El Golem
21/05/2004, 06:00
Hola:
Os planteo directamente el caso de una persona muy allegada a mí.
Esta persona, tiene una inteligencia superior a la media; por lo menos, en cuanto a capacidad de análisis, tanto como en cuanto a uso de la lógica, digamos, racional.
Pero todo cambia cuando entran en juego las emociones; yo diría que carece de “madurez emocional”.
Es una persona que miente ocasionalmente, de manera no constante, pero cuando lo hace, es de una forma sumamente elaborada. Normalmente, su mentira tiene como fin el desprestigio de un tercero, resultando ser ella la presunta víctima (de los falsos hechos de que acusa).
Por otro lado, no cede un ápice cuando se descubre su mentira: la sigue sosteniendo. (Yo diría que llega a auto convencerse totalmente de algunas de sus mentiras).
Y pregunto:
¿Es éste un caso típico de pseudología fantástica?...
¿Puede ser lo que os he narrado un simple indicador de alguna otra alteración de la conducta?...
¿Podría radicar el origen en las consecuencias psicológicas de su obesidad infantil?... (Ya sabéis: “estás gordita”, burlas infantiles, “no comas tanto”, dietas excesivamente estrictas para una niña...). Obesidad que, por otro lado, sigue padeciendo.
Y, como ya dije, es una persona muy inteligente; utiliza la gramática de forma sobresaliente, siendo impecable su sintaxis. Además del bachillerato superior, ha completado otros estudios de grado medio, sin dificultad. Paradójica y curiosamente, ha fallado estrepitosamente cada vez que ha tenido que enfrentarse a algún test cultural sencillo, de nivel muy básico, ya sea en oposiciones o pruebas de acceso. ¿Podría ser ello, en alguna manera, otro indicador de su alteración?...
Saludos cordiales.
Os planteo directamente el caso de una persona muy allegada a mí.
Esta persona, tiene una inteligencia superior a la media; por lo menos, en cuanto a capacidad de análisis, tanto como en cuanto a uso de la lógica, digamos, racional.
Pero todo cambia cuando entran en juego las emociones; yo diría que carece de “madurez emocional”.
Es una persona que miente ocasionalmente, de manera no constante, pero cuando lo hace, es de una forma sumamente elaborada. Normalmente, su mentira tiene como fin el desprestigio de un tercero, resultando ser ella la presunta víctima (de los falsos hechos de que acusa).
Por otro lado, no cede un ápice cuando se descubre su mentira: la sigue sosteniendo. (Yo diría que llega a auto convencerse totalmente de algunas de sus mentiras).
Y pregunto:
¿Es éste un caso típico de pseudología fantástica?...
¿Puede ser lo que os he narrado un simple indicador de alguna otra alteración de la conducta?...
¿Podría radicar el origen en las consecuencias psicológicas de su obesidad infantil?... (Ya sabéis: “estás gordita”, burlas infantiles, “no comas tanto”, dietas excesivamente estrictas para una niña...). Obesidad que, por otro lado, sigue padeciendo.
Y, como ya dije, es una persona muy inteligente; utiliza la gramática de forma sobresaliente, siendo impecable su sintaxis. Además del bachillerato superior, ha completado otros estudios de grado medio, sin dificultad. Paradójica y curiosamente, ha fallado estrepitosamente cada vez que ha tenido que enfrentarse a algún test cultural sencillo, de nivel muy básico, ya sea en oposiciones o pruebas de acceso. ¿Podría ser ello, en alguna manera, otro indicador de su alteración?...
Saludos cordiales.