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Ver la versión completa : Leyenda: Amor Ciego y Locura



poli
15/01/2004, 10:16
Saben, lo encontre tan hermoso, que pense que seria una pena no compartirlo. aqui les va...


LEYENDA: AMOR CIEGO Y LOCURA


En el comienzo de los tiempos, se reunieron en la Tierra todos los sentimientos y cualidades del Hombre.
Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la
locura les propuso: "Vamos a jugar a las escondidas"... Y nadie sabia lo que era eso.
La primera en preguntar fue la curiosidad. La intriga levanto la ceja y la locura les explico: "Es un juego. Yo cuento hasta cien y ustedes se esconden."
La verdad prefirió no esconderse, total para que, si al final siempre la encuentran.
La soberbia opino que era un juego muy tonto, aunque en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella.
La cobardía prefirió no arriesgarse . . .La locura empezó a contar: "1, 2, 3..."La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre se dejo caer tras la primera piedra del camino.
La fe subió al cielo. La envidia se escondió tras la sombra del triunfo, que con su propio esfuerzo había subido a la copa del árbol mas alto.
La generosidad casi no alcanzaba a esconderse porque cada lugar le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. El egoísmo en cambio encontró un lugar muy bueno, sentado, cómodo, pero claro, solo para el.
La mentira se escondió en el fondo de los océanos, mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris.
La pasión y el deseo se escondieron en el centro de los volcanes.
La locura seguía contando: ". . . 98, 99." Y el amor no había encontrado todavía un lugar hasta que finalmente vio un rosal; enternecido decidió esconderse entre las rosas. ". . . 100", contó la locura y empezó a buscar.
La primera en aparecer fue la pereza que estaba a dos pasos.
Después se escucho a la fe discutiendo con Dios sobre teología.
A la pasión y al deseo los sitio porque vibraban los volcanes. En un descuido encontró a la envidia y claro así pudo enseguida deducir donde estaba el triunfo. La envidia a la sombra del triunfo.
El egoísmo no tuvo ni que buscarlo porque salió corriendo solito; su escondite era un nido de avispas.
La duda estaba sentada sobre un muro, porque no se había decidido de que lado esconderse.
Encontró a todos, pero el amor no aparecía por ningún sitio. La locura busco por todas partes. Detrás de cada árbol, de los arroyos, en la cima de las montañas y cuando ya casi se daba por vencida, vio el rosal y pensó que el amor podría estar allí.
Con un palo empezó a mover las ramas y se escucho un
doloroso grito. Las espinas habían herido en los ojos al amor... La locura no sabia que hacer, para disculparse. Lloro, pidió, rogó, imploro perdón y hasta prometió que iba a ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugo a las escondidas en la tierra, el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.