tulipan
01/04/2004, 10:10
Tres funcionarios de un banco
La jefa de depósitos
La jefa de cuentas corrientes y
El gerente de la sucursal
iban cruzando el parque camino a un restaurante cuando se encontraron con una lámpara antigua.
La jefa de cuentas corrientes la alzó del suelo, y al frotarla aparecio (por su puesto, como es costumbre y como debe ser) el famoso genio, que, sin más, dijo:
"Por lo general concedo tres deseos cada vez que me liberan.
Por lo tanto, y en este caso, será un deseo para cada uno de ustedes".
"¡Yo primero, yo primero!", exclamó la jefa de cuentas corrientes.
Como, al fin y al cabo, fue ella quien había recogido y frotado la lámpara, los otros dos consintieron, y entonces ella pidió:
"Quiero estar en Bahamas, navegando en un crucero y sin tener que rendirle cuentas a nadie".
Y, ¡puf!, la mujer desapareció hacia Bahamas.
"¡Ahora yo, ahora yo!, exclamó la jefa de depósitos.
Por aquello de 'las damas primero', el gerente de la sucursal consintió, y la jefa de depósitos pidió;
"Quiero estar en Cancún, en un yate mío, privado, y acompañada de un bello joven".
Y, ¡puf!, la mujer desapareció hacia Cancún.
"Ahora es su turno", le dijo el genio al gerente.
"¡Quiero a esas dos locas en mi oficina apenas termine el horario del almuerzo!".
Moraleja: deja siempre que tu jefe hable primero.
La Tulipan...
Guerrière jusq´à la fin ...!!!
La jefa de depósitos
La jefa de cuentas corrientes y
El gerente de la sucursal
iban cruzando el parque camino a un restaurante cuando se encontraron con una lámpara antigua.
La jefa de cuentas corrientes la alzó del suelo, y al frotarla aparecio (por su puesto, como es costumbre y como debe ser) el famoso genio, que, sin más, dijo:
"Por lo general concedo tres deseos cada vez que me liberan.
Por lo tanto, y en este caso, será un deseo para cada uno de ustedes".
"¡Yo primero, yo primero!", exclamó la jefa de cuentas corrientes.
Como, al fin y al cabo, fue ella quien había recogido y frotado la lámpara, los otros dos consintieron, y entonces ella pidió:
"Quiero estar en Bahamas, navegando en un crucero y sin tener que rendirle cuentas a nadie".
Y, ¡puf!, la mujer desapareció hacia Bahamas.
"¡Ahora yo, ahora yo!, exclamó la jefa de depósitos.
Por aquello de 'las damas primero', el gerente de la sucursal consintió, y la jefa de depósitos pidió;
"Quiero estar en Cancún, en un yate mío, privado, y acompañada de un bello joven".
Y, ¡puf!, la mujer desapareció hacia Cancún.
"Ahora es su turno", le dijo el genio al gerente.
"¡Quiero a esas dos locas en mi oficina apenas termine el horario del almuerzo!".
Moraleja: deja siempre que tu jefe hable primero.
La Tulipan...
Guerrière jusq´à la fin ...!!!