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Ver la versión completa : peadolescencia



Ceciluc
13/03/2003, 00:53
necesitaría saber más sobre este tema.
PREADOLESCENCIA
Sería más bien edades 11 y 12 años
sus comportamientos
Si alguien tiene material por favor conteste que yo me vuelvo a comunicar

SPIKE
13/03/2003, 03:07
desde mi punto de preadolecente, puberto, o adolecente te dire que, es la etapa en que mas te caga todo, odias a tu familia, quieres estar en tu mundo aparte, n oquieres ser interrumpido por lo demas, y por mas que intentas alejarte tus [censurado] familiares te joden y te joden, por cierto, aprovecho para decir, a quient enga hijos de mi edad, si realmente los quieren, DEJENLOS EN PAZ

"Somewhere I Belong" [LINKIN PARK]

vivi22
13/03/2003, 16:56
jajajaja ayy Spikecito que vamos a hacer contigo...!!!

Que cosas tienes chiquillo!

Aqui consegui esto ceciluc espero te sirva:

LA PREADOLESCENCIA (ENTRE LOS OCHO Y LOS DOCE AÑOS).

Durante este período de la niñez, los niños comienzan a relacionarse con un grupo social más amplio ya comprender la influencia social. Pueden comenzar a percibir quién puede o no pertenecer a su grupo de pares. Al mismo tiempo, los niños se están desarrollando cognoscitivamente, conociendo el poder del intelecto sobre la emoción. “
Debido a la conciencia creciente de su hijo respecto de la influencia de los pares, usted puede comenzar a discernir que una de sus primeras motivaciones en la vida es evitar la vergüenza a toda costa. Los niños de esta edad se vuelven a menudo muy quisquillosos
con respecto al estilo de ropa que llevan, el tipo de mochila que transportan, el tipo de actividades que desarrollan. Llegarán al extremo de evitar atraer la atención sobre ellos, en especial si esto puede conducir a las bromas o críticas de sus amigos. Aunque esto puede irritar a los padres que quieren que sus hijos sean líderes, y no seguidores, la adaptación a esa edad es muy saludable. Significa que su hijo se está convirtiendo en un experto para interpretar las señales sociales, una capacidad que le será útil durante toda la vida. y en la preadolescencia resulta particularmente importante porque los niños de esa edad pueden ser despiadados en sus burlas y humillaciones. En efecto, la burla es la fragua que forma muchas pautas de conducta a esa edad. Tanto las niñas como los niños hacen ,burlas, aunque con los .varones, las burlas pueden extenderse también a la confrontación física.
Con tanto en juego, los niños aprenden rápidamente que la mejor respuesta a las burlas es no mostrar respuesta emocional alguna. Si uno protesta, llora, parlotea o se enoja cuando el cabecilla le roba el sombrero o lo insulta, corre el riesgo de recibir una mayor humillación y rechazo. Si ofrece la otra mejilla, tendrá una buena oportunidad de mantener su dignidad. A través de esta dinámica, los niños llevan a cabo una especie de “emoción-ectomía eliminado los sentimientos de las relaciones con los pares. Aunque la mayoría de los niños controlan este aspecto, nuestros estudios descubrieron que aquellos que lo dominan mejor son los que aprendieron, a través de la capacitación emocional, la manera de regular sus emociones en una etapa anterior de la niñez.
Esta “buena” actitud respecto de las relaciones con los pares puede resultar desconcertante para los padres que han practicado correctamente la capacitación emocional con sus hijos. En algunos grupos de padres, descubrimos que los padres suelen pensar erróneamente que todo lo que los niños de esta edad deben hacer cuando tienen un conflicto con sus pares es compartir sus sentimientos con el otro niño y resolver las cosas. Aunque esta estrategia puede funcionar para los pequeños de edad preescolar, puede ser un desastre para los que se encuentran en la etapa preadolescente, cuando se considera la expresión de las emociones como una desventaja social. Es probable que los niños que han recibido una capacitación emocional hayan desarrollado la percepción social que les permite para darse cuenta de esta situación. Estarán entonces en condiciones de interpretar las señales de sus pares y actuar en forma apropiada.
Al tiempo que los niños de esta edad tratan de reprimir sus emociones, se tornan más conscientes del poder del intelecto. Alrededor de los diez años, muchos experimentan un aumento drástico en su capacidad de razonar lógicamente. Me gusta compararlos con el Sr. Spock de Viaje a las estrellas, que evita los sentimientos, pero se deleita en el mundo de la lógica y la razón. Disfrutan respondiendo al mundo como si sus mentes fueran computadoras. Si uno dice a un niño de nueve años “coge los calcetines”, por ejemplo, puede levantar cada uno de los calcetines y luego dejarlos en cualquier parte, explicando: “No me dijiste que las guardara”
Esta actitud insolente y burlona hacia el mundo adulto es típica de un niño que mira al mundo en términos de blanco y negro, un u otra cosa, correcto o incorrecto. Repentinamente consciente de todos
los criterios arbitrarios e ilógicos que funcionan en el mundo, un preadolescente puede comenzar a percibir la vida como si fuera una revista Mad. Los adultos son considerados hipócritas, mientras la burla y el desprecio hacia ellos se convierten en las “emociones” preferidas del niño.
El sentido de sus propios valores emerge de todo este juicio y evaluación. Usted puede observar a esa edad que su hijo comienza a preocuparse mucho por lo que es moral y justo. Puede concebir “mundos puros” donde se trata a todo el mundo como iguales, donde el nazismo y la guerra no podrían surgir nunca, donde la tiranía no podría existir. Puede llegar a despreciar a un mundo adulto que permitió atrocidades tales como el comercio de esclavos o la Inquisición. Comenzará a dudar, comenzará a desafiar, comenzará a pensar por sí mismo.
La ironía, por supuesto, es su compromiso simultáneo con los criterios arbitrarios y tiránicos de su propio grupo de pares. Mientras abraza el derecho del individuo a la libertad de expresión, puede limitar su guardarropa a solo un estilo de .vestimenta. Al tiempo que se preocupa por el trato cruel aplicado a los animales por la industria de cosméticos, puede participar en una dura conspiración para excluir a cierto compañero de clase del partido de baloncesto del recreo.
¿ Cómo puede reaccionar, como padre, ante semejantes incoherencias? Mi consejo es no hacer nada, reconociendo que se trata de un etapa de exploración. Sepa que la adhesión total de los niños a normas arbitrarias en el mundo de sus pares forma parte de un desarrollo normal y sano. Refleja su capacidad de reconocer criterios y valores en su mundo que están relacionados con la aceptación y la forma de evitar el rechazo.
Si usted descubre que su hijo participa en determinadas conductas hacia otro niño que usted considera injustas, hágale saber que siente. Utilice esta situación como una oportunidad para transmitir sus valores con respecto a la bondad y el juego limpio. Sin embargo, a menos que el incidente sea realmente negativo, desaconsejaría una respuesta o un castigo abiertamente duros. La formación de camarillas y la presión de los pares es una conducta normal entre los niños de esa edad.
Si su hijo se queja de ser excluido o tratado de manera injusta por parte de sus pares, puede utilizar las técnicas de capacitación emocional para ayudarlo a enfrentar los sentimientos de tristeza y cólera. Luego, ayúdelo a imaginar soluciones para el problema en cuestión. Explore, por ejemplo, las formas en que una persona se las arregla para entablar y mantener amistades. No trivialice el deseo de un niño de adecuarse, vestirse y actuar como los otros niños del grupo de su edad. En lugar de ello, convalide su deseo de aceptación y conviértase en su aliado para que ello ocurra.
En cuanto a la burla de los niños hacia las convenciones adu1tas, aconsejo a los padres que no consideren las críticas de sus hijos como algo personal. La insolencia, el sarcasmo y el desprecio hacia los valores de los adultos son tendencias normales de la preadolescencia. Sin embargo, si usted siente genuinamente que su hijo lo ha tratado en forma grosera, dígaselo con términos específicos. (“Cuando te burlas de mi peinado, siento que no me respetas”). Una vez más, es una forma de transmitir valores como la amabilidad y el respeto mutuo en el seno de la familia. Como siempre, los niños de esta edad necesitan sentirse emocionalmente conectados con sus padres y necesitan la orientación afectuosa que ofrece dicha conexión.