oh Sultán. La FE que precede de Abraham la poseen tres de sus hijos: los Judíos, los Cristianos y los Musulmanes. El Padre que la dió a sus hijos, sabe bien cuál es la mejor. Pero los hijos, que somos nosotros, cada uno cree tener aquella buena; y el Padre sonríe a todos y quiere que cada uno lleve en el dedo aquel anillo que le ha dado.
El Sultán Saladino, tuvo que dejar ir a aquel sabio judío, que sin ser irrespetuoso ni fanático, le habiá dado una gran lección.
Óscar Elías. http://www.gifmania.com/hombres/medievales/hum08.gif