CHARO
06/05/2003, 20:28
El verde es el color elegido por mi mente.
El verde es el color elegido por mi mente y mis pensamientos se confunden cada vez más en este mundo tan caótico, como empezar a describir todo lo que paso esa vez, tal vez lo mejor sería pensar que no pasó, pero es algo que no puede ser olvidado con facilidad, trataré de plasmar un fragmento de aquella supuesta realidad.
El reloj marcaba las 4 de la tarde y mi paciencia empezó a desaparecer, cada vez apresuraba más el paso y mi mente se tornaba más a confusión que a claridad.
Vuelvo a mirar el reloj, sólo han pasado 5 minutos y sigo caminando aprisa para llegar a tiempo al edificio color verde limón, de hecho nunca me gusto ese color es tan brillante que desde lejos se distingue de las demás construcciones vecinas.
Por fin llegue a la puerta de aquella construcción tan llamativa, subí a toda prisa las escaleras hasta el tercer piso, no podía esperar a que el elevador estuviera libre, caminé por un estrecho pasillo adornado con diferentes cuadros raros parecidos al estilo surrealista, siempre me parecieron una mezclar rara de los pensamientos de Kafka con un poco del pincel de Dalí.
Si, es el número 113, ahí es donde vive ella, toque la puerta con tranquilidad, respiré profundamente para tratar de controlarme y ocultar un poco mi impaciencia y mi no muy buen humor.
En instantes apareció ella, pareciera que estuviera esperando que alguien llegara a la puerta, me recibieron sus lindos ojos color esmeralda acompañados de una traviesa sonrisa.
Ella era la mujer que me causaba toda esa confusión en mi interior. Me invitó a pasar, y me agradeció haber ido hasta su casa por la información, después de eso me entrego un sobre con los datos necesarios para realizar mi trabajo, ella me acompaño hasta la puerta y se despidió.
Salí del edificio un poco más tranquilo, todo lo que tenía que hacer estaba en el sobre, sólo tenía que leer instrucciones y empezar con mi estrategia para llevar a cabo el laborioso trabajo de hoy. Siempre era así, desde hace tiempo, en diferentes lugares y en maneras distintas recibía los datos por medio de uno de los trabajadores de mi arrogante jefe, y esta vez era ella la encargada.
Ese tipo soberbio, él cual sólo he visto 1 vez en todo el tiempo que he trabajado con él, la verdad no me importa mucho no verlo, mientras me siga pagando por cada trabajo, lo demás no importa.
Las noches son largas acompañadas de mi insomnio, esta ******** soledad interna que no me deja vivir, esta situación me esta haciendo que pierda la razón.
Ya no se que pensar, tú y yo no debemos seguir con esta farsa tan absurda qué nos hace más daño que bien.
Basta de escribir resentimientos, es hora de dormir, mañana me espera un día muy atareado, no vale la pena aturdir mi mente con pensamientos que sólo me hieren.
Despierto a media noche sobresaltado, lentamente me siento en el borde de mi cama, de nuevo pienso en esa tarde, que sólo me trajo problemas, conflictos los cuales no logro encontrar una solución coherente, me siento utilizado.
A las 6 de la mañana suena el despertador, me preparo y me dirijo a la calle, un poco de ejercicio matutino hará que despeje mi mente. Empecé a correr alrededor del parque, al mirar hacía el frente me encuentro con un gran cartel con letras verdes anunciando los nuevos servicios de la compañía rival de donde trabajo, sigo mi camino y veo en el piso un volante de aquella compañía, de nuevo el inconfundible logotipo color verde se hace presente invitando al público a probar las nuevas prestaciones de esa empresa.
Una sonrisa un tanto sarcástica aparece en mi rostro y pienso, si me despiden de mi trabajo ya se donde solicitar trabajo, pasarme al bando contrario no me vendría mal después de todo los problemas que he pasado en mi puesto actual.
Regreso a mi departamento, casi a la entrada del edificio una anciana me saluda, todas las mañanas siempre a esa hora estaba sentada en esa banca verde, con el periódico en malo y un gato pardo dormido junto a ella.
Busco tu mirada en mi mente, tratándome de adaptar a este incoherente mundo,
miró tu fotografía en el portarretrato del buró, pienso en el pasado y mi ser pide a gritos tu compañía. La inmensa soledad me invade en cada segundo.
Despierto alterado, precipitado, asustado todavía con la imagen en mi mente, y una confusa melodía se escucha a lo lejos, será que mi mente otra vez me juega bromas de mal gusto que me hace perder la razón cada vez que lo recuerdo.
Todo el día, cada hora, en cualquier minuto esta presente tu imagen y otras imagenes alucinantes en mi mente, que hacer para calmar un poco mi alma y lograr un poco de paz.
Si, caminábamos en las calles de esta ciudad diseñada por aquellos gigantes del poder, que sólo piensan en que hacer para conseguir más poder, poder, pero eso no importa en este momento, sólo ella importa, seguimos caminando, comentando lo bien que le había ido en la demostración de ballet de su universidad, era casi hipnótico verla bailar en los espacios del escenario….
Se escucha un golpe atroz, vuelvo a despertar, una sensación extraña me invade, el miedo se hace presente, y prosigo a averiguar que es lo que causo semejante sonido, camino sigilosamente, una satírica sonrisa aparece de pronto en mi rostro y mi ojos ven a un gato pardo, en el piso algunas sobras de la cena que cayeron junto con el plato verde que se rompió, causando eco en el departamento, es el gato de mi vecina la anciana del Dto. 13, no sé como siempre se logra escabullir, tal vez porque siempre encuentra aquí que comer.
Al fin regreso a mi habitación y una voz que me parece conocido me llama Victor, Victor…
De nuevo la misma melodía pero es más clara, mi mente se niega a aceptar esta realidad, quiere despertar, pensando que tiene que darse prisa para el trabajo… y ahí esta ella de nuevo.
Si me dejas ahora, no seré capaz de sobrevivir, esa frase de la canción me agrada para continuar escribiendo…
Estamos casi por llegar, sólo falta1 hora de camino aproximadamente, estoy agotado, cada vez se me dificulta más dar un paso, avanzo paso a paso sin detenerme, miro hacia el frente y logro ver la cima de la montaña, a mi derecha a unos escasos metros de mí se aprecia un profundo precipicio, pareciera que nunca voy a llegar, son ya muchas las horas que llevo caminando, y apenas puedo ver el fin del camino.
Siempre guiado por mi experimentado dirigente, uno tras otro caminamos cargando las grandes mochilas verdes, sintiendo como el frío nos estremece cristalizando cada gota de agua que cae, y cubriendo los enormes pinos verdes que se ven abajo, la mirada se nubla, y 5 los continuamos caminando esperando ansiosamente llegar al final.
Son muchos los días que estuvimos preparando este viaje, los duros entrenamientos que pasamos no son suficientes para esta prueba y seguimos caminando.
Todos nuestros amigos y demás conocidos confían en que llegaremos, pero el dolor en mi rodilla aumenta…..
Otra vez esa melodía, pero ahora me aturde, puedo distinguirlo un poco más, esa aguda tonadilla penetra como un taladro en mi mente.
Lentamente abro mis ojos y enormes lámparas apuntan a mi rostro, la luz casi me impide distinguir el entorno, mi cuerpo descansa en una cama con sabanas blancas y empiezo a escuchar algunas voces a mi alrededor.
El techo de la habitación tiene un aspecto metálico, algo verdoso, tiene varias soldaduras viejas, algo oxidadas, que hacen de ello una mezcla rara de colores verdes, grises y ocres.
Mi mente sigue confusa, razón es algo que no habita en mi en este momento…Sigue la melodía acompañada del color verde de mis pensamientos.
CHARO
Charo Smile :)
El verde es el color elegido por mi mente y mis pensamientos se confunden cada vez más en este mundo tan caótico, como empezar a describir todo lo que paso esa vez, tal vez lo mejor sería pensar que no pasó, pero es algo que no puede ser olvidado con facilidad, trataré de plasmar un fragmento de aquella supuesta realidad.
El reloj marcaba las 4 de la tarde y mi paciencia empezó a desaparecer, cada vez apresuraba más el paso y mi mente se tornaba más a confusión que a claridad.
Vuelvo a mirar el reloj, sólo han pasado 5 minutos y sigo caminando aprisa para llegar a tiempo al edificio color verde limón, de hecho nunca me gusto ese color es tan brillante que desde lejos se distingue de las demás construcciones vecinas.
Por fin llegue a la puerta de aquella construcción tan llamativa, subí a toda prisa las escaleras hasta el tercer piso, no podía esperar a que el elevador estuviera libre, caminé por un estrecho pasillo adornado con diferentes cuadros raros parecidos al estilo surrealista, siempre me parecieron una mezclar rara de los pensamientos de Kafka con un poco del pincel de Dalí.
Si, es el número 113, ahí es donde vive ella, toque la puerta con tranquilidad, respiré profundamente para tratar de controlarme y ocultar un poco mi impaciencia y mi no muy buen humor.
En instantes apareció ella, pareciera que estuviera esperando que alguien llegara a la puerta, me recibieron sus lindos ojos color esmeralda acompañados de una traviesa sonrisa.
Ella era la mujer que me causaba toda esa confusión en mi interior. Me invitó a pasar, y me agradeció haber ido hasta su casa por la información, después de eso me entrego un sobre con los datos necesarios para realizar mi trabajo, ella me acompaño hasta la puerta y se despidió.
Salí del edificio un poco más tranquilo, todo lo que tenía que hacer estaba en el sobre, sólo tenía que leer instrucciones y empezar con mi estrategia para llevar a cabo el laborioso trabajo de hoy. Siempre era así, desde hace tiempo, en diferentes lugares y en maneras distintas recibía los datos por medio de uno de los trabajadores de mi arrogante jefe, y esta vez era ella la encargada.
Ese tipo soberbio, él cual sólo he visto 1 vez en todo el tiempo que he trabajado con él, la verdad no me importa mucho no verlo, mientras me siga pagando por cada trabajo, lo demás no importa.
Las noches son largas acompañadas de mi insomnio, esta ******** soledad interna que no me deja vivir, esta situación me esta haciendo que pierda la razón.
Ya no se que pensar, tú y yo no debemos seguir con esta farsa tan absurda qué nos hace más daño que bien.
Basta de escribir resentimientos, es hora de dormir, mañana me espera un día muy atareado, no vale la pena aturdir mi mente con pensamientos que sólo me hieren.
Despierto a media noche sobresaltado, lentamente me siento en el borde de mi cama, de nuevo pienso en esa tarde, que sólo me trajo problemas, conflictos los cuales no logro encontrar una solución coherente, me siento utilizado.
A las 6 de la mañana suena el despertador, me preparo y me dirijo a la calle, un poco de ejercicio matutino hará que despeje mi mente. Empecé a correr alrededor del parque, al mirar hacía el frente me encuentro con un gran cartel con letras verdes anunciando los nuevos servicios de la compañía rival de donde trabajo, sigo mi camino y veo en el piso un volante de aquella compañía, de nuevo el inconfundible logotipo color verde se hace presente invitando al público a probar las nuevas prestaciones de esa empresa.
Una sonrisa un tanto sarcástica aparece en mi rostro y pienso, si me despiden de mi trabajo ya se donde solicitar trabajo, pasarme al bando contrario no me vendría mal después de todo los problemas que he pasado en mi puesto actual.
Regreso a mi departamento, casi a la entrada del edificio una anciana me saluda, todas las mañanas siempre a esa hora estaba sentada en esa banca verde, con el periódico en malo y un gato pardo dormido junto a ella.
Busco tu mirada en mi mente, tratándome de adaptar a este incoherente mundo,
miró tu fotografía en el portarretrato del buró, pienso en el pasado y mi ser pide a gritos tu compañía. La inmensa soledad me invade en cada segundo.
Despierto alterado, precipitado, asustado todavía con la imagen en mi mente, y una confusa melodía se escucha a lo lejos, será que mi mente otra vez me juega bromas de mal gusto que me hace perder la razón cada vez que lo recuerdo.
Todo el día, cada hora, en cualquier minuto esta presente tu imagen y otras imagenes alucinantes en mi mente, que hacer para calmar un poco mi alma y lograr un poco de paz.
Si, caminábamos en las calles de esta ciudad diseñada por aquellos gigantes del poder, que sólo piensan en que hacer para conseguir más poder, poder, pero eso no importa en este momento, sólo ella importa, seguimos caminando, comentando lo bien que le había ido en la demostración de ballet de su universidad, era casi hipnótico verla bailar en los espacios del escenario….
Se escucha un golpe atroz, vuelvo a despertar, una sensación extraña me invade, el miedo se hace presente, y prosigo a averiguar que es lo que causo semejante sonido, camino sigilosamente, una satírica sonrisa aparece de pronto en mi rostro y mi ojos ven a un gato pardo, en el piso algunas sobras de la cena que cayeron junto con el plato verde que se rompió, causando eco en el departamento, es el gato de mi vecina la anciana del Dto. 13, no sé como siempre se logra escabullir, tal vez porque siempre encuentra aquí que comer.
Al fin regreso a mi habitación y una voz que me parece conocido me llama Victor, Victor…
De nuevo la misma melodía pero es más clara, mi mente se niega a aceptar esta realidad, quiere despertar, pensando que tiene que darse prisa para el trabajo… y ahí esta ella de nuevo.
Si me dejas ahora, no seré capaz de sobrevivir, esa frase de la canción me agrada para continuar escribiendo…
Estamos casi por llegar, sólo falta1 hora de camino aproximadamente, estoy agotado, cada vez se me dificulta más dar un paso, avanzo paso a paso sin detenerme, miro hacia el frente y logro ver la cima de la montaña, a mi derecha a unos escasos metros de mí se aprecia un profundo precipicio, pareciera que nunca voy a llegar, son ya muchas las horas que llevo caminando, y apenas puedo ver el fin del camino.
Siempre guiado por mi experimentado dirigente, uno tras otro caminamos cargando las grandes mochilas verdes, sintiendo como el frío nos estremece cristalizando cada gota de agua que cae, y cubriendo los enormes pinos verdes que se ven abajo, la mirada se nubla, y 5 los continuamos caminando esperando ansiosamente llegar al final.
Son muchos los días que estuvimos preparando este viaje, los duros entrenamientos que pasamos no son suficientes para esta prueba y seguimos caminando.
Todos nuestros amigos y demás conocidos confían en que llegaremos, pero el dolor en mi rodilla aumenta…..
Otra vez esa melodía, pero ahora me aturde, puedo distinguirlo un poco más, esa aguda tonadilla penetra como un taladro en mi mente.
Lentamente abro mis ojos y enormes lámparas apuntan a mi rostro, la luz casi me impide distinguir el entorno, mi cuerpo descansa en una cama con sabanas blancas y empiezo a escuchar algunas voces a mi alrededor.
El techo de la habitación tiene un aspecto metálico, algo verdoso, tiene varias soldaduras viejas, algo oxidadas, que hacen de ello una mezcla rara de colores verdes, grises y ocres.
Mi mente sigue confusa, razón es algo que no habita en mi en este momento…Sigue la melodía acompañada del color verde de mis pensamientos.
CHARO
Charo Smile :)