Shetland
03/05/2004, 13:43
<center>Cerrando Círculos de Paulo Cohelo
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si
insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario,
pierdes la alegría y el sentido del resto.
O cerrando puertas. O cerrando capítulos. Como quiera llamarlo. Lo
importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder dejar ir
momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en
esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de su presente 'revolcándose' en los
porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué
sucedió tal o cuál hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su
amigo, sus hijos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando
capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de
la vida y seguir para adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera
preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió.
Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños
eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas
inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado
a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a
veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir
recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper,
documentos por tirar, libros por vender o regalar.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de
superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega
con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay
que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que
tenemos en el presente. El pasado ya pasó.
No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere
que 'alguna vez se den cuenta de quién es usted'. Suelte. El
resentimiento, el prender 'su televisor' personal para darle y darle
al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente,
envenenarlo, amargarlo. La vida está para adelante, nunca para
atrás.
Porque si usted anda por la vida dejando 'puertas abiertas', por si
acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de 'regresar'
(¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron,
silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora,
hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos.
Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni
por soberbia sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en
ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en
ese oficio, usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace
tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.
Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el
mismo ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida
nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por
usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que
nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un
trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este
mundo 'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto es 'costumbre' vivir
pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el
adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de
aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, le
repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre,
apego, necesidad.
Pero... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase,
sacuda, suelte... Hay tantas palabras para significar salud mental y
cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a
seguir para adelante con tranquilidad.
¡Esa es la vida!</center>
Fuente..>> (http://www2.monografias.com/perl/showprofile.pl?Cat=&User=super_alen&Number=79814&Board=monopoesia&what=showflat&page=0&view=collapsed&sb=5&part=1&vc=1)
<font color=white>SHETLAND</font color=white>
¿Qué impide decir la verdad con humor?
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si
insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario,
pierdes la alegría y el sentido del resto.
O cerrando puertas. O cerrando capítulos. Como quiera llamarlo. Lo
importante es poder cerrarlos. Lo importante es poder dejar ir
momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en
esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó?
Puede pasarse mucho tiempo de su presente 'revolcándose' en los
porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué
sucedió tal o cuál hecho.
El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su
amigo, sus hijos, todos y todas estamos abocados a ir cerrando
capítulos. A pasar la hoja. A terminar con etapas o con momentos de
la vida y seguir para adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera
preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió.
Y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños
eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas
inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado
a nosotros. No. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a
veces es tan importante romper fotos, quemar cartas, destruir
recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa. Papeles por romper,
documentos por tirar, libros por vender o regalar.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de
superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega
con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay
que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que
tenemos en el presente. El pasado ya pasó.
No espere que le devuelvan, no espere que le reconozcan, no espere
que 'alguna vez se den cuenta de quién es usted'. Suelte. El
resentimiento, el prender 'su televisor' personal para darle y darle
al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente,
envenenarlo, amargarlo. La vida está para adelante, nunca para
atrás.
Porque si usted anda por la vida dejando 'puertas abiertas', por si
acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.
Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de 'regresar'
(¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron,
silencios que lo invadieron. ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora,
hágalo! Si no, déjelo ir, cierre capítulos.
Dígase a usted mismo que no, que no vuelve. Pero no por orgullo ni
por soberbia sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en
ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en
ese oficio, usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace
tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a que volver.
Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el
mismo ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida
nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por
usted mismo desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que
nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un
trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este
mundo 'llegó' sin ese adhesivo, por lo tanto es 'costumbre' vivir
pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el
adhesivo humano o físico que hoy le duele dejar ir. Es un proceso de
aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr porque, le
repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre,
apego, necesidad.
Pero... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase,
sacuda, suelte... Hay tantas palabras para significar salud mental y
cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a
seguir para adelante con tranquilidad.
¡Esa es la vida!</center>
Fuente..>> (http://www2.monografias.com/perl/showprofile.pl?Cat=&User=super_alen&Number=79814&Board=monopoesia&what=showflat&page=0&view=collapsed&sb=5&part=1&vc=1)
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¿Qué impide decir la verdad con humor?