gabriela isabel
18/05/2004, 09:52
MENSAJES FEMENINOS
El marido llega a la casa a las seis de la tarde y le dice
a su esposa que tenía una reunión de trabajo a las diez
de la noche,pero que él no iría, ya que eso le parecía
un abuso.
Pero la mujer,preocupada por su marido,lo convence
de que el trabajo es importante.
Entonces, el marido se va a pegar una ducha para estar listo, y
piensa:"Fue fácil engañarla".
Como toda mujer, cuando el hombre entra al baño, le revisa las
cosas: billetera, maletín, bolsillos del saco, etc. y le encuentra
un papel que tenía escrito: "Mi amor, te estoy esperando para
comernos el pavo con salsa blanca que hablamos".
La mujer coloca el papel de donde lo había sacado, y cuando el
marido sale del baño, encuentra a su mujer con una ropa sensual y toda fogosa.
El marido se pone como loco, no pierde tiempo y ¡hacen el amor como en los viejos tiempos!...
Cuando terminan, el tipo, medio muerto, se queda dormido.
Cuando va llegando la hora, la mujer lo despierta, pero él no
quiere saber nada de la reunión, pero finalmente ella lo convence.
Al llegar a la casa de su amante, el marido, aún cansado, le dice a su amante
que había trabajado mucho y que sólo tomaría un baño
y descansaría un poco.
Al entrar al baño, la amante (como toda mujer) le revisa los
bolsillos del saco, y encuentra un papel que tenía escrito:
"Ahí te mando el pavo, pero la salsa blanca quedó en casa".
El marido llega a la casa a las seis de la tarde y le dice
a su esposa que tenía una reunión de trabajo a las diez
de la noche,pero que él no iría, ya que eso le parecía
un abuso.
Pero la mujer,preocupada por su marido,lo convence
de que el trabajo es importante.
Entonces, el marido se va a pegar una ducha para estar listo, y
piensa:"Fue fácil engañarla".
Como toda mujer, cuando el hombre entra al baño, le revisa las
cosas: billetera, maletín, bolsillos del saco, etc. y le encuentra
un papel que tenía escrito: "Mi amor, te estoy esperando para
comernos el pavo con salsa blanca que hablamos".
La mujer coloca el papel de donde lo había sacado, y cuando el
marido sale del baño, encuentra a su mujer con una ropa sensual y toda fogosa.
El marido se pone como loco, no pierde tiempo y ¡hacen el amor como en los viejos tiempos!...
Cuando terminan, el tipo, medio muerto, se queda dormido.
Cuando va llegando la hora, la mujer lo despierta, pero él no
quiere saber nada de la reunión, pero finalmente ella lo convence.
Al llegar a la casa de su amante, el marido, aún cansado, le dice a su amante
que había trabajado mucho y que sólo tomaría un baño
y descansaría un poco.
Al entrar al baño, la amante (como toda mujer) le revisa los
bolsillos del saco, y encuentra un papel que tenía escrito:
"Ahí te mando el pavo, pero la salsa blanca quedó en casa".