Oscar Javier
09/09/2003, 18:13
SECRETOS PARA TENER UNA SALUD DE HIERRO, PARTE 1
Como el hierro abunda en las frutas, verduras, legumbres y cereales, así como en las carnes, los huevos, la leche y sus derivados, una alimentación convencional debería asegurar un suficiente aporte.
El hierro es esencial para la vida, pero la falta crónica de hierro se ha convertido en uno de los problemas nutricionales más serios del mundo. Una dieta deficiente y una mayor demanda fisiológica debida al crecimiento y desarrollo, la vejez, la competición deportiva, la menstruación, el embarazo o la lactancia, aumentan el riesgo de carencia de este mineral.
El hierro es vital para la salud humana. Un adecuado almacenamiento de este mineral es crucial para el crecimiento rápido del feto y del niño, y para contrarrestar el estrés del ejercicio físico. Una carencia de hierro en los niños más pequeños puede ocasionar un retraso de su crecimiento y de su desarrollo psicomotor.
Este mineral es imprescindible para que se formen glóbulos rojos, permite el transporte de oxígeno en el organismo, y además le ayuda a producir vitamina A, energía y anticuerpos.
Como abunda en las frutas, verduras, legumbres y cereales, así como en las carnes, los huevos, la leche y sus derivados, una alimentación convencional debería asegurar un suficiente aporte.
Pero el cuerpo sólo asimila una pequeña parte del hierro que recibe a través de la alimentación: el 15 por ciento del “hierro hemo”, así llamado porque se refiere a la estructura química del hierro de la sangre, está presente en las carnes o el pescado, así como el dos por ciento del “hierro no hemo”: sales inorgánicas presentes en las comidas vegetales, los huevos y los lácteos.
Según los especialistas, la deficiencia de hierro se ha convertido en uno de los problemas nutricionales más serios del mundo y en la causa más común de anemia, una reducción del volumen de glóbulos rojos y de la hemoglobina que circula en la sangre, que causa una insuficiente oxigenación de los tejidos.
DEFICIENCIA DE ALCANCE MUNDIAL.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, en términos absolutos se calcula que alrededor del 30 por ciento de la población del planeta presenta una falta de hierro y esta carencia la padecen, aproximadamente, el 43 por ciento de los niños preescolares, el 37 por ciento de los que están en edad escolar y el 51 por ciento de las mujeres embarazadas.
Si bien una deficiencia de hierro es la causa más habitual de anemia, no es la única: también pueden ocasionarla una falta de vitaminas, como la B12 ó el ácido fólico, o bien defectos en la hemoglobina del paciente o en la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.
"La falta de hierro puede tener efectos importantes en el organismo, ya que este mineral interviene fundamentalmente en los procesos de respiración celular pero también en otros tan aparentemente distantes como el rendimiento intelectual, las defensas antiinfecciosas, el crecimiento y el envejecimiento", explica el doctor Julio Outeiriño, del Servicio de Hematología, de la Fundación Jiménez Díaz, FJD, de Madrid.
"El hierro, que es más abundante en los vinos, las carnes y los productos animales en general, aporta el oxígeno a las células e interviene en el metabolismo energético celular", señala.
Las mujeres son más propensas a este problema, debido a que de por sí se hallan más bajas en hierro que los varones, lo pierden a través de su regla mensual y suelen consumir menos alimentos que contienen este mineral.
Como el hierro abunda en las frutas, verduras, legumbres y cereales, así como en las carnes, los huevos, la leche y sus derivados, una alimentación convencional debería asegurar un suficiente aporte.
"Se calcula que las tres cuartas partes de las mujeres en edad fértil, están bajas en hierro, y los niveles de este mineral también descienden durante los embarazos", señala y agrega que en países como Suecia y EEUU se suplementan las harinas con hierro para compensar la falta de este mineral en la población.
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Como el hierro abunda en las frutas, verduras, legumbres y cereales, así como en las carnes, los huevos, la leche y sus derivados, una alimentación convencional debería asegurar un suficiente aporte.
El hierro es esencial para la vida, pero la falta crónica de hierro se ha convertido en uno de los problemas nutricionales más serios del mundo. Una dieta deficiente y una mayor demanda fisiológica debida al crecimiento y desarrollo, la vejez, la competición deportiva, la menstruación, el embarazo o la lactancia, aumentan el riesgo de carencia de este mineral.
El hierro es vital para la salud humana. Un adecuado almacenamiento de este mineral es crucial para el crecimiento rápido del feto y del niño, y para contrarrestar el estrés del ejercicio físico. Una carencia de hierro en los niños más pequeños puede ocasionar un retraso de su crecimiento y de su desarrollo psicomotor.
Este mineral es imprescindible para que se formen glóbulos rojos, permite el transporte de oxígeno en el organismo, y además le ayuda a producir vitamina A, energía y anticuerpos.
Como abunda en las frutas, verduras, legumbres y cereales, así como en las carnes, los huevos, la leche y sus derivados, una alimentación convencional debería asegurar un suficiente aporte.
Pero el cuerpo sólo asimila una pequeña parte del hierro que recibe a través de la alimentación: el 15 por ciento del “hierro hemo”, así llamado porque se refiere a la estructura química del hierro de la sangre, está presente en las carnes o el pescado, así como el dos por ciento del “hierro no hemo”: sales inorgánicas presentes en las comidas vegetales, los huevos y los lácteos.
Según los especialistas, la deficiencia de hierro se ha convertido en uno de los problemas nutricionales más serios del mundo y en la causa más común de anemia, una reducción del volumen de glóbulos rojos y de la hemoglobina que circula en la sangre, que causa una insuficiente oxigenación de los tejidos.
DEFICIENCIA DE ALCANCE MUNDIAL.
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, en términos absolutos se calcula que alrededor del 30 por ciento de la población del planeta presenta una falta de hierro y esta carencia la padecen, aproximadamente, el 43 por ciento de los niños preescolares, el 37 por ciento de los que están en edad escolar y el 51 por ciento de las mujeres embarazadas.
Si bien una deficiencia de hierro es la causa más habitual de anemia, no es la única: también pueden ocasionarla una falta de vitaminas, como la B12 ó el ácido fólico, o bien defectos en la hemoglobina del paciente o en la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.
"La falta de hierro puede tener efectos importantes en el organismo, ya que este mineral interviene fundamentalmente en los procesos de respiración celular pero también en otros tan aparentemente distantes como el rendimiento intelectual, las defensas antiinfecciosas, el crecimiento y el envejecimiento", explica el doctor Julio Outeiriño, del Servicio de Hematología, de la Fundación Jiménez Díaz, FJD, de Madrid.
"El hierro, que es más abundante en los vinos, las carnes y los productos animales en general, aporta el oxígeno a las células e interviene en el metabolismo energético celular", señala.
Las mujeres son más propensas a este problema, debido a que de por sí se hallan más bajas en hierro que los varones, lo pierden a través de su regla mensual y suelen consumir menos alimentos que contienen este mineral.
Como el hierro abunda en las frutas, verduras, legumbres y cereales, así como en las carnes, los huevos, la leche y sus derivados, una alimentación convencional debería asegurar un suficiente aporte.
"Se calcula que las tres cuartas partes de las mujeres en edad fértil, están bajas en hierro, y los niveles de este mineral también descienden durante los embarazos", señala y agrega que en países como Suecia y EEUU se suplementan las harinas con hierro para compensar la falta de este mineral en la población.
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