jerezca
15/06/2004, 11:45
Se acerca la madre a la cama de su hijo parapléjico, y le dice: - ¡Hijito, te tengo buenas noticias: encontramos un ungüento que una hora después de untado, te devolverá la salud! - ¡NOOO! ¡¿EN SERIO, MAA?! - Sí, mi amor, ven para ponértelo... Y la madre embarra el ungüento por todo el insensible cuerpo de su hijo. Al rato: - Mami, ¿ya? - No, mi rey, apenas han pasado veinte minutos. - ¡Uy, qué feliz soy! Voy a poder correr y comer solito... Al rato: - ¿Ya, mami? - No, amorcito, faltan quince minutos, - ¡Ay, es que no puedo esperar para levantarme, jugar, caminar...! ¡Ay, mami, qué dicha! - Sí, mi amor, pero hay que tener paciencia. - Sí, ma. Al rato: - ¡Ya, mi amor! YA ES HORA... Entonces, el chiquillo se apoya en la cama, pone los piecitos en el piso, y al intentar levantarse, ¡ZAPLACATA! se revienta contra el piso. Llorando, mira a su madre, y ella le dice: - Ay, amorcito, ¡Feliz día de los Inocentes!