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Ver la versión completa : Genealogía mística del amor



irichc
29/08/2003, 22:17
¿Amamos algo porque está en nosotros o está en nosotros porque lo amamos?

Si lo amamos porque está en nosotros, ¿cómo llegó a nosotros sin amor? ¿Cómo empezamos a amar?

Es decir, se postula que amamos la imagen ideal que nos formamos de alguien; que esa imagen es nuestra propia imagen; que, en consecuencia, sin autoimagen no podemos amar.

En ese caso, si el amor depende de la autoimagen o autoconciencia, ¿pueden amar los bebés o los animales? ¿No aman éstos nunca? ¿Empiezan aquéllos a amar en un momento determinado, dando el salto, por así decirlo, del no-amor al amor? ¿Es inopinado, es azaroso ese salto?

Hasta aquí la formulación del problema.

* * *

A pesar de las aporías, creo que es posible fijar un denominador común para ambos "amores", humano y animal, que no es la proyección de una autoimagen, sino la atracción hacia aquello de lo que carecemos y consideramos innatamente como bueno. Nosotros intelectualmente, aunque no siempre con la misma distinción; los animales, irracionalmente.

Ahora admitidme la siguiente ecuación, basada en la economía de palabras: conocer es amar y amar es conocer.

Sólo podemos conocer lo positivo, de modo que no odiamos el mal porque lo conozcamos, sino porque nos priva del conocimiento de un bien mayor. Hablando con propiedad, no odiamos el mal, sino que lo queremos menos.

Dicho esto, aclaro: amar significa atraer hacia sí, y el conocimiento no es otra cosa. Es la interiorización de lo externo, el acercamiento de lo lejano o el desvelamiento de lo oculto.

Conocer y amar se dan al mismo tiempo, en un procedimiento único.

Entonces, volviendo a la problemática que nos ocupa, ¿cómo podríamos empezar a amar si nuestro amor depende de la autoconciencia y ésta sólo se forma en base a la experiencia? Habría que esperar, en efecto, a que nuestra conciencia se formara para empezar a amar.

Pero hemos convenido en que conocer y amar es lo mismo, y huelga decir que consciencia y conocimiento participan de una misma raíz etimológica.

Entonces, concluyo, conocemos y amamos gracias a ideas innatas, previas a toda experiencia, aunque la experiencia nos dé la ocasión de amar y conocer.

La idea de todas las ideas, el fundamento de su cognoscibilidad y, por consiguiente, de su ser, es Dios, el Dios del Amor y del Conocimiento.

* * *

Resolvamos una posible objeción antes de proseguir con las consecuencias de todo lo razonado.

No avanzamos nada al considerar que la tendencia al amor que manifestamos está "programada" en nuestro mapa genético.

La programación genética vendría a ser la versión empirista de las ideas innatas. Pero así como la evolución explica los genes, los genes no explican la evolución.

Los genes no son eternos, y la historia no puede rotar en ellos. En cambio, las ideas sí lo son.

Es más: el primer humano conoció y amó tanto como el último, de manera que la evolución tampoco añade nada.

La evolución explica que unos genes determinados hayan prevalecido sobre los otros. No explica, sin embargo, la tendencia de los genes a hacernos actuar, que es lo que realmente está en cuestión.

* * *

Jesucristo dijo: ama a tus enemigos, porque amar sólo a los amigos es propio de paganos y pecadores.

Este precepto, el más dulce para el hombre, no nos fuerza a nada contra natura, ya que, como hemos expuesto, no podemos más que amar todo lo que conocemos.

Jesucristo nos insta a incrementar nuestra capacidad de amar y, por consiguiente, a intensificar nuestra facultad de conocer.

Podríamos añadir: no sólo amamos todo lo que conocemos, en la medida en que lo conocemos, sino que, además, lo conocemos todo, aunque no seamos conscientes de ello.

En el mismo sentido, afirmamos que la razón es auxiliar de la revelación, y que sin ella va a la deriva. Por otro lado, la revelación sin razón, es decir, sin conocimiento, sin amor, se convierte en mera Ley, en la carnalidad y vetustez que denunciaron los cristianos en el Antiguo Testamento.

Amar es tomar contacto con el conocimiento y con nosotros mismos. Pero no mediante nuestra sola imagen, sino a través de la imagen sin imagen de Dios.

Daniel.

Foro de filosofía:

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elruco
02/09/2003, 12:46
El amar no solo implica conocimiento sino tambien voluntad es por eso que hablar que los animales aman no me parece que sea correcto asi mismo, cuando mencionas lo que implica el mandato de Cristo de amar a tus enemigos es el movimiento de tu voluntad para aceptar algo que humanamente te parece "negativo" como algo que a pesar de todo tiene una razon para ser amado (en este caso como un hijo de Dios) por tal motivo amar no solo es atraer haci si sino tambien salir de si.
No estoy muy seguro que la "ecuación" que planteas sea bidireccional ya que concuerdo contigo de que el amar implica conocer pero no necesariamente funciona en la otra direccion.
Ideas inatas no me parece yo considero que el hombre nace con la capacidad (potencia?) de amar y esta la va desarrollando en su devenir mientras vive por tal motivo puedo conocer mas no amar no es en automaático como lo mencionas al decir que se dan juntos.

Nada
22/09/2003, 13:44
¿Que es el amor? comprendamos la pregunta y no busquemos la respuesta, porque comprendiendo el problema surgé la respuesta, no estan separados, son lo mismo. Amar es el verbo y el amor es el sentimiento, del proceso de amar surge el amor. Sin uno no exite lo otro y viceversa. El problema es saber amar, cuando cesa el odio y la defensa del centro aparece lo otro. Cuando existe un centro y una polaridad o dualidad en eso ya no hay amor. Es por tanto la aparición de la autoridad la que disipa el amor y no como usted dice. Entonces descubrimos que en el apego, en el conocimiento en las imagenes o ideas no hay amor, en eso hay otras cosas. La autocreación de imagenes no permite entrar en contacto con el hecho, solo con la idea. Usted da por dado que el hombre sabe lo que es el amor. Dividimos entre lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo,...todo en sí está lleno de significado y eso enriquece la vida, no es fragmentario. Sin belleza no hay amor, y no es la belleza de las medidas y las formas. El amor no se dirige a nada, esta ahí.