Pepito
19/07/2003, 20:33
Luego de que transcurrieron los 120 días reglamentarios para que comenzara a regir la Ley de Unión Civil en Buenos Aires, Argentina, que permite la unión entre personas del mismo sexo, el día de ayer finalmente una pareja gay logró concretar su unión afectiva de manera legal.
Marcelo Suntheim, de 35 años, estudiante de ingeniería y César Cigliutti, empleado público y presidente de la Comunidad Homosexual de Argentina (CHA), son los dos hombres que han abierto el histórico registro de parejas del mismo sexo que unirán sus vidas bajo el concepto de “Unión Civil”.
Dicha ley establece que las “parejas de hecho” tendrán derecho a compartir la misma cobertura de salud, a solicitar préstamos, planes de vivienda y, para los empleados públicos de la ciudad, a pedir días de licencia para cuidar a su pareja en caso de enfermedad.
El documento de la unión civil también les sirve como prueba ante una posible demanda judicial, pero no les otorga el derecho a heredar en caso de muerte de la pareja ni tampoco permite la adopción de niños. Asimismo, reconoce "la unión conformada libremente por dos personas con independencia de su sexo u orientación sexual", que tendrán, para el ejercicio de derechos, obligaciones y beneficios "un tratamiento similar al de los cónyuges", es decir, parejas heterosexuales.
El proyecto de uniones civiles, redactado por la juez experta en Derecho de Familia, Graciela Medina, e impulsado por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), recorrió durante un año y medio cuatro comisiones legislativas para llegar a la sesión del 13 de diciembre de 2002, donde los legisladores y legisladoras de Buenos Aires la aprobaron con 29 votos a favor y 10 en contra.
En su memento la discusión de la ley fue muy controvertida, pues como es recurrente en discusiones de esta índole, las horas de sesión tuvieron momentos de tensión, ya que en los palcos de la legislatura se enfrentaron grupos beligerantes de extrema derecha y católicos que reprobaban la iniciativa de ley con representantes de diversos grupos homosexuales, lesbianas, y transexuales, así como de organizaciones civiles solidarias a las causas democráticas, como feministas, ecologistas y miembros de partidos liberales.
En declaraciones a los medios internacionales, Marcelo y César, los felices contrayentes, enfatizaron que “una de las ventajas de la unión civil de parejas homosexuales, por encima del matrimonio civil, es que se funda en un compromiso de afecto, no de reparto de bienes”. Ambos coincidieron en que su unión legal ayudará a impulsar el respeto a los derechos de la comunidad homosexual, y aunque la Ley de Uniones Civiles rige sólo en Buenos Aires, a partir de septiembre lucharán para lograr que más provincias argentinas aprueben esta misma ley.
Marcelo Suntheim, de 35 años, estudiante de ingeniería y César Cigliutti, empleado público y presidente de la Comunidad Homosexual de Argentina (CHA), son los dos hombres que han abierto el histórico registro de parejas del mismo sexo que unirán sus vidas bajo el concepto de “Unión Civil”.
Dicha ley establece que las “parejas de hecho” tendrán derecho a compartir la misma cobertura de salud, a solicitar préstamos, planes de vivienda y, para los empleados públicos de la ciudad, a pedir días de licencia para cuidar a su pareja en caso de enfermedad.
El documento de la unión civil también les sirve como prueba ante una posible demanda judicial, pero no les otorga el derecho a heredar en caso de muerte de la pareja ni tampoco permite la adopción de niños. Asimismo, reconoce "la unión conformada libremente por dos personas con independencia de su sexo u orientación sexual", que tendrán, para el ejercicio de derechos, obligaciones y beneficios "un tratamiento similar al de los cónyuges", es decir, parejas heterosexuales.
El proyecto de uniones civiles, redactado por la juez experta en Derecho de Familia, Graciela Medina, e impulsado por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), recorrió durante un año y medio cuatro comisiones legislativas para llegar a la sesión del 13 de diciembre de 2002, donde los legisladores y legisladoras de Buenos Aires la aprobaron con 29 votos a favor y 10 en contra.
En su memento la discusión de la ley fue muy controvertida, pues como es recurrente en discusiones de esta índole, las horas de sesión tuvieron momentos de tensión, ya que en los palcos de la legislatura se enfrentaron grupos beligerantes de extrema derecha y católicos que reprobaban la iniciativa de ley con representantes de diversos grupos homosexuales, lesbianas, y transexuales, así como de organizaciones civiles solidarias a las causas democráticas, como feministas, ecologistas y miembros de partidos liberales.
En declaraciones a los medios internacionales, Marcelo y César, los felices contrayentes, enfatizaron que “una de las ventajas de la unión civil de parejas homosexuales, por encima del matrimonio civil, es que se funda en un compromiso de afecto, no de reparto de bienes”. Ambos coincidieron en que su unión legal ayudará a impulsar el respeto a los derechos de la comunidad homosexual, y aunque la Ley de Uniones Civiles rige sólo en Buenos Aires, a partir de septiembre lucharán para lograr que más provincias argentinas aprueben esta misma ley.