Gaviota
16/11/2003, 19:32
Hola.
Hay cosas que ya sabemos como: Que nos vamos a morir algún día; que el tiempo sigue corriendo etc.
Les quiero compartir algo que me ha causado conmoción, y cada vez que lo veo me llena de una sensación extraña, de ansiedad y tal vez angustia por no poder cambiarlo.
Hay un archivo adjunto, que espero no tengan problema en abrir. Tienen que abrirlo antes de continuar leyendo, es esencial...
La parte inferior del adjunto es la que me conmociona y me recuerda lo efímero del tiempo, lo fugaz de los instantes, lo valioso de cada segundo.
El tiempo se nos escapa entre las manos; desafortunadamente en la carrera de la vida y del tiempo perdemos de vista las cosas esencialmente importante y nos fijamos en cosas vanas y sin sentido.
Dejamos de valorar las cosas importantes que nos hacen crecer. Olvidamos demostrar a nuestros seres queridos cuantos los amamos; olvidamos vivir una vida intensa y digna de principios y valores, respetando la vida del prójimo; vivimos como si no se nos fuera a termina r la vida, los días se vuelven intrascendentes y sin sentido, sin algo especial que le dé significado. Si yo muriera hoy lo más probable es que me arrepentiría de cómo viví este día. Me arrepentiría de no haberle dado lo buenos días al vecino, no haberle sonreído al de lado, no haber charlado con mi hermana, no haberme comido ese helado por las prisas, no haberle dicho aquel chico que me gustaba, no haber disfrutado a mi pareja, no haber visitado la tumba de mi madre, no haber perdonado a mi padre... Hacemos planes para mañana, pasado, un año, cuando nos casemos, etc, sin pensar que tal vez, el siguiente instante no estemos aquí.
Cuantas veces oímos esa frase sin entender su significado verdadero “vivamos el presente, quizás no exista un mañana”.
Veo como corre mi tiempo, y se me acongoja el pecho, es ver que se me escapa el tiempo en mis manos y no puedo evitarlo, pero si puedo vivirlo mejor; hay cosas que están más allá de mi alcance, pero puedo hacer que cada segundo tenga un inmenso valor que me postergue en la eternidad. Cada segundo que seguimos es restarlos a mi tiempo de vida, es un avanzar hacia la muerte y hacia lo que siga, -si es que sigue-
Tu que sientes al ver que aunque apagues este mensaje no detendrás la carrera del tiempo, y que estamos cada vez más cerca del instante en el que nos toque terminar con la presente vida... y tus seres queridos... ya pensaste en ellos...
Para entender el valor de un año, pregúntale a un estudiante que repitió curso
Para entender el valor de un mes,
pregúntale a una madre que alumbró a un niño prematuro
Para entender el valor de una semana,
pregúntale a un editor de un semanario
Para entender el valor de una hora,
pregúntale a los amantes que esperan para encontrarse
Y lo fugaz de las horas que están juntos
Par entender el valor de un minuto,
pregúntale a quien perdió el tren
Para entender el valor de un segundo,
pregúntale a la persona que estuvo a punto de morir en una operación o un accidente
Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale al deportista que ganó la medalla de plata en las olimpiadas
Hay cosas que ya sabemos como: Que nos vamos a morir algún día; que el tiempo sigue corriendo etc.
Les quiero compartir algo que me ha causado conmoción, y cada vez que lo veo me llena de una sensación extraña, de ansiedad y tal vez angustia por no poder cambiarlo.
Hay un archivo adjunto, que espero no tengan problema en abrir. Tienen que abrirlo antes de continuar leyendo, es esencial...
La parte inferior del adjunto es la que me conmociona y me recuerda lo efímero del tiempo, lo fugaz de los instantes, lo valioso de cada segundo.
El tiempo se nos escapa entre las manos; desafortunadamente en la carrera de la vida y del tiempo perdemos de vista las cosas esencialmente importante y nos fijamos en cosas vanas y sin sentido.
Dejamos de valorar las cosas importantes que nos hacen crecer. Olvidamos demostrar a nuestros seres queridos cuantos los amamos; olvidamos vivir una vida intensa y digna de principios y valores, respetando la vida del prójimo; vivimos como si no se nos fuera a termina r la vida, los días se vuelven intrascendentes y sin sentido, sin algo especial que le dé significado. Si yo muriera hoy lo más probable es que me arrepentiría de cómo viví este día. Me arrepentiría de no haberle dado lo buenos días al vecino, no haberle sonreído al de lado, no haber charlado con mi hermana, no haberme comido ese helado por las prisas, no haberle dicho aquel chico que me gustaba, no haber disfrutado a mi pareja, no haber visitado la tumba de mi madre, no haber perdonado a mi padre... Hacemos planes para mañana, pasado, un año, cuando nos casemos, etc, sin pensar que tal vez, el siguiente instante no estemos aquí.
Cuantas veces oímos esa frase sin entender su significado verdadero “vivamos el presente, quizás no exista un mañana”.
Veo como corre mi tiempo, y se me acongoja el pecho, es ver que se me escapa el tiempo en mis manos y no puedo evitarlo, pero si puedo vivirlo mejor; hay cosas que están más allá de mi alcance, pero puedo hacer que cada segundo tenga un inmenso valor que me postergue en la eternidad. Cada segundo que seguimos es restarlos a mi tiempo de vida, es un avanzar hacia la muerte y hacia lo que siga, -si es que sigue-
Tu que sientes al ver que aunque apagues este mensaje no detendrás la carrera del tiempo, y que estamos cada vez más cerca del instante en el que nos toque terminar con la presente vida... y tus seres queridos... ya pensaste en ellos...
Para entender el valor de un año, pregúntale a un estudiante que repitió curso
Para entender el valor de un mes,
pregúntale a una madre que alumbró a un niño prematuro
Para entender el valor de una semana,
pregúntale a un editor de un semanario
Para entender el valor de una hora,
pregúntale a los amantes que esperan para encontrarse
Y lo fugaz de las horas que están juntos
Par entender el valor de un minuto,
pregúntale a quien perdió el tren
Para entender el valor de un segundo,
pregúntale a la persona que estuvo a punto de morir en una operación o un accidente
Para entender el valor de una milésima de segundo, pregúntale al deportista que ganó la medalla de plata en las olimpiadas