PDA

Ver la versión completa : Emperadores Romanos nacidos en Hispania



mibesa
19/04/2003, 07:45
Hola amigo, soy nuevo en este foro y necesito ayuda sobre lo de los emperadores romanos nacidos en hispania pero q no sean ni Adriano ni Trajano, estoy cansao de buscar por to los laos, la Encarta, la web.
Pues nada q muchas gracias por todo de antemano.

Un saludo.

cariátide22
20/04/2003, 07:12
creo que...solo te falta Teodosio.
Espera...


<img src ="http://www.fillos.org/fillos/galegosnomundo/famosos/teodosio.jpg">

Ojalá te sirva de algo...

Y gracias Carlos por conseguir la imagen...besos!

cariátide22
20/04/2003, 07:15
Teodosio I el Grande, c. 346-395, emperador romano de Oriente (379-395) y de Occidente (394-395), el último gobernante que dirigió un Imperio romano unido. Teodosio nació en Cauca (actual Coca, Segovia), en Hispania, hijo del general romano Flavio Teodosio (conocido como Teodosio el Viejo). De joven acompañó a su padre en sus campañas de Britania; al morir éste se retiró a Hispania. Cuando Flavio Valente, el emperador romano de Oriente, murió luchando contra los visigodos en Adrianópolis en el 378, el emperador romano de Occidente, Flavio Graciano, nombró a Teodosio para sustituirle y éste fue coronado el año siguiente como augusto. En el 382, tras numerosas escaramuzas, Teodosio negoció con los godos un tratado de paz favorable, que les permitía residir en el territorio imperial a condición de que sirvieran en su Ejército. Después de morir asesinado Graciano en el 383, Teodosio reconoció al usurpador, Magno Clemente Máximo, como emperador de Occidente, a excepción de Italia, donde Valentiniano II continuó como sucesor legal de Graciano. Cuando Máximo invadió Italia en el 388, Teodosio lo derrotó, y restituyó a Valentiniano como emperador romano de Occidente.
Teodosio fue defensor del cristianismo dogmático; persiguió a los arrianos y desalentó la práctica de la vieja religión pagana romana, a veces de forma violenta: en el 390 ordenó la masacre de 7.000 ciudadanos insurrectos de Tesalónica (Grecia), y fue excomulgado el obispo Ambrosio de Milán. En el 392 Valentiniano fue asesinado por Arbogasto, general de Teodosio, y le sucedió Eugenio, aunque como dirigente títere. De nuevo Teodosio fue a Italia, donde derrotó a Arbogasto y a Eugenio en septiembre del 394. Durante los cuatro meses siguientes gobernó Oriente y Occidente conjuntamente. El 17 de enero del 395, tras su muerte en Milán, le sucedieron sus hijos, Arcadio en Oriente y Honorio en Occidente. Arcadio gobernó en un principio bajo la breve regencia de Flavio Rufino y Honorio bajo la del general Flavio Estilicón.


El ULTIMO EMPERADOR ROMANO.-
Teodosio, padre del emperador del mismo nombre, es un terrateniente hispano y uno de los generales más prestigiosos de Valentiniano I. Del personaje, como de tantos otros grandes hombres de la época, sabemos algunas cosas, aunque son más sugerentes las que ignoramos. Configura el retrato tipo del militar de alto rango en los últimos tiempos: eficaz en la lucha, enérgico, carismático, próximo a sus tropas, tan dispuestas en esta época a aclamar a sus jefes y elevarlos al frente del Imperio, un coloso asediado dentro y fuera de sus fronteras, que sólo se mantiene ya por la fuerza de las armas. Durante todo el siglo cuarto, los emperadores han vuelto a ser sobre todo los jefes de los ejércitos.

El historiador Amiano Marcelino lo define como dux efficacisimus, y sin duda lo era. Cuando ya es un general de probada capacidad, es enviado a Britania a sofocar una rebelión de escotos y pictos. Al llegar a Londres, divide a sus tropas, combate a los rebeldes, recupera el botín de guerra, lo devuelve a sus legítimos propietarios, da una parte a sus soldados, refuerza las fronteras y consolida el territorio.


EL INVENCIBLE
El emperador Valentiniano I, curtido en la milicia, le premia con el mando de la caballería, a cuyo frente combate victoriosamente a los alemanes en el Rin, derrotándolos y enviando prisioneros a Italia. Luego vienen sus campañas africanas, donde reprimirá poco después una seria revuelta encabezada por un tal Firmus. Desembarca en África, y declara exultante que no va a realizar exacciones para la manutención de sus tropas: "Las cosechas y los almacenes de nuestros enemigos son nuestros graneros". En África derrota al enemigo tan eficazmente como en sus campañas anteriores.

Pero un hecho inesperado viene a cambiar su suerte: la muerte de Valentiniano. Con la llegada del niño Graciano al frente del Imperio, el prestigioso general es arrestado, conducido a Cartago, e inmediatamente ejecutado. A la muerte de su padre, el joven Teodosio es ya un brillante militar. Ha combatido junto a él en Britania y Germania y ya en solitario ha encabezado una victoria contra los Sármatas. En el año de la ejecución de su padre, de forma inesperada aunque perfectamente comprensible, abandona su cargo como jefe de los ejércitos de Moesia y se retira a Hispania, donde nació y tenía sus amigos y familiares, las relaciones sinceras, las solidaridades indisolubles de la niñez.

No sabemos el lugar exacto al que se retiraría en Hispania, probablemente a una de las fincas de su padre, ahora suyas, o acaso a la de algún pariente, buscando el amparo familiar. Tal vez a las propiedades de un tío suyo, Materno Cinegio, a quien en los años siguientes tuvo oportunidad de demostrar una solidaridad y un afecto fuera de lo común. Teodosio pasa tres discretos años en su tierra natal, que aprovecha para contraer matrimonio con una hispana, Aelia Flaccila, del que pronto nace su primer hijo, Arcadio. Poco después, una combinación de errores políticos y militares lleva a los ejércitos romanos a un auténtico desastre a manos visigodas, la batalla de Adrianópolis. El ejército de Roma, soporte del Imperio, está destruido, no existe; y se hace necesario buscar a un candidato capaz y limpio, sin implicaciones en la derrota. Inesperadamente, el emperador Graciano convoca a Teodosio a la corte. Cuando Teodosio derrota una vez más a los sármatas, Graciano le ofrece compartir el trono en los territorios de Oriente.


EL VIEJO IMPERIO
Con eficacia, Teodosio afrontará los problemas tópicos de la época: presión exterior en las fronteras, revueltas internas. Un usurpador, Máximo, antiguo combatiente junto a su padre, es aclamado en Britania por sus legiones e intenta hacerse con la parte occidental del Imperio. Teodosio juega sus bazas con aplomo: primero fingiendo otorgar su beneplácito a la usurpación, luego ganando tiempo y escogiendo el momento más conveniente para la solución militar, que lleva a cabo con firmeza y eficacia. Frente a un problema concreto, busca una solución concreta. Si es que existe; cuando no existe, parece seguir la máxima de que lo que no tiene solución no es un problema. En mayor o menor medida, todos los problemas que inquietaban a Roma en esta época tenían un carácter fantasmal. Un Imperio envejecido, amenazado por la fragmentación étnica, dividido por las querellas religiosas, desestabilizado desde dentro y desde fuera por los bárbaros, corrompido por la ineficacia de la administración, por las crecientes desigualdades sociales, por las revueltas en el ejército.

En Constantinopla se rodea de una corte de hispanos: parientes, amigos, allegados. El personaje central de toda esta Corte es su tío Materno, hombre que bajo se reinado parece haber disfrutado de un poder omnímodo. Desempeña el cargo de Prefecto del Pretorio de Oriente, una especie de lugarteniente general de las provincias orientales. El emperador, ocupado en combatir a los persas, descarga sobre Materno la ejecución de la política religiosa. En el ejercicio de su cargo, éste se dedica a ejecutar leyes antiheréticas y antipaganas, y a destruir templos, excediéndose en el celo que cabía esperar de alguien desempeñando unos deberes meramente administrativos. Animado por su esposa, una ferviente cristiana de nombre Acantia, destruyó los templos de Edesa y Apamea, así como un buen número de santuarios y capillas por Egipto entre 386 y 387. En estos episodios participan conjuntamente funcionarios imperiales, obispos y monjes entusiastas.


LA MUERTE
Al año siguiente, Materno muere en un momento inconveniente para Teodosio, quien está combatiendo a Máximo, en la parte occidental del Imperio. La noticia de su muerte es interesante. Por una parte, el trato que recibe entonces confirma la confianza que Teodosio había puesto en él, ya que no consta que le hubiese hecho reproche alguno por su exceso de celo en sus campañas antipaganas. Acantia pensó trasladar el cadáver a España, pero la revuelta de Máximo lo desaconsejaba; de momento, se depositó el cuerpo en el panteón real, la Iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla, donde estaban enterrados todos los emperadores desde Constantino. Ello confirma que Materno pertenecía a la familia del emperador.

Pero aún más interesante es la breve noticia de lo sucedido al año siguiente, despejado el problema de la revuelta: su viuda le organiza un cortejo fúnebre a pie, nada menos que desde Constantinopla. Aunque aquí la fuente es escueta (...post annum tanstulit eum matrona Acanthia ad Hispania pedestre), podemos en parte suplirla con imaginación. El cortejo con los soldados de escolta, obispos, monjes y beatas, las plañideras, las embajadas de acogida en las ciudades, los altos de iglesia en iglesia, los velorios, las antorchas, los salmos, los cantos fúnebres, los panegíridos loando al finado, y las exequias finales antes de depositar el cadáver en su basílica de Carranque, ya con honores de santo, el culto posterior a su ánima. Fantasmas y no hombres. Escenas de fe en Cristo. Es ya el Medievo.

cariátide22
20/04/2003, 07:19
Teodosio I el Grande


Emperador romano de Oriente (379-395) y de Occidente (394-395)



Nació en Cauca (hoy Coca, Segovia), España. Su padre fue el general romano Flavio Teodosio (Teodosio el Viejo). Siendo un joven lo acompañó en sus campañas de Britania. Cuando Flavio Valente, emperador romano de Oriente, falleció luchando contra los visigodos en Adrianópolis en el año 378, el emperador romano de Occidente, Flavio Graciano, le nombró para sustituirle. Fue coronado el año siguiente como augusto. En el 382 negoció con los godos un tratado de paz que les permitía residir en el territorio imperial a condición de que sirvieran en su Ejército. Cuando fue asesinado Graciano en el 383, reconoció al usurpador, Magno Clemente Máximo, como emperador de Occidente, a excepción de Italia, donde Valentiniano II continuó como sucesor legal de Graciano. Máximo invadió Italia en el 388, Teodosio lo venció, y restituyó a Valentiniano como emperador romano de Occidente. Defensor del cristianismo dogmático; persiguió a los arrianos, en el 390 ordenó la masacre de 7.000 ciudadanos insurrectos de Tesalónica (Grecia), y fue excomulgado el obispo Ambrosio de Milán. Marchó a Italia, donde venció a Arbogasto y a Eugenio en septiembre del 394, año en que suspendió los juegos olímpicos por su simbología pagana. El 17 de enero del 395, tras su muerte en Milán, le sucedieron sus hijos, Arcadio en Oriente y Honorio en Occidente.